Publicidad

Las primeras víctimas del Nuevo Liberalismo

Tres miembros del Nuevo Liberalismo en Puerto Boyacá fueron asesinados y/o desaparecidos antes de que ocurriera el asesinato de Rodrigo Lara Bonilla.

Juan Sebastián Lombo
03 de enero de 2022 - 08:00 p. m.
El exterminio del Nuevo Liberalismo en Puerto Boyacá comenzó el 25 de enero de 1984, unos días después de la visita de Luis Carlos Galán al municipio.
El exterminio del Nuevo Liberalismo en Puerto Boyacá comenzó el 25 de enero de 1984, unos días después de la visita de Luis Carlos Galán al municipio.

El pasado 5 de agosto, el Nuevo Liberalismo resurgió tras un paréntesis de más de 30 años. La Corte Constitucional acogió una tutela que pedía la devolución de la personería jurídica bajo el argumento de que dicha colectividad, liderada desde el principio por Luis Carlos Galán, fue víctima de un exterminio por parte de distintos actores. El fallo reconoció que fueron más de 50 miembros los que murieron por defender los ideales de dicho partido, que se enfrentó a Pablo Escobar y al narcotráfico y que pidió una apertura democrática en un país que fue dominado por más de un siglo por el bipartidismo. Sin embargo, más allá del magnicidio de Luis Carlos Galán y el homicidio de Rodrigo Lara Bonilla, poco es lo que se tiene documentado de los otros casos por los que se reconoció el exterminio de la colectividad.

Aunque se habla de medio centenar de muertos, en el fallo no hay una documentación precisa de los que fueron perseguidos, violentados y asesinados por su militancia. Además de los nombres de Galán y Lara, solo figuran los nombres de algunas víctimas. Entre ellos, en los primeros lugares, se menciona el homicidio y desaparición de tres miembros del Nuevo Liberalismo en Puerto Boyacá. El fallo habla de “los dirigentes políticos del Magdalena Medio Benjamín Quiñones, el ex alcalde y concejal de Puerto Boyacá Martín Torres y el médico y concejal Luis Silva”. Estos serían el mejor ejemplo de la persecución en contra de los partidarios de Luis Carlos Galán y una muestra de que la acción violenta comenzó desde antes de que Rodrigo Lara fuese asesinado, el 30 de abril de 1984.

De la muerte de Benjamín Quiñones y Martín Torres y la desaparición de Luis Silva no habría información más que una mención en las notas periodísticas si no fuera porque Liliana Silva, hija del desaparecido, decidió hacer justicia en nombre de su padre. Desde hace varios años, ella y su madre han tratado de recabar y reconstruir los hechos que llevaron a que el Nuevo Liberalismo desapareciera de Puerto Boyacá, municipio que desde los 80 fue catalogado como la capital antisubversiva de Colombia. “Siempre hemos buscado información desde el año uno. Nunca apareció, ni sus restos. El principio de nuestra búsqueda fue primero evitar la impunidad. Era un silencio absoluto debido a que las mismas autoridades estaban vinculados con los paramilitares.”, expresó la mujer.

En la búsqueda de más de 30 años, las pesquisas y testimonios señalan a las autodefensas de Puerto Boyacá, dirigidas por Henry Pérez, como las directas responsables de los tres delitos. Incluso, en el caso del concejal Luis Silva se habla de una participación directa de miembros del Ejército. Precisamente esta relación entre fuerzas legales e ilegales azotó la región del Magdalena Medio. A principios de los 80, los hacendados de la región financiaron grupos armados en respuesta a la acción de los grupos guerrilleros. Estos fueron apoyados por miembros del Ejército y los dineros de los carteles del narcotráfico. En el caso de los paramilitares del Magdalena Medio, fue Gonzalo Rodríguez Gacha, conocido como el Mexicano y miembro del Cartel de Medellín, el gran financiador.

El exterminio del Nuevo Liberalismo en Puerto Boyacá comenzó el 25 de enero de 1984, solo unos cuantos días después de la visita de Luis Carlos Galán al municipio, en la previa a las elecciones de marzo -conocidas como las de mitaca-. Aunque hubo varios seguidores del candidato, los principales, y quienes organizaron la visita, fueron Luis Silva, Benjamín Quiñones y Martín Torres. Cada uno con un origen diferente, pero fieles a las banderas de la que para ese entonces era una disidencia del liberalismo. En el caso de Silva, como cuenta su hija, era amigo de infancia de Rodrigo Lara. Ambos eran de Neiva y cuando el Nuevo Liberalismo daba sus primeros pasos, el que llegó a ser ministro de Justicia invitó a Silva a sus filas. Desde entonces, este último llegó a ser uno de los hombres claves del movimiento en el Magdalena Medio.

Silva no era natural de Puerto Boyacá, este llegó allí como médico legista, cargo que le permitió evidenciar la creciente violencia en la zona. Incluso, este habría sido retirado del cargo ante la negativa de pasar algunos de los muertos por ejecuciones como caídos en combate. Este habría sido reemplazado por un especialista que terminó siendo afín a los paramilitares. Por otro lado, Martín Torres fue reconocido como un líder campesino que llegó a ser designado como alcalde del municipio. Y por último, Benjamín Quiñones comenzó en el conservatismo pero cambió de filiación política tras el trabajo de Silva en el municipio. Fueron estos tres los que lideraron el recibimiento de Luis Carlos Galán y los que en cuestión de meses murieron por la violencia paramilitar.

Benjamín Quiñones fue asesinado el 25 de enero. Estaba llegando a su casa cuando fue atacado a cuchillo. Este dejó a su esposa y dos hijos, estos últimos pasaron a vivir con otra familia ante la imposibilidad de su progenitora de mantenerlos. El homicidio de Martín Torres ocurrió en un restaurante y a la vista de los presentes. Este hecho ocurrió el 1 de marzo de 1984. Durante el entierro, Silva habría firmado su sentencia de muerte, pues hizo duras denuncias en contra de los grupos que estaban sembrando la violencia en la región. “Pedimos protección para la vida, honra y bienes de todos los ciudadanos de Puerto Boyacá, para que no se siga asesinando impunemente como asesinaron a Martín Torres y Benjamín Quiñonez, por nombrar los crímenes políticos”, dijo en su discurso Silva, que días después del crimen salió elegido como concejal.

La labor de denuncia del recién elegido incluyó el pago de camiones que recorrían el municipio exigiendo justicia por sus copartidarios. Asímismo, intentó exponer la situación ante las directivas de su partido. Tanto que en los días antes de su muerte buscó una cita con su amigo de infancia, Rodrigo Lara. Esta, como indican documentos, fue tramitada a través de Germán Riaño Cano, miembro de la época del Nuevo Liberalismo e importante empresario de Boyacá. “El funcionario a quien le pedimos audiencia nos recibe el lunes 9 de abril a las 5 de la tarde”, se lee en un telegrama enviado por Riaño a Luis Silva. En ese encuentro, se supone que el concejal iba a comentar los casos de sus copartidarios, pero no pudo asistir

En un primer momento, el 9 de abril de 1984, el concejal Silva tuvo que disculparse al no poder cumplir la cita, dado que estaba interponiendo un denuncio ante la oficina de Tránsito y Transporte pues un taxi casi lo atropella cuando andaba en bicicleta con un amigo. Este hecho, en la actualidad, la familia del también médico lo interpreta como un primer intento de matarlo. Pero, en ese entonces, Silva solo lo consideró una situación irregular que ameritaba denunciar. Aunque este pidió que el encuentro con Lara fuera reprogramado, no pudo llegar a la cita. Justo el día después de la denuncia, Luis Silva desapareció. Hasta hoy no hay señales de sus restos, solo versiones que su familia ha ido recuperando a través de los años.

El concejal salió a montar bicicleta con su amigo Raúl Cortés en las inmediaciones de Puerto Boyacá, cuando, según prensa de la época, fue detenido por un grupo de hombres a la altura de la vereda Calderón, cerca al Batallón Bárbula. Desde entonces no hubo mayor información sobre estos dos. “Todos aquí nos imaginamos quién pudo haber sido el autor o los autores de esto, pero nadie comenta nada por temor”, contó en ese momento una fuente protegida a El Espectador. La familia de Silva se vino a enterar días después de la desaparición. Según cuenta su hija, fueron hasta Puerto Boyacá, pero no les dieron mayor información y hasta “fue claro el mensaje de que no regresáramos”.

Un hermano de Luis Silva viajó hasta Villa de Leyva para encontrarse con Luis Carlos Galán y contarle sobre el destino desconocido del concejal y de los otros casos de violencia en Puerto Boyacá. Esta denuncia motivó al entonces senador y líder del Nuevo Liberalismo a escribirle una carta al presidente Belisario Betancur para darle cuenta de lo que estaba ocurriendo. “Misteriosa desaparición médico Luis Silva Segura, quien encabezó lista concejo Nuevo liberalismo Puerto Boyacá. Últimas elecciones completa cuadro trágico ese municipio donde fueron asesinados dos últimos meses Martín Torres, presidente Concejo municipal, y Benjamín Quiñonez, exalcalde de Puerto Boyacá. Ambos prestantes dirigentes nuestra organización”, se lee en la carta, en formato de telegrama, que fue dada a conocer por la prensa.

Hasta hoy, las pesquisas por los tres crímenes en contra de miembros del Nuevo Liberalismo no han dado mayores resultados frente a los autores de los delitos. Desde siempre los paramilitares han sido los grandes señalados. En la Fiscalía, estos casos figuran en el mismo dossier de Luis Carlos Galán. En Justicia y Paz, los tres delitos son endilgados a Ramiro Cuco Vanoy como autor mediato. Sin embargo, este y ningún otro miembro de las autodefensas hablaron de este delito en el sistema de justicia transicional. Por otro lado, la familia de Silva pudo acceder a archivos del DAS en los que se menciona al concejal y se dan supuestos detalles del crimen.

En una declaración hecha por Diego Viáfara, el 16 de abril de 1989, este dio información del “secuestro, desaparición y asesinato del médico legista Luis Silva, para evitar que este delatara a los responsables de muchos crímenes en Puerto Boyacá”. En este mismo sentido, una declaración de Óscar Echandía, exalcalde de Puerto Boyacá y oficial del Ejército, dio otras pistas. “Igualmente ella (Luz Marina de Pérez) sugirió el asesinato del doctor Silva (médico legista de Puerto Boyacá y representante del Nuevo Liberalismo -galanista- en Puerto Boyacá). Igualmente, de otras muchas personas, inclusive la bicicleta del doctor Silva estaba colgada en la pared de la casa de Luz Marina como un trofeo”, se lee en la declaración.

En otro documento, también con base en declaraciones de Echandía, se lee sobre los crímenes de Martín Torres y Luis Silva a manos de las autodefensas del Magdalena Medio. “Después asesinaron al concejal Martín Torres y al médico Luis Silva, miembros del galanismo, por órdenes de Henry Pérez. Todos los cadáveres de las anteriores víctimas fueron arrojados al río Magdalena, luego de abrirles el vientre para que no flotaran en las aguas”. Por otro lado, entrevistas hechas por el Centro Nacional de Memoria Histórica dan cuenta de habitantes del Puerto Boyacá que también habrían conocido detalles del crimen de Silva. Un anónimo registrado por la entidad dio cuenta de la zona en la que los paramilitares habrían matado a buena parte de sus víctimas y recordó que “de esa época desaparecieron un médico de apellido Silva. Una elegante persona, buena gente y lo cogieron y lo desaparecieron”.

Además, la esposa de Silva insiste en que hacia el 2005, en una reunión con miembros del DAS, a esta le habrían mostrado un dossier que daría cuenta de lo que ocurrió con Silva. “Hay una documentación del segundo a bordo de Maza Márquez que dice que los detuvieron en el batallón, los ingresaron, los torturaron, y los descuartizaron y los restos los tiraron al río”, contó Liliana Silva, que insistió en que dicha documentación habría desaparecido años después sin dejar mayor rastro. Ni siquiera derechos de petición han permitido dar con la supuesta carpeta. Sin embargo, sin conocer quienes fueron los autores del crimen o más detalles de lo ocurrido, la familia de Silva sigue luchando para aclarar el destino de este. Tanto que ahora último entregaron sus muestras de adn para encontrar a Silva, pues actualmente en Fiscalía figuran al menos 20 restos bajo el nombre de Luis Silva.

Más allá de estos elementos, no hay otra información que permita saber de los autores de los crímenes de los tres miembros del Nuevo Liberalismo en Puerto Boyacá. Sin embargo, como reconoce el Centro Nacional de Memoria, en esta zona se implantó el “anticomunismo” a través del paramilitarismo, que incluso llegó a permear al liberalismo de la época. Fue en esta imposición de una sola visión que Martín Torres, Benjamín Quiñones y Luis Silva perdieron su vida. Sus casos se han movido muy poco en estos más de 30 años desde ocurrieron los crímenes. Normalmente estarían archivados, pero su inclusión en el dossier de Luis Carlos Galán permitió que todavía haya una esperanza de justicia.

Temas recomendados:

 

Eduardo Sáenz Rovner(7668)06 de enero de 2022 - 03:13 a. m.
Kagajistán matón. Y pensar que el Matarife quiere continuar la guerra eterna.
Tayrona(31467)04 de enero de 2022 - 04:23 p. m.
Colombia rezandera y patria muerta, patria de muertos y asesinos. La muerte y tu religión se confunden.
Helena(66766)03 de enero de 2022 - 08:58 p. m.
Tenaz! Que dolor de patria…
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar