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En la hora del almuerzo de este lunes, los colombianos recibieron la noticia de que el Gobierno aceptaba entablar una mesa de diálogo exclusiva con los voceros del Comité del Paro, quienes desde el 21 de noviembre adelantan marchas y plantones en Bogotá y otras ciudades del país, en rechazo a las políticas económicas y sociales del Ejecutivo. Según Diego Molano, coordinador de la Gran Conversación Nacional -el espacio inicial con el que el presidente Iván Duque viene atendiendo las peticiones de los manifestantes, pero también las de los gremios y los empresarios- el encuentro con el Comité será un ejercicio paralelo a dicha conversación.
(Contexto del anuncio de Duque: Gobierno acepta entablar diálogo exclusivo con el Comité del Paro)
La decisión de este lunes fue el resultado del encuentro del sábado pasado, en la que el Gobierno, con asesoría de Angelino Garzón, consideró esa opción, que hoy es una realidad. “Fue una reunión respetuosa, en la que nos escuchamos recíprocamente y en la que se dijo que, sin desmontar los otros espacios de negociación, estamos dispuestos a crear una mesa de diálogo social para tratar los 13 puntos que ellos presentaron”, precisó Molano. Así mismo, pidió que suspendieran las movilizaciones programadas para el próximo 4 de diciembre.
(Aquí una entrevista a Diego Molano sobre el paro nacional)
El escenario es hoy más claro gracias a la determinación de Duque. Sin embargo, como antesala a ese avance, es imposible desconocer los mensajes de algunos dirigentes afines al Gobierno e incluso de funcionarios mismos que, de una manera u otra, con unas palabras u otras, desconocen la naturaleza y la esencia que dio vida al paro nacional.
Un ejemplo de ello fue la carta que el expresidente Andrés Pastrana le mandó al presidente Duque. En la misiva, con fecha del 2 de diciembre, dijo con contundencia: “En Colombia se protesta hoy contra todo, menos contra lo esencial”. Con esa sentencia, le comunicó al primer mandatario que los manifestantes no están marchando en contra del narcotráfico, a sus ojos el problema principal de todos los males del país.
Se refirió a los congresistas del partido FARC (una colectividad producto del Acuerdo de Paz firmado en 2016), como “narcotraficantes que nunca cumplieron con entregar rutas, laboratorios, ni cuentas, ni dineros” y los identificó como los báculos que sostienen el paro.
“Esos mismos corruptos que amparan al narcotráfico tienen la desfachatez de exigirle, señor presidente, cogobernar a Colombia. No se deje intimidar por la extorsión y el chantaje de los que quieren darle un zarpazo a lo que el pueblo colombiano les negó repetidamente en las urnas”, finalizó.
Días antes, la ministra del Interior, Nancy Patricia Gutiérrez, hizo una serie de trinos, que con el hashtag #NoPudieron, afirmó que la movilización social que tuvo lugar el 21 de noviembre y que se extendió por 12 días estaba basada en “mentiras”.
“¿A quién le queda duda de la estrategia para derrocar al Gobierno? Convocaron un paro basado en mentiras” y “usan a jóvenes y minorías para reclamar cumplimiento de compromisos que están en ejecución”, fueron dos de las frases que publicó en Twitter el pasado 30 de noviembre.
Con ambos sustentos pasan dos cosas. Primero, con sus afirmaciones, tanto el expresidente (que es del Partido Conservador, una colectividad declarada de gobierno), como la ministra Gutiérrez, califican al paro nacional como un "fortín político" para quitarle legitimidad al Gobierno. Esa afirmación estaría errada según los propios voceros del Comité del Paro, quienes han dicho en repetidas ocasiones y medios de comunicación que su lucha no es de los políticos de ningún bando, y menos que está liderada por figuras como el senador Gustavo Petro.
Exhiben, en cambio, que cuentan con 13 puntos, los cuales piden que la administración Duque trate de atender y solucionar. Uno de ellos, siendo el cumplimiento integral y sin condicionamientos del Acuerdo de Paz, y otro, que los recursos de la educación superior se entreguen como acordaron en el paro estudiantil de 2018.
Y como segundo asunto, sus palabras no solo restan importancia a esas exigencias sociales, sino también exponen a la mentira y el narcotráfico como los cruciales a tratar. Con ello, ponen los ojos de la nación en esos temas, dejando en el olvido de la mente de los colombianos las razones principales que dieron lugar al paro nacional.
Dichas declaraciones son, a todas luces, actitudes contradictorias: el expresidente Pastrana y la ministra del Interior hacen señalamientos sobre el paro y sus razones, mientras el presidente Duque, de entrada, reconoce a los voceros de esa movilización y finalmente, luego de 12 días de paro, los invita a dialogar.
Ante el llamado, aún no se conoce una respuesta unificada por parte de los representantes del paro nacional. La Asociación Colombiana de Representantes Estudiantiles de la Educación Superior (Acrees), por medio de Jennifer Pedraza, una de sus voceras, aseguró que tienen disposición de diálogo, pero “no suspendemos las marchas del 4 de diciembre”. Mientras, la Confederación General del Trabajo (CGT), declaró que el diálogo propuesto por el Gobierno debe ser sin “condicionamientos”, una posición que compartió Fernando Carrillo, procurador general.