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La vida pública del hoy senador Antanas Mockus ha estado construida sobre toda suerte de escándalos. Inició su carrera como docente e investigador de la Universidad Nacional de Bogotá; a finales de los años ochenta era su vicerrector académico, y el 19 de abril de 1991 fue elegido rector. Desde entonces, este matemático de ascendencia lituana ha dejado cientos de titulares de prensa. Un mes después de posesionarse como rector de la principal universidad del país llamó la atención por haber mostrado sus gentiles desde una ventana a unos estudiantes que protestaban en Manizales al tiempo que les gritaba: “Me orino en su consigna”. Desde entonces, se ha peleado a puños; se ha bajado los pantalones en varias ocasiones -la última en la instalación del Congreso- ; se ha disfrazado en no menos cinco ocasiones, se casó en un circo, y hasta le ha lanzado vasos de agua a sus contradictores políticos.
Lo que Mockus hizo el pasado viernes en la instalación del Congreso al bajarse los pantalones frente a sus colegas congresista porque conversaban mientras el presidente del Congreso, Efraín Cepeda, intentaba avanzar en la sesión, revive decenas de episodios en los que el exalcalde de Bogotá ha hecho gala de su creatividad e irreverencia. En 1993, Mockus empuñó una espada de plástico rosada en una reunión con el secretario de la Presidencia para anunciar que pelearía con todas sus fuerzas para impulsar la reforma universitaria. El ambiente en el campus era de discusiones y tensión. En uno de las reuniones de Mockus con los estudiante, en el Auditorio León de Greiff, Mockus se bajó los pantalones y le mostró la cola a los estudiantes porque no le permitían hablar.
El episodio lo convirtió en el rector más famoso y polémico del país, pero también lo obligó a renunciar al cargo en noviembre de 1993. Ese día, consideró que había una reacción adversa a sus actuaciones y el presidente César Gaviria le había pedido la renuncia. En abril de 1994 Mockus ya era candidato a la Alcaldía de Bogotá y regresó a la Universidad Nacional para debatir sobre con Enrique Peñalosa sobre problemática ambiental de la ciudad. En medio de la exposición de Peñalosa unos estudiantes se subieron a la tarima y regaron boñiga sobre la mesa en la que estaban Mockus y el moderador. El evento continuó en completa tensión y cuando el exrector de la universidad se preparaba para hablar, un estudiante le rapó el micrófono. Mockus le enseñó una tarjeta roja. De repente otro joven se la arrebató y el exalcalde reaccionó violentamente. Todo quedó registrado en video.
El 1 de enero de 1994 Antanas Mockus inició su mandato como alcalde de la capital. Impulsó una fuerte campaña de cultura ciudadana. Creó las cebras peatonales para disminuir los accidentes, entregó miles de tarjetas rojas y verdes para que los ciudadanos calificaran los actos de cualquier transeúnte, e impulsó la ley “zanahoria”, que le puso límite de la fiesta en establecimientos públicos, los cuales debían cerrar la 1:00 de la mañana. Siendo alcalde se casó en el circo de los hermanos Gasca en enero de 1996, y con una altísima popularidad, en marzo de 1997, renunció para lanzarse a la Presidencia de la República, dejando el mandato a la mitad. En la campaña electoral de 1998, Antanas continuó con sus excentricidades, cuando en un debate con Horacio Serpa, y Noemí Sanín, le lanzó un vaso de agua, mientras decía que “ojalá los guerrilleros y paramilitares cambiarán la violencia por este tipo de actos”.
Desde entonces ha promovido decenas de actos simbólicos, ha sido candidato dos veces más a la Presidencia de la República y el viernes pasado se posesionó como el segundo senador más votado, después del expresidente Álvaro Uribe. Y nuevamente se robó el show, se bajó los pantalones ante el Congreso en pleno y fue postulado por la bancada de fuerzas independientes para ser presidente del Senado, dignidad que perdió con el senador del Centro Democrático, Ernesto Macías, quien anunció que estudian la posibilidad de que Mockus sea investigado por la Comisión de Ética del congreso por realizar actos obscenos.