Ayer, con la instalación del Foro Nacional de Víctimas en Cali, se abrió un nuevo capítulo de la discusión sobre quiénes deben ser las personas reconocidas como víctimas por las delegaciones de paz del Gobierno y las Farc, quiénes integrarán las comitivas que desde el próximo 16 de agosto visitarán la mesa de conversaciones de La Habana (Cuba) y, por supuesto, cuáles serán las infracciones a los derechos humanos y al derecho internacional humanitario que reconocerán las partes de una guerra que ya completa cincuenta años.
Sellando la polémica sobre la supuesta baja participación de las víctimas de la guerrilla en los foros regionales que ya se realizaron (Barrancabermeja, Villavicencio y Barranquilla), la apertura del evento en la capital del Valle del Cauca contó con la presencia del general Luis Mendieta, el exdiputado del Valle Sigifredo López y el gobernador del Meta Alan Jara. Víctimas de secuestro a manos de las Farc, fueron invitados por la Organización de Naciones Unidas y el Centro de Pensamiento y Seguimiento al Proceso de Paz de la Universidad Nacional.
Pese a que el mensaje que caló en la mayoría de las víctimas presentes en el foro fue la unidad, una carta enviada por las Farc a manera de “saludo” prendió de nuevo la polémica sobre quiénes son las verdaderas víctimas y cuáles son sus prioridades a la hora de encarar el proceso de paz que se desarrolla en Cuba. En la misiva, firmada por la “Delegación de paz de las Farc”, la guerrilla se quejó pues, según ellos, “siendo la paz y el cese bilateral de fuegos la principal reivindicación hecha por la inmensa mayoría de víctimas, nos parece inconveniente, por decir lo menos, que tanto los grandes medios de comunicación como instancias organizativas de los foros, no hayan registrado este clamor con la suficiente fuerza con que se ha producido”.
En el documento las Farc fueron más allá y dijeron que “si bien reiteran su decisión de siempre escuchar y mantener la defensa de las víctimas, sin restricción ni discriminación alguna (...), si la delegación gubernamental en el proceso de paz entiende que miembros de la Fuerza Pública y de los aparatos de represión del Estado deben ser recibidos y escuchados en estos mecanismos y espacios, incluyendo el escenario de La Habana, lo justo y equilibrado es que integrantes de la insurgencia que hoy se encuentran en estado de hacinamiento, varios de ellos heridos, mutilados, algunos peligrando su vida por problemas de salud en las cárceles de Colombia, también deben ser escuchados”.
El mayor Carlos Guillermo Ospina, víctima y representante de víctimas militares presentes en el Foro, respondió a las Farc y dijo que “están pidiendo un imposible porque las Farc fueron los victimarios de la sociedad colombiana (...) Sin embargo, hay que mirar en qué desarrollo sufrieron daño esas personas de las que hablan. Si no fue por culpa de acciones militares y no son ellos mismos los afectados sino sus familias, podrían ser escuchados”.
El foro de Cali también contó con la presencia de Juan Fernando Cristo, designado recientemente como ministro del Interior para el segundo gobierno del presidente Juan Manuel Santos y cuyo padre fue asesinado por el Eln hace 17 años. El expresidente del Congreso sostuvo, frente a las cerca de 1.200 víctimas que estuvieron en la instalación, que “asisto en mi calidad de víctima, de ciudadano. Como tal, clamo por la unidad de las víctimas, que no haya división entre quienes han padecido el conflicto. Hemos avanzado mucho. Este encuentro y los tres regionales eran algo impensable hace cinco o seis años. Hoy, las víctimas están en el centro de la discusión de la paz y siendo reconocidas por el Estado”.