Ni el presidente de Colombia ni el fiscal general de la Nación quieren dar un paso atrás. Gustavo Petro dijo desde España que, como es el jefe de Estado, es el jefe del fiscal. Francisco Barbosa, por su parte, le respondió que esa es una actitud de dictador y emprendió una batalla para que el estamento judicial y organismos internacionales cuestionaran la afirmación del mandatario.
En contexto: Petro dice que es el jefe del fiscal y Barbosa lo acusa de dictador
La mañana y la tarde de este viernes se fueron entre mensajes que ambos cruzaron a través de medios de comunicación y de sus propias plataformas en redes sociales, mientras a lo largo del día a los dos les llovieron críticas.
Uno de los llamados a la prudencia en las afirmaciones lo hizo Juan Pappier, subdirector para las Américas de Human Rights Watch. Calificó de preocupantes las declaraciones del presidente Petro y recordó que según la Constitución Política la Fiscalía es parte de la rama judicial y por lo tanto independiente del ejecutivo.
Agregó que las tensiones entre ambos son “motivadas por actitudes irresponsables de ambos lados” y “ponen al país en una situación institucional preocupante”. Además, enfatizó en que la discusión ocurre “justamente cuando la Fiscalía tiene por delante la tarea crucial de realizar procesos sólidos contra organizaciones criminales para lograr su sometimiento a la justicia y de investigar evidencias de negociaciones ilegales”.
Antes de él, fue la propia Corte Suprema de Justicia la que se pronunció contra lo dicho por el presidente Petro. Según el alto tribunal, lo que hace el mandatario es una “errada interpretación del artículo 115 de la Constitución Política” que “desconoce la autonomía e independencia judicial, cláusula fundacional de la democracia colombiana y pilar esencial del Estado social de Derecho”.
Lea: El jalón de orejas de la Corte Suprema a Gustavo Petro por rifirrafe con el fiscal
Además, añadió que el fiscal no tiene superior jerárquico y que es un funcionario cuya misión esta claramente regulada por el orden jurídico y enmarcada en la autonomía e independencia de la rama judicial. “Desconocer o malinterpretar las bases de nuestro Estado de Derecho crea incertidumbre, fragmentación e inestabilidad institucional”.
Pero lejos de retractarse o corregir lo dicho públicamente, el presidente Petro le respondió a la Corte e insistió, aunque de forma matizada, en su interpretación de lo que significa ser jefe de Estado: “No he faltado a mi palabra ni a la Constitución en mi respuesta al fiscal que a su vez me irrespeta como jefe del Estado. Como jefe de Estado soy representante de la Nación ante el mundo y ante el pueblo”.
Y enseguida condujo el debate, de nuevo, a la denuncia periodística del portal La Nueva Prensa que es el origen del nuevo encontronazo entre ambos: que el fiscal Daniel Hernández conocía de antemano un listado de personas que serían asesinadas por las AGC o Clan del Golfo en el Caribe y no actuó para evitar dichos homicidios. “Como representante del Estado ante el pueblo de nuevo pregunto: ¿Sabia la fiscalía de la existencia de una lista del clan del golfo con el nombre de 200 personas a las que iban a asesinar y que después, sin ninguna actividad preventiva de la fiscalía asesinaron?”, escribió el presidente en esa respuesta.
El fiscal, por su parte, en las salidas que ha tenido en medios de comunicación tampoco le ha bajado los ánimos a la discusión: “Se le informará a la comunidad internacional que el señor Gustavo Petro en este momento ha asumido un rol distinto que ya no es cumplir la Constitución que juró el día que se posesionó sino que piensa desconocerla”, dijo en entrevista con la W Radio.
En esa misma entrevista arremetió: “El presidente está asumiendo una actitud de dictadura o de poder omnímodo en Colombia sin ningún tipo de duda, porque lo que está ocurriendo es básicamente un atentado contra la independencia judicial en el país”.
El fiscal dejó ver que, de su lado, no va a echar para atrás en sus reclamos al mandatario: “la única posibilidad de que se resuelva esta situación es que exista sensatez, cordura, por parte del jefe de Estado”.
Lo sucedido este viernes es un nuevo capítulo de la tensión entre el presidente y el fiscal que a veces encuentra una actitud conciliadora, pero que a veces estalla. Como apuntó el director para las Américas de Human Rights Watch, el hecho ocurre en medio de la apuesta de Petro por aterrizar la “paz total” en el país, en la que la Fiscalía juega un papel fundamental.
