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Al considerar que la democracia en Colombia cada vez se pone más en riesgo, el fiscal general de la nación, Néstor Humberto Martínez afirmó que la lucha contra la corrupción debe convertirse en una prioridad para el país. Así lo afirmó en su intervención durante el Primer Encuentro Internacional de Partidos Políticos de Centro Derecha que organiza el Partido Conservador.
Las palabras de Martínez, de hecho, llegaron a alertar sobre el surgimiento de una clase política emergente que, según señaló, está capturando al Estado. “Ven la oportunidad de apoderarse de recursos públicos, su única filosofía, para acceder al poder”, afirmó el jefe del ente acusador, en el marco de una discusión dedicada a la corrupción como enemigo del progreso.
El asunto sobre la corrupción, incluso, se ha convertido en el principal discurso del fiscal desde que fue posesionado por el presidente Juan Manuel Santos, en la Casa de Nariño y más en este momento, en el que país conoce cada vez mayores detalles de cómo los tentáculos de la multinacional brasilerña, Odebrecht, llegaron a Colombia. Por eso, tampoco han sobrado fuerzas políticas que se han dedicado a defender el mismo discurso de cara a las elecciones del año entrante.
Sigue a El Espectador en WhatsAppEn todo caso, el fiscal afirmó que tiene en su poder puebras irrefutables que dan cuenta de que la corrupción tiene orígenes en todos los sectores, empezando por las autoridades locales y regionales hasta llegar a los más altos poderes del Estado. “Se están consolidando nuevas formas políticas, que no tiene un ideario ni filosofa distinta a la de cooptar el Estado en beneficio de sus propios intereses. Y esa clase emergente está creciendo en la democracia local y regional. Hoy lo tengo absolutamente comprobado”, insistió Martínez.
Eso, agregó el fiscal en el conversatorio en el que participaron, entre otros, Emardo Hantelmann, miembro del partido Renovación Nacional, de Chile; y el senador Jorge Hernando Pedraza; hace que la representación de los ciudadanos con la clase política se vaya diluyendo. “Esa fuerza política de una clase emergente está llegando a los organismso de representación democrática al amparo de todas estas prácticas espurias, que ponen en riesgo la democracia”
Finalmente, dijo Martínez, se tiene que avanzar en la política de la lucha contra la corrupción que supere la capacidad disuasiva del Estado frente a la amenaza penal en contra de quienes ejercen prácticas corruptas en asuntos, por ejemplo, relacionados con la contratación pública.