María Paulina Aguinaga es concejal de Medellín desde hace más de siete años por el Centro Democrático. Recientemente fue sancionada por su partido, que le quitó el derecho al voto junto a otros tres compañeros, cuando en la definición de la presidencia de la corporación apoyaron a Lucas Cañas, yendo en contra del candidato de la colectividad, Simón Molina. Sanción que ya tumbó el Consejo Nacional Electoral (CNE).
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Titulada en Finanzas y Relaciones Internacionales y con maestría en Economía Internacional y Desarrollo, Aguinaga ha sido protagonista en debates trascendentales al interior del cabildo de la capital antioqueña, como el de las grandes inversiones que ha hecho EPM en Chile y Panamá, al igual que en el tema de Hidroituango. Y en este diálogo con El Espectador, además de hablar de su partido, de su futuro político y del alcalde Daniel Quintero, pone sobre la mesa un tema polémico: lo sucedido con la hidroeléctrica Bonyic en Panamá. un proyecto en el que participó EPM, que tardó nueve años en construirse y costó seis veces más de lo presupuestado.
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La obra significó la primera incursión de la empresa en la construcción de centrales de energía en otros países y fue presentada, en 2003, como “un paso trascendental para la internacionalización de EPM y para su estrategia de crecimiento”, con una inversión estimada en US $51 millones. Bonyic está localizado en la provincia panameña de Bocas del Toro, en límites con Costa Rica. Y según la concejal, varios de los ahora exalcaldes, dos de ellos actuales candidatos presidenciales (Sergio Fajardo y Federico Gutiérrez), conocieron de las dificultades y no hicieron nada para tratar de solucionarlas y recuperar lo invertido.
¿Le ganaron la partida al Centro Democrático y al mismo expresidente Álvaro Uribe con la decisión del CNE al devolverles el derecho al voto?
Lo primero que tengo que decir es que fue una sanción desproporcionada, arbitraria y precipitada. Se actuó con codicia y nunca se nos respetó el debido proceso. Tenemos que tener de precedente que había dos candidatos del Centro Democrático para la presidencia y que aquí nunca se traicionó al partido. Teníamos dos candidatos, cuatro concejales que apoyaban a Simón Molina y otros cuatro que me acompañaron a mí. El día de la elección nos postulamos los dos y fue allí donde nunca se alcanzó la mayoría, por lo que se procedió a la elección de Lucas Cañas.
Pero la división al interior del partido se hizo muy evidente…
Las diferencias siempre serán políticas y no personales. Lo que si tenemos claro es que el matoneo al que nos hemos visto expuestos por parte de nuestro mismo partido es muy grotesco. Han sacado memes en redes sociales y descalificativos de toda índole. Lo primero que se debe tener para avanzar en una relación es respeto y aquí no lo hemos tenido por parte de muchos de nuestros copartidarios. Primero es la ciudad, sus habitantes, los ciudadanos, que son a los que nos debemos. Ahí está lo que han hecho muchos de los concejales que dicen estar en la oposición al alcalde Daniel Quintero: votar en contra las vigencias futuras para la alimentación de los niños, que es dejarlos sin comida. A eso es a lo que no se le puede llamar oposición.
¿Por qué?
Lo hacen más por contrariar al alcalde que por verdadera oposición política. Es que por el hecho de que estemos en la oposición no le tenemos que decir “no” a todo. Por ejemplo, cuando se vota un presupuesto de una ciudad negativamente, sin hacer reparos y propuestas, lo que estamos viendo es que no se está defendiendo a la ciudad y a la gente. Ahí lo que se está haciendo es obstaculizar, como dije, la alimentación de miles de niños que solo dependen del PAE para poder tomar sus alimentos. Eso no es oposición, eso es mezquindad. No se puede desconocer que hay proyectos de acuerdo importantes y hay otros a los que sí se les debe hacer reparos, como el que buscaba crear más burocracia y que aquellos que dicen estar en la oposición votaron positivamente. Ese sí lo apoyaron.
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¿Y qué puede haber detrás de eso?
Se rasgan las vestiduras por el tema de EPM, pero se les olvida que yo fui una voz absolutamente solitaria en las pasadas administraciones denunciando las irregularidades de Hidroituango, las inversiones que hizo EPM en el exterior o lo del proyecto de Aguas Claras. Muchos de esos concejales fueron silenciosos y cómplices de todo lo que estaba sucediendo. ¿Y qué paso en septiembre pasado? Se fueron de paseo a México con los recursos de EPM. ¿Cómo se puede hacer control político a una empresa si se van con las directivas y el gerente a visitar México? Pero aún hay más: no existe un informe de las actividades que hicieron allá y menos de lo que encontraron los cabildantes en esa visita a México sobre una empresa familiar que capitalizó EPM con recursos públicos que no ha dado un solo peso de utilidad, solo ha dado perdidas.
El tema de Hidroituango es hoy una ‘papa caliente’ a nivel nacional y Federico Gutiérrez, uno de los candidatos a la Presidencia, que fue alcalde de Medellín, dijo que la crisis “se había podido haber presentado por temas de la naturaleza”. ¿Qué decir ante esa postura?
Un año antes de la contingencia de Hidroituango, en marzo de 2017, yo hice el primer debate de control político evidenciando en ese momento todas las falencias que tenía el contrato y los contratistas. La empresa brasilera Camargo Correa, una de las del consorcio encargado de la obra, tiene es un prontuario grande y está envuelta en los mismos escándalos de Odebrecht en muchos países del mundo. Incluso hay más de 70 de sus directivos presos. Aquí no estamos hablando de angelitos. Todo esto lo saque a relucir en el debate que hice hace cinco años. Yo denuncié los sobrecostos que para ese momento traía el proyecto con respecto de la remoción del material vegetal, lo del plan de aceleración, que fue una de las causantes de lo que paso en el cuarto de máquinas, y me crucificaron diciendo que lo que estaba haciendo era populismo, que no hablara del proyecto, que todo iba bien y estaba perfecto. Le dije al alcalde de ese entontes, Federico Gutiérrez, de todas las irregularidades que se estaban presentando y todo lo tengo documentado, dejé constancias, pero además, le dije que nombrara una auditoría externa, aparte, para que le hiciera seguimiento, no solo financiero sino técnico. Pues no me hicieron caso y mire lo que pasó.
Claro que actualmente se han recuperado algunos recursos con la gestión del alcalde Daniel Quintero y de la Contraloría, porque los anteriores alcaldes no responsabilizaron a nadie, ¿o estoy equivocado?
Si, pero recordemos, por ejemplo, que pasó con la hidroeléctrica que construyó EPM en Panamá, Bonyic, donde están casualmente las mismas empresas que hoy están en Hidroituango. Tenía un costo inicial de US $51 millones y terminó costando US $314 millones, seis veces de lo que se presupuestó inicialmente. Esa empresa lleva más de US $140 millones de pérdidas acumuladas. A la junta directiva de esa época yo le oficie para que entrara a mirar que se hacía con estas empresas que nos estaban solo dando pérdidas y contestaron que era improcedente porque estas hacían parte de EPM y que ellos eran aliados.
¿Quién debe responder, según usted?
La Contraloría de Medellín adelantó una auditoria especial a ese proyecto y determinó un presunto hallazgo fiscal de más de US $140 millones. En este momento el proceso está en lo de responsabilidad fiscal. Allí tenemos varias administraciones involucradas. El proyecto empezó en la administración de Luis Pérez, pero no hubo ninguna actuación trascendental. Los contratos, las grandes adiciones se hicieron durante las administraciones de Sergio Fajardo, Alonso Salazar y Aníbal Gaviria, y este último, en su administración y en su junta directiva, afirmó que era improcedente repetir en contra de esa empresa porque era aliada de EPM.
¿Y Federico Gutiérrez?
La hidroeléctrica comenzó a funcionar en 2015 y Federico Gutiérrez llegó a la Alcaldía en 2016. A él no le tocó tomar ninguna decisión frente a eso, fueron las tres administraciones anteriores. Ahora, el tema es que tampoco hizo nada para recuperar esos dineros.
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¿Qué va a pasar con usted después del 2023, cuando termine el periodo en el Concejo? ¿Va a seguir en el Centro Democrático?
Cada día trae su afán. Por el momento seguiremos trabajando incansablemente por Medellín y por sus gentes. Uno debe ser coherente, eso es lo que más valora la gente, además de la seriedad. El día a día nos dirá cuál debe ser el próximo paso.
¿Pero indiscutiblemente no seguirá en el Centro Democrático?
Uno nunca debe decir ‘de esta agua no beberé’.
¿Qué piensa usted de la gestión del alcalde Quintero?
Esto no es de estar o no estar con la administración sino de estar con la ciudad, con la gente. Lo que este bien para la ciudad y los ciudadanos lo estaremos apoyando, pero donde veamos falencias, estaremos alertando con vehemencia y carácter. Cuando veamos equivocaciones estaremos alertando sobre ellas y también dónde podamos aportar estaremos aportando. No nos podemos quedar solo en las criticas, a nosotros nos eligieron para proponer y hacer cosas por la ciudad y sus gentes.
Hay quienes dicen que usted tiene muchas cuotas burocráticas en la administración municipal, ¿qué les responde?
Hay mucha gente que actúa de manera malintencionada con el fin de dañar la honra y el buen nombre. Yo invito y reto al que quiera que me muestre las cuotas que dicen que tengo.
¿Cuándo fue la última vez que habló con el alcalde Quintero?
Creo que fue a finales de febrero en Manrique, donde coincidimos en la inauguración una obra que gestione.
¿Y cómo es su relación con él?
Sí, el tema es que él es el alcalde y nosotros somos los cabildantes, y tenemos que tener comunicación. Recuerde que nosotros somos los voceros de la comunidad para con la administración. Yo tengo una relación diaria con los secretarios, porque la gente lo llama a uno para muchas cosas. Somos la vía entre el alcalde y la comunidad.
¿Cómo calificaría esa gestión de Quintero?
No me atrevería a dar una calificación. Creo que ha hecho unas cosas bien, como lo de la matrícula cero, el Metro de la 80 y otras obras. Le reconozco cosas, pero lo que no comparto son sus formas, no comparto muchas cosas que dice de EPM, a pesar de que en muchas de ellas tiene la razón. El modo es el que no comparto, porque finalmente eso termina haciéndole mucho daño a la empresa. Por ejemplo, no estuve de acuerdo con el tema del aeropuerto Olaya Herrera y el proyecto de acuerdo de la Secretaría de la No Violencia no lo voté porque creo que era innecesaria.
¿Pero pasa el año el alcalde?
Lo pasa raspando.
¿Cuál es su postura frente a la elección presidencial?
Tengo algo muy claro y es que a la izquierda o a lo que representa Gustavo Petro hay que decirle que no. Creo que es una persona incendiaria. A los candidatos solo les he visto ataques personales, no veo propuestas profundas, serias. No hay propuestas para el tema del desempleo, de la economía, de la inseguridad. Hoy no veo propuestas que me llamen la atención.