El presidente del Partido COnservador Efraín Cepeda, dijo que su colectividad irá a los comicios de 2010 con candidato propio.
De acuerdo con Cepeda, el Partido Conservador no está interesado en apoyar una segunda reelección del presidente, Álvaro Uribe ni siquiera si hay una hecatombe, única situación en la que el actual mandatario estaría dispuesto a seguir en el poder.
El presidente del partido Conservador aclaró que en 2002 se llegó a varios acuerdos programáticos con Uribe para apoyar su aspiración presidencial y que en 2006, ocurrió algo similar.
El miércoles en la noche, en la Casa de Nariño, el Primer Mandatario les dijo a los parlamentarios de su bancada que pensaría en una segunda reelección, solamente si hay una "hecatombe", lo que generó todo tipo de especulaciones frente a lo que quiso decir Uribe con ese término.
El asesor José Obdulio Gaviria dijo que la hecatombe se presentaría si no se encuentra un relevo para el jefe del Estado y si la bancada uribista no logra la unidad y lanzar un candidato único para las elecciones de 2010.
El ex asesor del presidente, Fabio Echeverry, dijo que no está de acuerdo con un nuevo mandato de Álvaro Uribe. Dijo que es absurdo pensar en un tercer mandato cuando apenas está comenzando el segundo.
Por su parte, el ex presidente Ernesto Samper advirtió que una nueva reelección significaría un congelamiento de la política para los próximos años. Hay nombres como Luis Eduardo Garzón, Carlos Gaviria y Germán Vargas Lleras, según señaló Samper a Caracol Radio, que podrían presentarse para las elecciones de 2010.
El senador Gustavo Petro, entre tanto, dijo que será el próximo presidente Uribe el que genere dicha Hecatombe, pues dividirá a su partido para mantenerse en el poder. Esa es la misma percepción que tiene el director del Polo Democrático, el ex candidato presidencial Carlos Gaviria.
Uribe respondió sobre el tema de la reelección a una pregunta de la presidenta del Congreso de la República, Nancy Patricia Gutiérrez, sobre el tema.
Gutiérrez dijo posteriormente que entre los asistentes al encuentro con Uribe no causó extrañeza entre los asistentes, ni tampoco provocó curiosidad el tratar de determinar a qué se refería el mandatario cuando hablaba de "hecatombe".