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A la 1:20 p.m. de este martes se dio por finalizada la sesión en la Comisión Primera, en la que se dio inicio a la discusión de la reforma política. Se trata del tercer debate de ocho que tendrá que superar la iniciativa, al tratarse de una modificación a la Constitución Política, y se levantó la sesión debido a que se cruzaba con la plenaria que inicia a las 2:00 p.m.
El debate se reanudará el miércoles a las 10:00 a.m. y la expectativa es que se alargue durante todo el día hasta que se apruebe el proyecto en su tercer debate. El tiempo solo alcanzó para una intervención, la del representante Heráclito Landínez (Pacto Histórico), vicepresidente de la Comisión Primera y ponente coordinador del proyecto, quien destacó las apuestas de un proyecto que bajo su óptica no pretende otra cosa que “mejorar el sistema político colombiano”.
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Pero antes de que hablara Landínez, la sesión tuvo varios tropiezos e interrupciones. Primero, estaba programada para las 10:00 a.m., sin embargo inició pasadas las 11:00 a.m. Luego, debido a la presencia de varias personas externas a la Comisión, como asesores y otros funcionarios, se tuvo que suspender hasta por 20 minutos la sesión, que también tuvo fallas de ruido por lo que la sesión del miércoles se realizará en otro recinto y no en el de la Comisión.
El debate inició con la discusión de los impedimentos radicados en la Secretaria. Temas como grados de consanguinidad, parentesco y afinidad, conflictos de intereses, investigaciones ante los entes de control y procesos en el Consejo de Estado, se estudiaron y votaron para definir si representantes como Astrid Sánchez Montes de Oca, José Jaime Uscátegui, Carlos Felipe Quintero, Jorge Eliécer Tamayo, Óscar Sánchez, Diógenes Quintero, James Mosquera, Luz María Múnera, Catherine Juvinao, entre otros, podían seguir siendo parte del debate.
En su intervención, Landínez resaltó sobre la discusión que cuenta con la visión no solo de los representantes y senadores, que ya dieron los dos primeros debates, sino también de otros actores políticos, medios de comunicación, foros académicos, entre otros. Así la reforma, para el vicepresidente de la Comisión Primera, “ha tenido suficiente discusión y controversia sobre el sistema político colombiano”, aunque dijo que de todas formas es importante que se discuta uno a uno los artículos y propuestas de la iniciativa.
Por otro lado, Landínez se refirió a la propuesta de ampliar de cuatro a cinco años los períodos de mando de presidencia, Congreso, alcaldías, gobernaciones y asambleas, que al final se cayó en la ponencia que se debatirá y que calificó como una propuesta “ambiciosa”.
Según dijo, eso significaría hacer una “gran reforma” porque sería necesario además alargar los periodos de otras ramas del poder, de organismos autónomos, procesos de planeación del desarrollo, de ordenamiento del territorio, de planificación financiera, entre otros. La propuesta no se incluyó en la ponencia, pero todo indica que representantes del Partido Conservador insistirán en esa idea vía proposición para que se discuta el miércoles.
Y ese, de acuerdo con el representante del Pacto Histórico, no es el objetivo de la reforma política que pretende “fortalecer los mecanismos democráticos al interior de los partidos políticos” y crear un marco constitucional para que los distintos actores políticos “decidan participar en procesos de elección en todos los niveles”. Es decir, fijar las reglas del juego “para todos los partidos políticos” y “en todos los niveles, para llegar a cargos uninominales o corporaciones públicas de elección popular”.
Tras la intervención de Landínez, el presidente de la Comisión, Juan Carlos Wills (Partido Conservador) reiteró la necesidad de dar el debate en el recinto de la plenaria de Cámara y levantó la sesión. La reprogramó para las 10:00 a.m. y pidió a los miembros de la Comisión ir “preparados, tranquilos y relajados a sacar este proyecto adelante”, pues admitió que están “sobre el tiempo”.
Las apuestas de la Cámara para la reforma política
La semana pasada se presentó la ponencia que discutirá la Comisión Primera, en la que ya no está incluida la propuesta de ampliar de cuatro a cinco años los períodos de gobierno, pero se mantuvo la propuesta de establecer una segunda vuelta para la elección de alcaldes en ciudades grandes.
“Los gobernadores o alcaldes de los departamentos o ciudades que tengan una población igual o mayor al 5% del censo poblacional certificado por el DANE, serán elegidos para un periodo de cuatro años por el 40 % de los votos que de manera secreta y directa depositen los ciudadanos con las formalidades que determine la ley, siempre que, sobre pase al segundo candidato más votado con 10 puntos porcentuales”, se lee en el texto que se añadiría a la Constitución.
Revivir el voto obligatorio es otra de las apuesta de la discusión en la Cámara. Este tema se aprobó durante el primer debate en la Comisión Primera del Senado, pero se hundió en plenaria con 56 votos en contra de ese punto. El objetivo de este nuevo intento, al que no le caminan los partidos tradicionales, es que en la Constitución quede estipulado que “el voto es un derecho y un deber ciudadano de obligatorio cumplimiento”.