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Hace poco más de una semana se radicó la propuesta de reforma política del Ejecutivo. La Comisión Primera del Senado corrió y ya tiene lista la ponencia para discutirla en la sesión de este miércoles. El texto acumuló cuatro propuestas más que estaban circulando por el Congreso y Roy Barreras fue el encargado de ponerlas todas en un solo texto.
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Son varios los cambios introducidos frente a la propuesta original. Mientras que el Gobierno tenía como una de sus metas principales la financiación de las campañas de forma 100% estatal, el proyecto que se estudiará en esta sesión vuelve al sistema mixto que actualmente existe. “Las campañas electorales (…)serán financiadas de manera anticipada a la contienda electoral preponderantemente con recursos estatales y aportes privados”.
Eso sí, el aporte de privados no podrá ser a una única campaña, sino que integrarán un fondo de financiación de campañas y partidos políticos. Los aportes hechos por los privados podrán ser destinados a la voluntad del donante, sin embargo, no podrá “destinarse directa y específicamente a un solo candidato”.
Frente a la propuesta gobiernista se agrega un artículo que deja constancia que los partidos o movimientos políticos pueden perder la personería jurídica si se abstienen de utilizar mecanismos de democracia interna para definir sus listas al Congreso y a corporaciones públicas. Asimismo se introduce una restricción para que solo puedan candidatearse personas que demuestren una militancia en los partidos de al menos seis meses.
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En cuanto al conflicto de intereses por financiación, el proyecto de reforma política la elimina bajo el argumento de que los aportes de los privados serán directamente a los partidos por lo que de ninguna manera un congresista incurrirá en conflicto de intereses por los donantes de su colectividad.
La nueva propuesta incluye la petición de voto obligatorio por dos periodos de elección constitucional después de que se apruebe el proyecto. No obstante, se deja una ventana antes de las votaciones para que los ciudadanos objeten ejercer su derecho al voto y por ende no incurran en ninguna sanción.
Otras de las modificaciones es la de la posibilidad de que los partidos en coalición puedan volverse una sola colectividad en caso de sacar candidatos. La propuesta de gobierno solo daba la opción, mientras que el proyecto final establece la obligatoriedad de que los partidos se fusionen y actúen como una sola bancada.
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El tema de la lista cerrada también perdió dientes. Ya no se instaurará de aquí en adelante, sino que será obligatoria solo por dos periodos. Además, el tema de la democracia interna también pierde efecto en el primer periodo, pues se le da la opción a los partidos que definan las listas con el orden de votación de la elección anterior. De esta manera, la democracia interna quedaría relegada al segundo periodo.
