“Es la hora de la unidad”. Con este mensaje a su homólogo brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, el presidente Gustavo Petro trazó una de las líneas discursivas que desplegará en las próximas horas en un calendario nutrido de compromisos internacionales. Tras su paso por tres países de Medio Oriente, el jefe de Estado estará pocas horas en Bogotá y partirá este miércoles hacia Brasil para la Cumbre de Líderes de la COP30, un compromiso previo a su llegada a Santa Marta, donde durante el fin de semana será anfitrión de la cuarta edición de la cumbre Celac-UE.
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Esta serie de citas hace parte del vuelco que Petro le viene dando a su agenda desde hace seis semanas exactas, cuando, desde Nueva York, lanzó varios pronunciamientos en contra del republicano Donald Trump por la coyuntura del genocidio en Gaza. Ese hecho derivó en el retiro de su visa y la de varios de sus funcionarios, así como en la inclusión de su nombre, la de algunos de sus familiares y del ministro del Interior, Armando Benedetti, en la llamada Lista Clinton.
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De acuerdo con voces de la Cancillería, las giras internacionales y la gestión de eventos de alto nivel en el país hacen parte de la apuesta de la Casa de Nariño por consolidar al presidente como referente global en la discusión de temas de paz, migración, cambio climático, entre otros. La estrategia ya cumple varios años, pero, según los funcionarios del Palacio de San Carlos, tomó un nuevo aire con los retos que planteó el distanciamiento con Estados Unidos.
Fue por esta razón que Petro volvió a moverse en busca de estrechar lazos con Catar, donde acaba de inaugurar una nueva embajada colombiana. El jefe de Estado ha demostrado su cercanía con el emir Tamim bin Hamad Al Thani, a quien ya recibió en la Casa de Nariño y con quien ha hablado de apoyo a los procesos de la paz total, de su interés de participar en la mediación de la guerra entre Israel y Hamás y de las oportunidades comerciales en el futuro cercano.
En su reciente paso por el Palacio Real de Doha, Petro también sumó a esa relación el factor Estados Unidos, pues consciente de la amistad del emir con Donald Trump, le pidió al primero ayudar con sus buenos oficios “para desescalar el conflicto” con el magnate. Durante la cita privada con el jeque, el mandatario insistió en que su política de drogas ha sido exitosa, que lidera la administración que más ha incautado cocaína y que, por esas y otras razones, no le parece justo que la administración estadounidense haya descertificado a Colombia, cerrado los canales de ayuda e incluido a Petro en la lista de supuestos patrocinadores o promotores del narcotráfico.
“No hay un solo dato que les permita meterme en una lista para narcos, solo porque me expreso en contra del genocidio en Gaza y de las ejecuciones extrajudiciales en el Caribe”, aseguró este martes el jefe de Estado en un mensaje de X.
La táctica de Petro va en dos vías, pues al tiempo que intenta recomponer el diálogo con Trump, pues incluso les jaló las orejas a sus funcionarios por no tener un canal directo con la Casa Blanca, busca rodearse de otros jefes de Estado que están en la misma orilla ideológica y que, durante estos más de tres años, lo han respaldado en varias coyunturas.
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En la agenda del presidente hay dos citas que encajan perfectamente en su estrategia: el paso por Brasil en el marco de la COP30 y la cumbre en Santa Marta entre la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y la Unión Europea (UE). En ambos escenarios se reencontrará con aliados como Lula da Silva (Brasil), Gabriel Boric (Chile), Yamandú Orsi (Uruguay), entre otros. Así mismo, intentará llamar la atención de líderes europeos como el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, y el presidente del Consejo Europeo, António Costa.
La cita de Santa Marta será una tarima para que Petro insista en la necesidad de la unidad latinoamericana y ahora con Europa para responder a los embates de Trump en materia política y comercial. Ese fue el mensaje que le envió a su par brasileño al agradecer su presencia en la cumbre. “Agradezco al presidente Lula que en este que es el momento más duro para Latinoamérica y el Caribe, decida que nos encontremos en Santa Marta con Europa. Es la hora de la unidad”, dijo en su cuenta de X.
Sin embargo, la movida se llevará a cabo de manera parcial, pues al evento no llegarán figuras de alto nivel con las que contaba Petro, como el canciller alemán, Friedrich Merz, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, quienes, de acuerdo con medios internacionales, prefieren no asistir para no enviar un mensaje que aumente los roces con Donald Trump.
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Al margen de estos dos encuentros, Petro le ha insistido a sus ministros en la necesidad de ampliar los horizontes de relaciones diplomáticas y comerciales, por lo que en la Cancillería, el Ministerio de Comercio y otras entidades acelerarán los acercamientos con los mercados árabes y chino. Como lo contó este diario, apenas la semana anterior el Ministerio de Agricultura dio la luz verde definitiva que se necesitaba para exportar banano y limón Tahití colombianos a China.
En lo que va corrido de esta administración, el presidente lleva 73 viajes al exterior y, según voces de Palacio, en los nueve meses que restan del gobierno, esta cifra podría aumentar considerablemente por la visión del mandatario de buscar respaldo en el exterior para su agenda local. De hecho, según confirmó él mismo, espera volver a Estados Unidos, pese a no tener visa, para las sesiones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, de las que Colombia hará parte, como invitado, a partir del 1 de enero de 2026.
El factor Venezuela seguirá siendo clave, pues buena parte de la estrategia de Petro dependerá de hasta dónde llevará Trump sus operaciones militares contra el narcotráfico que, según dice, sale del vecino país con complicidad del régimen. Entre tanto, el mandatario colombiano intentará conjugar esas movidas con la política electoral local, pues considera que los episodios del conflicto con Trump le pueden dar un impulso a su apuesta de reelegir el progresismo. De hecho, según él lo afirmó, parte del éxito de los 2,7 millones en la consulta del 26 de octubre habrían estado relacionados con la arremetida del magnate en su contra.
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