Para unos sí porque sería una buena fórmula para combatir la corrupción, para otros no porque se estaría coartando la libertad de los ciudadanos y, por el contrario, daría para incrementar precisamente la corrupción. Son, en síntesis, las posturas que plantean los candidatos cabeza de lista al Senado de los diferentes partidos políticos participantes en el debate realizado por la Universidad de los Andes, El Espectador y Noticias Caracol, en torno a la discusión sobre si implantar o no el voto obligatorio en Colombia.
Para Alfredo Rangel, candidato del Centro Democrático (quien asistió en lugar de Álvaro Uribe, cabeza de la lista), sería positivo poner la obligatoriedad del voto, al menos por un tiempo, para limpiar el sistema electoral. Posición que comparte el pastor John Milton Rodríguez, de Colombia Justa-Libres, quien además propuso la “muerte política” para los corruptos hasta su primer y segundo ciclo familiar, para evitar que se perpetúen en el poder.
En concepto de Rodríguez, el voto obligatorio, apoyado en una firme educación del ciudadano desde el colegio y la universidad, da garantías de que sea limpio. “La abstención nos tiene en un Estado ilegítimo". No puede ser que sigamos legitimando cosas incorrectas (…) los ciudadanos tienen derecho a expresarse en las urnas, pero les estamos diciendo no se expresen porque hay corrupción. La abstención es la forma como los corruptos se mantienen en el poder”, enfatizó.
Roy Barreras, cabeza de lista de la U, cuestionó el “pésimo invento de la lista abierta, combinada con la circunscripción nacional del Senado”, lo cual, en su criterio, genera una “lucha fratricida entre los mismos miembros de la lista”. Y subrayó: “Por eso no hay partidos y se abren caminos a los populismos. Pedí en La Habana que se incluyera el voto con lista cerrada, lo defendí, pero a los compradores de votos no les interesa que haya partidos serios. Les conviene el sistema clientelar. Si el próximo Congreso no incluye la lista cerrada y no hay una reforma, habrá que convocar a una constituyente”, dijo.
Angélica Lozano, de la Alianza Verde, opinó que la prioridad debe ser concentrarse en que la mitad del país tenga un voto efectivo. “Hay 18% de votos nulos, no por protestas sino porque el tarjetón está mal diseñado. Se puede facilitar con tarjetones por separado. Nuestro Código Electoral es de 1986, anterior a la Constitución actual. Hay que ampliar la jornada de elecciones, lograr más horas disponibles. Ojalá más de un día. ¿El voto electrónico existe en dos leyes y por qué no se ha logrado? Porque pierden”, señaló.
Hernán Darío Echeverri, candidato del movimiento Sí se puede, manifestó que el Congreso en pleno parece querer el voto obligatorio, pero cuando están allá sentados terminan tomando decisiones diferentes. “Eso pasa con casi todos los asuntos de importancia en el país. Votar en blanco, anular el voto o dejar de votar, es un daño para nosotros mismos. Se la ponemos más fácil a los partidos tradicionales que compran votos, pero que aquí llegan a decir que no compran. El voto tiene que ser obligatorio al menos en unas generaciones”, expresó.
Ana Paola Agudelo, cabeza de lista del MIRA, dijo no estar de acuerdo con que se implante el voto obligatorio, pues el país no está preparado para ello. “No podemos castigar, lo que tenemos es que incentivar que la gente salga a votar. No salen porque no ven los beneficios, no se ven las leyes, no se ejecutan los programas, no hay garantías sociales. Tampoco hay garantías ni medios para ir a votar. Los colombianos en el exterior tienen que ir hasta seis horas en barco para llegar a un consulado”, indicó.
Y Rodrigo Lara, cabeza de lista de Cambio Radical, consideró que el voto obligatorio implica una coerción pues se estaría imponiendo a una persona el validar un sistema político que no lo representa. “La abstención es producto de la alienación entre la mayoría de los ciudadanos y el sistema político. Es un divorcio, y no se puede forzar una relación entre una pareja”. Por el contrario, Mauricio Gómez, del Partido Liberal, se mostró partidario del voto obligatorio, ya que no puede seguir sucediendo que "el mayor elector de Colombia siga siendo la abstención”. Asimismo, prometió que legislará para que no se eternicen en el Congreso los elegidos.
Jorge Robledo, del Polo Democrático, expuso tres razones para oponerse al voto obligatorio: “El voto tiene que ser un derecho democrático y el ciudadano, en conciencia, debe tener el derecho de decidir si vota o no o si lo hace en blanco, como una medida de rechazo”, explicó. Además, señaló que no se trata de una medida anticorrupción y lo único que va a producir será la reducción del valor de la compra del voto por aquello de la oferta y la demanda. “Nada nos dice que el hecho de que se obligatorio mejore la calidad, que se supone es de lo que trata”, concluyó.
David Barguil, candidato del Partido Conservador, expresó que el voto debe representar la libertad de una democracia y ser un ejercicio positivo y consciente, no una obligación por una ley. “Las maquinarias van a tener más posibilidades de llevar el electorado a las urnas pues son las que tienen los buses y regalan el tamal”. Y recordó: “Lo primero que hizo Chávez al llegar al poder o Pinochet fue imponer el voto obligatorio. Tenemos que defender la libertad”, concluyó.