Ana María Sánchez, nacida el 1 de mayo de 1970 en Itagüí, Colombia, es una destacada actriz conocida por su trabajo en teatro, cine y televisión. También se ha desempeñado como directora y profesora de actuación, y comparte su pasión por el oficio con los demás.
Sánchez comenzó su formación en la Escuela Nacional de Arte Dramático de Bogotá en 1991. Luego, se unió al Colectivo Teatral Matacandelas de Medellín, donde estuvo durante cuatro años, y pasó nueve años en la Corporación Estudio Teatro bajo la dirección de Pawel Nowiki. Su trayectoria en el teatro incluye actuaciones en obras como Las malcriadas, La hojarasca, Don Juan, Los Demonios, Frankenstein, In fraganti, Edipo rey, Quarteto, Un tranvía llamado Deseo, Trasatlántico, El inspector, Blanca Nieves y los siete enanitos, Los infortunios de la bella Otero y El conde Drácula.
En televisión, Sánchez ha dado vida a una variedad de personajes en producciones como Traga maluca, Amas de casa desesperadas, A mano limpia, El capo 2, El estilista, La luz de mis ojos, La Nocturna, Las Villamizar, entre otras. En cuanto al cine, Sánchez ha estado presente en películas como La primera noche, El carro, Paraíso Travel, Mi gente linda, mi gente bella y Reflejos.
Ana María Sánchez y su pasión por la enseñanza
La actriz ha decidido llevar su amor por la enseñanza a otro nivel con el lanzamiento de su plataforma en línea “Ana María Sánchez Action Training”. Con décadas de experiencia en el mundo del teatro y la formación actoral, Ana María quiere ofrecer a estudiantes de todo el mundo una experiencia de aprendizaje que sea tanto accesible como enriquecedora, así lo reveló en entrevista con Vea.
“Yo he venido enseñando hace mucho tiempo. Decidí rearmar todo lo que he enseñado, amalgamar todo eso y hacer una especie de plataforma online para que la gente que ha estudiado conmigo pueda entrar y repasar de alguna manera y no solo los que han estudiado conmigo, sino también la gente que no ha estudiado conmigo, gente de otras ciudades, de otros países, porque creo que la experiencia que tengo como maestra vale la pena”.
Desde muy joven, la actriz de 54 años se dio cuenta de que su pasión por la actuación iba de la mano con otra gran vocación: la enseñanza. A lo largo de su carrera, no solo ha dado vida a personajes memorables en teatro, cine y televisión, sino que también ha tenido el privilegio de guiar a nuevas generaciones de actores, moldeando su talento con la misma dedicación que ha puesto en su propia trayectoria.
“A mí me encanta enseñar, yo empecé a enseñar muy joven, como a los 30 años y enseñar me ha enseñado mucho, yo creo que soy mejor actriz a partir de que empecé a enseñar, porque aprendí mucho de ver a mis alumnos, cosas que yo hacía que la las veía en ellos también, ellos me pulieron mucho”, aseguró.
Aunque al principio se enfrentó al reto sin una preparación específica para enseñar actuación, su amor por la pedagogía y la práctica la llevaron a descubrir que formar actores era una de sus mayores vocaciones.
“Yo empecé a enseñar porque yo había salido de la Escuela Nacional de Arte Dramático, donde tuve unos maestros brutales, increíbles, una escuela maravillosa y me llamaron de la Academia Superior de Artes de Bogotá y dije: ‘empiezo allá’ y me fui encarrentando mucho, descubrí que tenía una pasión increíble para enseñar. Al principio me costó mucho, yo no sabía, fui aprendiendo en la práctica, porque no había academias para enseñarnos a enseñar y menos actuación", contó Sánchez.
Así era Ana María Sánchez como profesora de actuación
Con el tiempo, la actriz encontró su propia metodología de enseñanza, evolucionando desde un enfoque más severo a uno que respeta la individualidad de cada estudiante.
“Yo empecé muy brava, enseñando como me enseñaban a mí, con látigo. Después entendí, con los años, que enseñé muchos años terriblemente. Enseñaba muy bien, con mucha pasión, pero pretendía que los alumnos fueran idénticos a mí y eso es imposible. Entonces lo que fui entendiendo es que cada persona tiene su proceso y no todos tienen el mismo talento. Empecé a respetar eso y a pensar en más en los alumnos que en mí. Creo que empecé muy egocéntrica y el trabajo de enseñar también me ha pulido mucho el ego, aunque todavía me queda mucho terreno por recorrer", aseguró.
La carrera actoral de Ana María Sánchez comenzó en un ambiente donde la exigencia era parte del día a día. A los 16 años, se unió al grupo teatral Matacandelas en Medellín, una experiencia que dejó una huella profunda en su trayectoria. En ese lugar, el rigor y la disciplina eran esenciales, y cualquier error no se pasaba por alto.
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“Allá eso era un ejército. Nos daban palo por todo. Tuvimos maestros muy exigentes, ‘eso que está haciendo es mentira, yo no le creo, ahí no hay nada, eso ya lo vimos, usted sabía eso hace rato y se está repitiendo’. No nos creían casi nada de lo que hacíamos, era muy duro eso, nada era con suavena”. Gracias a eso, Ana María entendió que la actuación no solo era un arte, sino un ejercicio de entrega total, donde la autenticidad y la verdad escénica lo eran todo.
