Juan Pablo Obregón es un actor colombiano recordado por su participación en telenovelas como Padres e hijos, Doña Bella, Chica vampiro, Cuando vivas conmigo, Popland, entre otras.
Actualmente, el actor trabaja con sus redes sociales difundiendo un mensaje de fe y esperanza, que ha sido clave en su transformación personal y profesional.
Sigue a la Revista Vea en WhatsApp“Este es el camino por el que me ha ido llevando Dios, utilizar las redes sociales, donde fue un talón de aquiles para otras cosas para mí, para hacer cosas que no debía y hoy en día se utilizan de una manera natural, mostrando un día a día, la familia, pero siempre con la base y el centro Dios. Mostramos que de la mano de Dios se puede salvar un matrimonio, que fue mi caso, que de la mano de Dios se puede llevar una familia. Lo que intentamos comunicarle a la gente es que Dios sí es la solución para absolutamente de todo. Es un reto muy grande porque para las cosas de Dios poca gente apoya, mucha gente le hace el feo, pero llegan los que tienen que llegar, se van los que se tienen que ir, esas son mis redes sociales”, contó el actor en entrevista con Vea.
¿Qué pasó con Juan Pablo Obregón y su esposa?
Hace 24 años, Juan Pablo se casó con la modelo Ana María Malagón, madre de sus seis hijos: Juan Ángel, Juan Sebastián, Juan Francisco, María de los Ángeles, Juan Martín y Juan José. A lo largo de su matrimonio han tenido que enfrentar varias crisis que han puesto a prueba su amor y su fe en Dios.
Desde 2012, la pareja ha estado en un proceso de transformación espiritual, pero el 2024 fue un año complicado para su relación, pues Ana María enfrentaba serios problemas de salud ocasionados por una cirugía estética que se realizó en el 2005 en su busto. Esta situación afectó su energía y su estado de ánimo, lo que impactó profundamente su matrimonio. En diálogo con Vea, el actor reveló cómo enfrentaron ese momento.
“Llevábamos desde el año 2012 tratando de sanar heridas, de avanzar en cosas, de organizar nuestra vida y no habíamos podido. Nosotros hicimos una tarea espiritual que es la consagración a Jesús por María, que es una preparación más o menos de un año. Al final de ese libro había un texto que decía: ‘con tus vestiduras vuelves y me crucificas’, hablando de la modestia. Mi esposa entendió eso y dijo: ‘necesito cambiar mi vestuario’ porque ella era las que se ponía cosas chiquitas. A través de ese mensaje, ella empezó a cuestionarse y le llegó lo de los senos. Eso fue para el año 2016. Ahí empezó a hablarse del síndrome de Asia. Ella empezó a darse cuenta que tenía muchos de esos síntomas. Yo la verdad, en un principio no le creía mucho", comenzó contando.
Fueron varios los síntomas que Ana María comenzó a presentar por el Síndrome de Asia: “el 2024 fue un año terrible, a mi esposa ya se le estaba apagando hasta un ojito. Nuestra casa es de 3 niveles, pequeña y al tercer nivel llegaba agotada, fatigada. Independientemente que tengamos 6 hijitos vivos y cuatro en el cielo, ella es muy enérgica, para mí era difícil creerlo, honestamente, porque uno no piensa que esto tenga todas esas contraindicaciones”, dijo refiriéndose a la cirugía de aumento de senos que se había realizado años atrás su esposa.
Los cambios físicos y emocionales que la modelo comenzó a presentar fueron deteriorando su relación. “Tuvimos un diciembre terrible como pareja, yo ya no sabía qué hacer, mi esposa entró en una frialdad espiritual. Nosotros intentamos ser católicos comprometidos, coherentes, de ir todos los días a misa, de hacer santo rosario todos los días, estar en gracia de Dios, eso lo intentamos, pero mi esposa no quería sino los domingos ir a misa”.
También agregó: “eso era un obstáculo gigante. Ella todos los días se metía pepas para el dolor de cabeza, ella ya no sabía qué hacer para calmar dolores, yo tampoco sabía qué hacer. Yo era el que más llevaba el bulto porque soy su esposo. Me contestaba con tres piedras en la mano muchas veces, a mis hijos también".
Después de un tiempo, Juan Pablo convence a su esposa de visitar una profesional en psicología, quien determinó lo que en realidad le estaba pasando:
“Yo sentía que me estaba ahogando, yo estaba cansado, no sabía qué hacer, yo le pedía ayuda al Señor. Lo más difícil de esto es la crisis matrimonial que estábamos viviendo... Logro que mi esposa vaya al psicólogo, porque ella no quería nada, ella no quería hablar con sacerdotes, ni con psicólogos, no quería nada, un desánimo impresionante, casi que al extremo. La psicóloga, por cosas de Dios, se había explantado y no sabíamos y empieza a decirnos, ‘a mí me cambió la vida, yo no sé cómo tu esposa se aguanta esto, si con 6 hijos y yo con dos, era terrible, ustedes tienen que pedir mucho por la salud de tu esposa, porque si no los voy a ver en otras circunstancias en el psicólogo’. Yo termino de entender que mi esposa sí estaba pasando por una situación difícil que yo no pensé que fuera tan dura”, aseguró.
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Un milagro inesperado: esposa de Juan Pablo Obregón se explantó sus prótesis
Tras insistentes oraciones y la ayuda de la psicóloga, Ana María tomó la decisión de explantarse. Sin embargo, el alto costo de la cirugía representaba un obstáculo. Fue entonces cuando ocurrió lo inesperado:
“el Señor nos manda un regalo en enero inesperado, los milagros que hace Dios. Nos invitan de vacaciones casi que con todo pago y cuando nos despedimos de esa familia que nos invitó, al final nos dicen: ‘aquí les doy este regalo. Utilícenlo para lo que ustedes crean que deben utilizarlo’. Era dinero. Yo no le pedí plata a nadie. Así funcionan las cosas de Dios”, dijo.
Al contarlo, se dieron cuenta de que justo lo que requerían para la cirugía. “Nosotros nos pusimos a llorar. Ya Ana María había hecho contacto con el doctor que explantaba, porque para nosotros lo primero y lo más importante era que la persona que le explantara las prótesis a mi esposa lo hiciera con un fin espiritual. Ya le había dado un valor de cuánto costaba esto y cuando yo cuento el dinero en el baño, era el dinero exacto para todo esto”.
La operación no solo mejoró la salud física de Ana María, sino que también trajo una renovación espiritual a la pareja. “Fue un milagro. Mi esposa era otra después de la cirugía. Llevaba meses con una tortícolis que no podía mover el cuello, apenas se despertó de la anestesia decía: ‘no me duele el cuello, me siento distinta’. Tenía la cara diferente, esto fue un milagro del cielo y entendimos que lo más importante en esto no era lo físico, que es muy importante, sino lo espiritual, porque todos los dolores y todos esos pesos que mi esposa tenía, se le fueron inmediatamente. Fue una cosa loca. Cirugías estéticas por la vanidad son un sometimiento espiritual, como si tuvieras un peso espiritual aquí arriba, y eso era lo que mi esposa estaba padeciendo”.
Para Juan Pablo Obregón, esta experiencia reafirmó su fe en Dios. Después de dos meses de la cirugía, Ana María Malagón es otra, así lo asegura el actor de Padres e hijos:
“Mi esposa hoy en día es esa mujer de cuando éramos novios. Los cambios en salud ella está otra vez enérgica, su piel también le ha cambiado su cara, el pelo se le estaba cayendo. Muchos tratos que a ella se le salían como tratos feos hacía uno, han ido pasando casi que en su totalidad. Yo la estaba juzgando mucho porque como yo no entendía verdaderamente que sí tenía un problema de salud, pero menos entendía que era un tema espiritual, yo no entendía nada de sus comportamientos y al final me tardé mucho en entenderlos, pero cuando los entendí y los acepté, a los 20 días llegó el milagro”.