Si algo ha sido Jaime Bayly, el escritor y presentador peruano que desde los años 90 ha entrevistado a diversos personajes del mundo del arte, la política o la ciencia, es polémico. De igual manera, sus columnas que dejan ver su posiciones frente a distintos temas. Hablar y opinar sin filtro ha sido siempre su sello de éxito.
Ahora Bayly es igualmente polémico, solo que suma un nuevo ingrediente y es la preocupación. En su más reciente columna de El Comercio, el peruano reveló que se palpó una masa o protuberancia abdominal. Cuando una celebridad cuenta algo de este calibre, generalmente sigue la visita al médico, pero Jaime ha dicho que no irá a hacerse el respectivo cheque para saber si puede tratarse de cáncer o no.
Sigue a la Revista Vea en WhatsAppNaturalmente, su esposa Silvia Núñez del Arco, es una de las más preocupadas y le ha sugerido que se haga ver del especialista así mismo, que se someta a los respectivos análisis.
Jaime Bayly detalló cómo es la mencionada masa: “Tiene el tamaño de una pelota de golf o de ping-pong”, también indicó qué siente.
“No duele. Es meramente decorativa”, dijo restando importancia aunque reconoció que pueda tratarse de un tumor, él se mantiene en su posición de no ir al médico.
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“Yo no creo en los chequeos médicos porque no creo en los médicos. Mi experiencia con los médicos ha sido fatal. Siempre me ha parecido que exageraban las cosas para sacarme dinero (...) Ahora mi esposa quiere llevarme al mismo hospital para que me sometan a unos exámenes rigurosos, exhaustivos. Lo más probable es que sea pura grasa hecha de chocolates y dulce de leche”, escribió en la nota, donde además contó que hay antecedentes en su familia en cuanto al cáncer. Su padre murió luego de que le hallaran una masa similar, a los 70 años. Igualmente una hermana tuvo cáncer y un tío falleció por este mal en un pulmón.
Jaime Bayly no quiere dejar a su hija
El periodista de 59 años, nacido en Lima, dio a conocer que no se quiere ir ni tiene intenciones de hacerlo, pues piensa en su hija: “No te puedes morir todavía. Tu hija te necesita diez años más”, fueron las palabras de su esposa para convencerlo de que acuda al especialista.
“Mi hija tiene trece años. No quiero dejarla tan pronto. Quiero verla florecer. Quiero acompañarla unos años más. Tengo dos hijas mayores, pero ellas ya no me necesitan. Muy raramente responden mis correos. Por lo general, me escriben por alguna cuestión monetaria (...) Supongo que al final me rendiré e iré con mi esposa a que me hagan un chequeo médico. De momento, trato de ganar tiempo”, escribió revelando que piensa en su hija menor.