Shakira llegará esta semana a Bogotá en medio de su gira ‘Las mujeres ya no lloran’. Lo hará en avión privado, viene con una comitiva importante, que incluye bailarines, asistentes, técnicos, músicos y en general, un completo staff de producción.
Sus hijos Milan y Sasha también la acompañan, así como Tonino, su hermano y roadmanager desde 1997. Además, se alojará en uno de los mejores hoteles de la ciudad y tendrá a su disposición personas que estarán atentas a sus peticiones. Antes a su llegada, Páramo Presenta, encargados de su gira, han recibido lo que denomina rider, que incluye las exigencias no solo del show, sino las de la artista en cuanto a seguridad, comidas y otros requerimientos. Así que la cantante tendrá a su disposición todo lo que solicitó previamente y lo que le apetezca de repente.
Así han sido los conciertos, giras y lanzamientos de la barranquillera, desde que abrazó la fama hacia 1996, cuando su carrera despegó y se convirtió en la artista colombiana más exitosa y la más reconocida en el mundo.
Sin embargo, antes de que alcanzara esta fama mundial, Shakira lidió con todo lo contrario: conciertos pequeños, largos tiempos de espera, contratos que se demoraron, escenarios improvisados, el escepticismo y ultimatun de su propia disquera e incluso, el lanzamiento del disco que cambiaría su vida, ‘Pies descalzos’, no fue lo que se estilaba para las nacientes estrellas.
Sony Music sentenció a Shakira
Hace 32 años cuando llegó a la capital con la meta de radicarse en la ciudad y proyectarse como una artista y conquistar, inicialmente el país y luego, el resto del continente, solo traía dos maletas, junto a doña Nidia, su madre.
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Aunque venía de obtener, meses antes, el antorcha de Plata en Viña del Mar, su disquera no estaba muy segura del futuro de la artista. Lograr una reunión con los directivos de la disquera que la representaba también era todo un desafío. Muchos recuerdan a doña Nidia esperando en la recepción de Sony Music del barrio Chicó, en Bogotá, aguardando por una reunión para hablar del futuro de su hija.
También es de conocimiento de los periodistas de la época, que la artista recibió el ofrecimiento de cantar música tropical, pero ella se mantuvo en el pop. Le darían el chance de un nuevo disco; si no funcionaba, la barranquillera se quedaría sin disquera.
Los contratos por toques o shows que llegaban, los tramitaba la misma doña Nidia, pero definitivamente nada cerca de la espectacularidad. Fue telonera en los premios Tvynovelas 1994, con recursos limitados. Aun así ella brilló más que Paulina Rubio y Alejandra Guzmán, las estrellas principales.
En una época donde los grandes eventos se realizaban en el club el Nogal o el Gonzalo Jiménez de Quezada, Sony y Caracol decidieron un escenario más sencillo y por supuesto, menos costoso para estrenar el disco de Shakira, ‘Pies descalzos’. Se trataba del teatro Nacional La Castellana, un recinto destinado para obras teatrales.
Esto alcanzó a entristecer a al artista, que pronto recobraría su ánimo, dispuesta a hacer la mejor presentación de su vida. Sacar adelante ese disco era el único camino para mantenerse con disquera, en un tiempo donde ser parte de una era esencial para un artista.
En ese lanzamiento, no hubo ninguna pompa, Shakira tampoco la necesitó, su poderosa voz, su show y la genialidad de sus letras fueron suficientes para que aquella noche del 6 de octubre de 1995 fuera inolvidable e histórica.
Sin gran producción, ni vestuario, ni maquillaje
Curiosamente, las fotos que incluyeron en ese álbum también fueron muy distintas a los fabulosos estudios que Shakira ha tenido la oportunidad de tener en sus álbumes y trabajos posteriores. Ese trabajo se logró un domingo, muy temprano en la mañana, para que no hubiera gente ni carros entorpeciendo el angulo del fotógrafo.
Miguel Ángel Velandia el encargado de fotografiar a la artista, contó tiempo después que nunca le pagaron las fotos, tomadas en pleno centro de Bogotá, en la avenida Jiménez con carrera Séptima, y que vio publicadas por doquier cuando Shakira alcanzó la fama.
Antes de los fabulosos ‘Pies descalzos’, cuando Shakira acudía a entrevistas o a un estudio de fotografía no había diseñadores reputados que la quisieran vestir, ella llevaba su propia ropa. Los maquillajes se lograban con presupuestos pequeños o menciones, eso sin contar que en muchas ocasiones, ella misma se arregló.
Hoy todos quieren vestirla, puede lucir dos o tres outfits distintos en una misma gala o hasta seis si es un show. El escepticismo en general ha quedado atrás, nadie duda de su potencial, de que cantando pop, urbano o lo que desee tiene un talento único, seguro que le permite llegar a donde ella desee. El éxito parece haber sido la mejor revancha para todos aquellos que dudaron de que pudiera alcanzar el estrellato.
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