En escena, la cantautora chilena Mon Laferte, luce sensual y cautivadora. Fuera del escenario, la artista radicada en México hace 20 años, es una mujer tranquila y fuerte pero con dilemas, alguien que no le teme a que se descubra a la mujer detrás de la artista. Monserrat Bustamente Laferte lanza ‘Baby ¡Esto es amor!’ y habla de su vida lejos del escenario.
Con regularidad, los artistas construyen un personaje para el público. En épocas de digitalidad, cautiva incluso fuera de escena y la verdadera personalidad solo sale a flote en la intimidad del hogar o en el entorno cercano que muchos artistas guardan celosamente. Algunos prefieran no tocar ciertos temas, no hablar demasiado de su vida privada y limitan las preguntas que contestan en entrevistas.
En el caso de Mon Laferte, lo primero es así. En escena, ella es una diva, una mujer llamativa y sensual cuyos atuendos realzan esa imagen. Las letras de Mon son variadas; temas sociales, miedos, amor, hay de todo. La diferencia es que quien habita dentro de Mon, Norma Monserrat Bustamante Laferte, como fue bautizada hace 43 años, también está disponible.
En entrevista con El Espectador, fue más que evidente que fuera de la tarima, la chilena que, huyendo del abuso y con la meta de enviar dinero a su familia llegó hace casi 20 años a México a cantar donde fuera, es una mujer sencilla, sensible y ahora más tranquila, que incluso confiesa que le gusta ir al supermercado. Laferte que no se oculta tras la fama, por el contrario se refiere a su duro pasado por iniciativa propia, como lo dejó incluso en evidencia hace unos seis meses, cuando subió a su cuenta de Instagram una descripción de lo que ha sido su vida, que incluyó episodios de abuso, falta de oportunidades y escasez, siempre ve el arte como su gran salvador. La música y las artes plásticas, que combina permanentemente, han estado allí para sanar heridas y no dejarla desfallecer.
“Yo pinté, y pinté y pinté, pintaba y bordaba; mientras la música me daba para comer, la pintura me salvaba de toda la mierda que tuve que pasar”, mencionó, al tiempo que dejaba ver sus dibujos.
La vida real de Mon Laferte
Los tiempos han cambiado, y ella ya no cose sus vestidos, como solía hacerlo cuando llegó a México y viajaba más de ocho horas cada fin de semana para ir al bar donde cantaba.
La chilena es un ejemplo de resiliencia: superó problemas de adicción, estrechez, sufrió de cáncer de tiroides, se quedó sin voz y tuvo que aprender de nuevo a cantar, Mon Laferte no solo es una figura importante en la industria, su voz poderosa y su personalidad de hierro hacen que sea un referente de mujer real, esa que no teme confesar que la maternidad llegó para cambiarla. Joel tiene tres años.
“Creo que ser mamá me ha traído más calma de alguna manera, y eso también me sirve para ser más paciente en la creación. Antes yo era como mucho más acelerada y hacía un disco y lo terminaba y lo dejaba ahí muchas no lo terminé. Y ahora me cuesta un poco más, (aunque) analizo más las cosas. Pero también es cierto que como tengo menos tiempo, a veces debo ser más práctica en algunas cosas y hacer como malabares para equilibrar. Quiero seguir siendo una mujer trabajadora y artista, no quiero perder nada, quiero ser esto (artista) y también quiero ser mamá. Igual, siempre siento que algo dejo de lado. Si trabajo mucho, estoy perdiéndome los mejores años de mi hijo, pero también si me la paso todo el tiempo siendo mamá, me siento triste porque una parte de mí ama ser mamá y ser feliz, pero una parte de mí se siente vacía”.
Los temores también han aflorado con este rol. “De pronto se me apareció este miedo de la muerte en general, pero también miedo a morir porque no quiero dejar a mi hijo solo y no quiero perderme verlo crecer”.
“Lucho por ser una mujer lo más normal posible”, Mon Laferá
Monserrat también disfruta de quehaceres en casa. “Me pueden conocer muchísimo porque yo escribo mis propias canciones. En el escenario soy un personaje. En la vida diaria, no estoy de tacón ni de labio rojo. Soy una persona bastante tranquila y trato de no ser esa drama Queen, o sea, lucho por ser una mujer lo más normal posible. Me gusta ir al supermercado, amo eso, ¿sabes?, y de pronto desde afuera se ve como que soy siempre esta mujer glamurosa, y no”.
Ahora, Mon está lanzando ‘Baby ¡esto es amor!’, su nueva canción, donde comparte créditos con Mateo, su viejo amigo, conocido artísticamente como Conociendo Rusia. La chilena cuenta que son amigos hace años, “incluso lo invité a mi show en el Movistar de Buenos Aires, y siempre, desde aquel momento dijimos: ‘hay que cantar, hay que grabar algo juntos. Y nos encontrábamos a veces y decíamos: ‘cuándo la canción’. Hay mucho cariño entre nosotros, eso es algo importante”.
Finalmente, Mon Laferte le envío la canción. El artista, con mucha emoción, le contestó con una adición. Ya no hubo más que pensar.‘Baby ¡esto es amor!’ habla de un sentimiento verdadero y clandestino. Para la artista, lo prohibido tiene un gran encanto aunque con las experiencias de vida y los años, siente que ella en sí misma es más mesurada. “A estas alturas de la vida ya he estado para arriba, para abajo, por todos lados. He experimentado el riesgo, la mesura, la locura y pues sí, me he metido en problemas y también he sido muy cautelosa en distintas oportunidades de mi vida”.
Y es que con determinación e irreverancia, Mon Laferte ha sido la voz de muchos. Sus canciones no solo son románticas, también están llenas de realidad social, pero curiosamente no es algo que la artista planee siempre.“No lo sé, realmente no me he propuesto tanto como hablar de un tema en particular. Quisiera ser más consciente de ello, pero no lo soy. Entonces un poco escribo sobre lo que va atravesando mi vida en este momento. Y si bien tengo canciones con algún peso político, tengo muchas muy livianas y muy divertidas, que son una invitación a bailar o a disfrutar simplemente”.
