El 20 de mayo pasado mientras se realizaban obras en el sector de Belgrano, de Buenos Aires, un grupo de albañiles hallaron restos humanos en una residencia del barrio porteño de Coghlan, vecina a la que ocupó el cantante Gustavo Cerati, a comienzos de los 2000.
Debido a la difusión de la noticia un joven creyó que podría tratarse de un tío suyo desaparecido en 1984, así que algunos de sus familiares se presentaron para ofrecer su ADN y verificar así si se trataba del adolescente, que tenía 16 años cuando no lo volvieron a ver.
Esta semana se confirmó que en efecto, se trataba de Diego Fernández Lima, un estudiante de secundaria que fue reportado como desaparecido el 24 de julio de 1984. Ese día él almorzó con su madre y salió a verse con un amigo, con quien jugaba fútbol, pero desde esa tarde nadie lo volvió a ver. Hacia las 10 de la noche como no regresaba a su casa, sus padres acudieron a la policía, que no hizo mayor caso al denuncio creyendo que se trataba de una fuga de casa. En realidad, las autoridades nunca lo buscaron.
La familia por su parte, si lo buscó por años, ignorando que el joven estaba enterrado en el jardín de una casa que era propiedad de la familia de uno de sus compañeros de colegio.
EL cantante Gustavo Cerati vivió en la casa de al lado cuando el joven llevaba 16 años desaparecido,
A través de sus redes sociales oficiales, Excursionistas, el equipo de fútbol en el que jugaba el joven desaparecido expresó esta semana su dolor al descubrirse la identidad de su miembro: “El Club Atlético Excursionistas expresa su estupor y tristeza por las noticias acerca de Diego Fernández Lima, quien fuera futbolista de nuestra institución al momento de su desaparición. Enviamos nuestras condolencias y un fuerte abrazo a toda su familia y deseamos que su alma finalmente pueda descansar en paz”.
Diego Fernández Lima fue apuñalado antes de ser enterrado
Por su parte, en varias entrevistas que ha concedido, su hermano Javier Fernández, hoy de 56 años, ha mencionado: “En ningún momento se me cruzó que podía ser el cuerpo de Diego. Desde ese día duermo poco, lloro mucho, me río. Mi viejo hizo todo con mi vieja, mi hermana, mi primo, familias y amigos del barrio. Nos conocen todos. Estamos acá todavía”.
También comentó en América que “como la época era recién saliendo de la dictadura, pensé que lo chuparon. Que estaba en la agenda o era amigo de alguien y lo secuestraron. Estamos mal, no entendemos nada. Necesitamos justicia. Saber por qué. Necesito justicia por mi papá que se murió buscándolo. Por mi mamá, mi hermana. Tenía 16 años Diego, ¿qué hizo? No me entra en la cabeza”.
Junto con sus restos, también se halló una moneda, un reloj Casio, un llavero, la ficha de un casino, parte de un calzado y una corbata colegial, todo correspondiente a la víctima.
Según la investigación de estos meses, que adelantó el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), Diego fue asesinado de una puñalada en el pecho que dejó una marca en su cuarta costilla derecha. Al, parecer intentaron descuartizarlo con una herramienta similar a un serrucho, aunque no lo lograron y por ello, lo habrían enterrado a 60 centímetros de profundidad en el jardín de la casa mencionada.
Después de que se supiera la identidad de los restos, varias personas se comunicaron con la policía y han señalado como principal sospechoso al compañero de colegio de Diego, Cristian Graf, que vivía en esa casa. También se sabe que no eran de la misma clase ni del mismo equipo de fútbol.
El sospechoso curiosamente, según informó Infobae, apareció en mayo cuando los restos fueron hallados y se desconocía su identidad y habló con los albañiles, sobre las posibles hipótesis de los restos, pero según lo que ha trascendido se veía tranquilo, aunque interesado en el tema.
El sospechoso cuenta hoy con 56 años, trabaja con una multinacional y aunque las autoridades han señalado que el caso ya prescribió siguen con investigaciones para dar un cierre al caso.

