El 12 de noviembre pasado, Netflix lanzó Soy Eddie, un documental íntimo y revelador que explora la vida y carrera de Eddie Murphy. Dirigido por Angus Wall, un cineasta que ha ganado el Oscar en dos ocasiones, este retrato muestra al ser humano que se encuentra detrás de la leyenda de la comedia.
A continuación, las revelaciones más destacadas que han resonado con la audiencia y los medios:
La lucha de Murphy con el TOC (trastorno obsesivo-compulsivo)
El actor comparte una de sus confesiones más impactantes sobre su salud mental: desde niño, ha lidiado con síntomas de TOC. Recuerda que, incluso en su infancia, solía revisar la perilla de la estufa una y otra vez, preocupado por si el gas se quedaba encendido. Murphy relata que su “autodiagnóstico” comenzó cuando vio un reportaje en televisión sobre el TOC y se sintió identificado con las historias que escuchaba. A lo largo de los años, ha aprendido a manejar esos comportamientos, pero admite que algunas compulsiones todavía lo acompañan: “Todavía reviso el gas todas las noches. Pero de vez en cuando, lo reviso dos veces”, asegura.
El asesinato de su padre biológico
El actor revela que su padre biológico, Charles Edward Murphy, perdió la vida de manera trágica en un enfrentamiento que él describe como un “pleito de amantes” cuando Eddie apenas tenía ocho años. Este evento dejó una marca profunda en su infancia, influyendo en su carácter y en la manera en que enfrenta la vida. Hasta ahora, este había sido un capítulo de su historia personal que se mantenía casi completamente en la sombra. A pesar de su dolorosa pérdida, Murphy destaca el apoyo de su padrastro, Vernon Lynch, a quien describe como una “figura paterna sólida” a lo largo de su vida. Lynch le brindó la estabilidad que tanto necesitaba durante sus años de formación.
Tensiones con ‘Saturday Night Live’
El documental aborda momentos difíciles de su carrera. Uno de los más impactantes fue su distanciamiento de Saturday Night Live, que ocurrió después de un chiste sobre David Spade en 1995 (“miren, niños, es una estrella fugaz”), lo cual le afectó profundamente. Sin embargo, su regreso en 2019 como presentador fue un cierre de ciclo y un paso hacia la sanación emocional. En esa producción, varios colegas, como Dave Chappelle y Chris Rock, celebraron ese momento como un símbolo de su resiliencia.
Sin drogas ni alcohol
Murphy compartió que nunca se dejó llevar por las drogas ni el alcohol. A lo largo de su carrera, tuvo encuentros con personalidades fiesteras como John Belushi y Robin Williams, pero él siempre mantuvo una línea clara, incluso en los momentos más intensos de su fama. “Jamás he probado la cocaína ni la he tocado. No bebo, no fumo. Tenía 30 años cuando fumé un porro por primera vez”, dijo.Además, resalta que su estabilidad espiritual ha sido fundamental: la oración ha sido una parte esencial de su vida desde siempre, junto con una profunda aceptación de sí mismo.

