El 17 de junio, la Selección de Brasil debutará en el Mundial de Rusia 2018. Lo hará frente a Suiza, en el Arena Rostov.
Cuando salgan a la cancha, vestidos de verde y amarillo, los jugadores tendrán un chaleco de compresión con un dispositivo de rastreo insertado en una bolsa, entre los omoplatos. Puntualmente, el dispositivo equivale a un pequeño computador negro llamado Apex, fabricado por la empresa STAT Sports. Apex contiene una serie de sensores que rastrean la posición de cada futbolista; acelerómetros, para medir cuántos pasos da y con qué frecuencia; giroscopios, para medir la orientación en tres dimensiones y magnetómetros (o brújulas), para registrar la dirección del viaje.
El dispositivo también contiene un procesador que sintetiza los datos y los procesa en tiempo real para ofrecer métricas de rendimiento, como la distancia que recorre cada jugador, cuántos piques hace por partido, su ritmo cardiaco, la fuerza de un choque con otro jugador.
De acuerdo con la revista de tecnología 1843, en los últimos 20 años –cuatro mundiales– el uso de GPS portátiles ha aumentado sustancialmente en el deporte de alto rendimiento, no solo en el fútbol. (Lea también: Se respira paz. Colombia se concentrará en Kazán)
Catapult Sports, una compañía de tecnología deportiva, desarrolló su primer prototipo en 2000: un tubo de 8 centímetros.
Es utilizado por más de 100 clubes de fútbol en todo el mundo, 19 equipos de fútbol americano, 18 franquicias de baloncesto, así como institutos de alto rendimiento que apoyan a las delegaciones olímpicas en más de 25 países.
Aunque los dispositivos GPS portátiles han sido muy comunes en entrenamientos, solo han entrado a las competiciones recientemente. En febrero de 2015, la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA) aprobó el uso del seguimiento electrónico en partidos oficiales, justo a tiempo para la Copa Mundial Femenina de ese año, organizada por Canadá. En marzo de 2018, la FIFA anunció que los analistas del equipo ahora también podían transmitir datos y comunicarse con los entrenadores durante el partido.
En últimas, esta decisión significa que la información recolectada tendrá el potencial de incidir en el curso de un partido por primera vez en la historia de los mundiales, porque los entrenadores serán informados rápidamente de la intensidad decreciente de un jugador. En teoría, esto debería conducir a períodos de tiempo extra menos caóticos y llenos de errores, cuando la toma de decisiones de los jugadores disminuye a medida que se cansan. “Será especialmente útil para determinar cómo utilizar el cuarto sustituto, ahora permitido en tiempo extra. El resultado, en teoría, es que más futbolistas pasarán más tiempo jugando en su mejor estado físico. (Le puede interesar: Con la moral por las nubes, Peró por fin aterriza en el mundial tras 36 años)
Los datos le permitirán a los entrenadores de las 32 selecciones que clasificaron al Mundial cuantificar no solo las demandas fisiológicas de cada jugador, sino garantizar que están entrenados para enfrentarlos.
El momento más crítico de un partido de fútbol –en términos de salud– es cuando los jugadores deben correr varias veces de punta a punta, con tan solo unos segundos de recuperación.
Tim Gabbett, un científico deportivo que trabaja con clubes como el Fútbol Club Barcelona (y otros deportistas de alto rendimiento, como los artistas del Cirque du Soleil) llama a estos momentos “escenarios catastróficos” para la salud. “Los jugadores necesitan estar en forma para los momentos críticos”, dice a 1843. La condición física no es solo una cuestión de correr más rápido y más tiempo. También el cansancio hace a los jugadores más propensos a cometer errores.
En un estudio de 2016, publicado en el British Journal of Sports Medicine, Gabbett y colaboradores de la Universidad de Wollongong analizaron los datos proporcionados por 53 jugadores de rugby de alto nivel, en el transcurso de dos temporadas de la liga local. Descubrieron que un aumento en la relación entre la "carga de trabajo" acumulada durante la semana pasada y la de los 28 días anteriores se asocia con un mayor riesgo de lesión. También descubrieron que cuando un jugador ha trabajado el doble en una semana que en el mes anterior, hay un 15 % de posibilidades de lesión.
El Apex ya ha funcionado antes para que los entrenadores de las selecciones nacionales alivien las cargas que los jugadores tiene con sus respectivos clubes. En 2015, la Selección de Brasil comenzó a usar dispositivos GPS. En marzo pasado, el preparador físico de esa selección, Fábio Mahseredjian, viajó a Europa para reunirse con sus homólogos en Barcelona, (en donde juegan Paulinho y Philippe Coutinho) Real Madrid (Marcelo y Casemiro) París Saint-Germain (Neymar, Thiago Silva, Dany Alves y Marquinhos) y Manchester City (Gabriel Jesús, Fernandinho y Danilo).
Según cuenta João Medeiros, director de la revista de tecnología Wired, Mahseredjian les pidió a cada uno que completara un formulario de cuatro páginas que incluía preguntas sobre la composición corporal de los jugadores, historial de lesiones recientes, programas de entrenamiento personalizados y datos de GPS. Después de la Copa del Mundo, la Confederación Brasileña devolverá el favor, enviando un informe a cada equipo, detallando la carga de trabajo que sus jugadores soportaron durante el torneo.
Todo indica que el jugador que logre hacer el gol decisivo en la Copa del Mundo de este año, probablemente, lo hará con un GPS en la espalda.