El médico que intenta erradicar una enfermedad del planeta

Una sola dosis de azitromicina podría erradicar el pian de la Tierra, una enfermedad que produce ulceraciones en la piel y afecta a más de 80 millones de personas en el mundo. La última enfermedad en ser erradicada fue la viruela, en 1980. El Espectador habló con el médico que está detrás de este objetivo.

Tatiana Pardo
13 de junio de 2016 - 05:14 p. m.
El doctor Mitjá lleva trabajando más de seis años en Papúa Nueva Guinea / ISGlobal
El doctor Mitjá lleva trabajando más de seis años en Papúa Nueva Guinea / ISGlobal

En Papúa Nueva Guinea, más exactamente en la isla de Lihir, sobre el océano Pacífico, habita una población negra de cabello rubio que vive en la miseria pero camina sobre oro. De las entrañas de un volcán extinto han salido, en los últimos 15 años, un poco más de 280.000 kilogramos de tan preciado -y peleado- metal.

La minera australiana Newcrest, encargada de administrar semejante riqueza, es también quien financia uno de los proyectos médicos más ambiciosos que se han visto en las últimas décadas. El objetivo consiste en erradicar el pian de la Tierra con una dosis única de azitromicina al año 2020; de lograrse, sería la segunda enfermedad, después de la viruela, en desaparecer del planeta.

El pian es una enfermedad tropical bacteriana que produce ulceraciones profundas en la piel, inflama los huesos, deforma la nariz, la mandíbula, la boca y las piernas. Cuando se agudiza, los niños entre 1 y 15 años, que son los más afectados, dejan de ir a la escuela y salir a jugar pues son incapaces de correr y saltar. Sus piernas se vuelven lunas menguantes.

La mente detrás de todo esto es la del médico catalán Oriol Mitjá y su equipo de trabajo; un hombre de 35 años especialista en enfermedades infecciosas de la Universidad de Barcelona, consultor de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en enfermedades tropicales olvidadas e investigador del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal).

Desde Papúa Nueva Guinea, Oriol habló con El Espectador sobre el trabajo que ha venido realizando durante los últimos seis años para erradicar el pian y los desafíos que se vienen por delante para alcanzar el objetivo.

“Cuando empecé no encontraba suficiente información acerca del pian pues los últimos artículos científicos habían sido publicados hacía más de cincuenta años. Entonces me tocó irme a las comunidades directamente y pedirle a los profesores que me dejaran entrar a sus clases para poder examinar a los niños, que casi todos tenían llagas en su cuerpo”, recuerda.

Desde abril de 2013 hasta mayo de 2014, los investigadores llevaron a cabo una campaña de tratamiento masivo en las 28 aldeas que existen en la isla. El 84% de la población, estimada en 17.000 habitantes recibió una dosis única de azitromicina para combatir la bacteria; seis meses después, los investigadores observaron que la enfermedad había caído casi un 90%.

Fue así como el equipo de ISGlobal se dio cuenta que era viable erradicar el pian de 12 países donde actualmente la enfermedad es endémica. Más de 80 millones de personas la padecen y cada año 100.000 casos nuevos se registran.

Entre 1952 y 1964 ya se había intentado hacer lo mismo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) junto con Unicef puso en marcha un tratamiento masivo con inyecciones de penicilina en 46 países donde se registraban cerca de 50 millones de personas infectadas; al terminarse la campaña, se redujo en un 95% la enfermedad, prácticamente se erradicó, pero la OMS se durmió en los laureles con el tema y la bacteria volvió a propagarse.

Así que con este programa, la OMS vuelve a ponerse las pilas con el tema y le apuesta al año 2020 como meta para erradicar el pian definitivamente del planeta. El tratamiento es muy económico en comparación con las consecuencias que produce en algunos países de África, Suramérica, el Caribe, el sudoeste de Asia y Oceanía.

 

Rahima Banu (Bangladesh), Ali Maow Maalin (Somalia), Kausar Parveen (Pakistán) y Amina Salat (Etiopía) fueron los últimos casos de viruela en el mundo./ Fotos: OMS

"Necesitamos 40 millones de euros para la azitromicina y 160 millones para su distribución. Cada pastilla cuesta, por mucho, 0.52 euros pero lo difícil es llegar a los rincones más pobres y apartados donde la enfermedad es recurrente. Las enfermedades tropicales son el reflejo de la pobreza y la falta de higiene, donde terminan las carreteras y ni siquiera hay jabón", dice. 

Para que un país sea considerado como libre de pian tiene que demostrar que durante los últimos tres años consecutivos no se ha registrado ningún caso de la enfermedad y los niños deben salir como negativo en las pruebas serológicas. Hasta el momento, la India ha sido el único país donde oficialmente la transmisión de la bacteria se ha interrumpido.

Colombia con pian

El último estudio realizado en Colombia se hizo hace trece años, liderado por el Instituto de Medicina Tropical de Medellín y apoyado por el Ministerio de Salud. De acuerdo con el documento, en 1963 existían 70.000 casos de pian en los departamentos del Valle, Cauca, Nariño y Chocó, la mayoría en los últimos dos. Luego, en 1954, se informaron 2.473 casos y veinte años después la cifra se redujo a tan solo 22.
 

Por Tatiana Pardo

 

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