Las Américas son la única región del mundo donde las muertes por suicidio han aumentado en las últimas dos décadas: desde el año 2000, el incremento ha sido del 17%. Solo en 2021, más de 100.000 personas en el continente perdieron la vida por esta causa. El aumento de las tasas en América del Norte es uno de los principales motores de esta tendencia, pero no el único: en el Cono Sur también se observa un crecimiento sostenido, mientras que los países del Caribe siguen reportando las cifras más altas de mortalidad por suicidio en toda la región.
En ese contexto, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) presentó una nueva iniciativa, que será lanzada oficialmente el 11 de septiembre, para revertir esta tendencia. El objetivo es salvar vidas proporcionando a los países intervenciones prácticas y basadas en la evidencia.
Puede ver: Por primera vez hay más niños obesos que con bajo peso: culpa de la comida chatarra
“Cada suicidio es una tragedia profunda que afecta a individuos, familias y comunidades”, afirmó el doctor Jarbas Barbosa, Director de la OPS. “Esta iniciativa busca transformar el liderazgo, la gobernanza y las acciones de prevención del suicidio para reducir estas pérdidas”.
La nueva iniciativa busca enfrentar los principales obstáculos que dificultan la prevención del suicidio. Entre estos desafíos se encuentran el acceso limitado a servicios comunitarios de salud mental, el estigma que rodea a quienes padecen problemas emocionales y la falta de coordinación entre distintos sectores del sistema de salud y la comunidad.
Para abordar estos retos, el proyecto sigue las recomendaciones básicas de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Entre las medidas están: restringir el acceso a medios que pueden facilitar el suicidio, promover una cobertura responsable en los medios de comunicación, fomentar habilidades socioemocionales en los adolescentes y garantizar la identificación temprana, el tratamiento y el seguimiento de las personas en riesgo.
La OPS se enfocará en tres áreas principales. La primera es fortalecer los planes nacionales de prevención del suicidio, apoyando a los países a diseñar o actualizar estrategias y acciones que se adapten a las necesidades de sus poblaciones en riesgo. La segunda área es ampliar el acceso a atención de salud mental de calidad. Esto incluye capacitar a trabajadores de la salud y a miembros de la comunidad para identificar y apoyar a personas en riesgo, responder de manera efectiva y ofrecer recursos a las familias afectadas por el suicidio o la autolesión.
Puede ver: Contraloría advierte sobre situación financiera y administrativa en Nueva EPS
Finalmente, la tercera área prioritaria es sensibilizar a la población y reducir el estigma asociado a los problemas de salud mental. Esto se hará colaborando con los medios de comunicación para asegurar una cobertura responsable y desarrollando campañas que promuevan el diálogo y rompan el silencio en torno a la salud mental. “Esta crisis exige acciones más allá de los sistemas de salud”, dijo Renato Oliveira e Souza, Jefe de la Unidad de Salud Mental y Consumo de Sustancias de la OPS. “Requiere la colaboración de toda la sociedad para elaborar e implementar estrategias nacionales de prevención del suicidio que sean eficaces para reducir la mortalidad por esta causa”.
Unas cifras dolorosas
El suicidio afecta de manera especialmente fuerte a los adultos mayores. De hecho, el 71% de los suicidios en hombres y el 65% en mujeres ocurren en personas mayores de 50 años. Aunque los hombres presentan tasas más altas —14,7 por cada 100.000 habitantes, frente a 4 por cada 100.000 en mujeres—, el aumento en las mujeres ha sido más pronunciado desde el año 2000, con un incremento del 23% frente al 14,4% en los hombres. Además, los intentos de suicidio son casi cinco veces más frecuentes en mujeres que en hombres.
Existen diferentes factores que parecen explicar estos incrementos según el género. En los hombres, el suicidio está muy relacionado con el consumo de alcohol y drogas, el desempleo y vivir en zonas con altos niveles de violencia. En las mujeres, los factores más determinantes son la desigualdad educativa y el desempleo, que aumentan el riesgo de conductas suicidas.
👩⚕️📄¿Quieres conocer las últimas noticias sobre salud? Te invitamos a verlas en El Espectador.⚕️🩺