Existe la falsa creencia de que todo lo natural es bueno olvidando el simple hecho de que cualquier sustancia, natural o artificial, puede provocar efectos colaterales no previstos por quien la consume. Kenneth Korach del Instituto Nacional de Ciencias de la Salud Ambiental en Durham, Carolina del Norte y su equipo de investigadores, creen que los aceites esenciales en productos de aseo podrían ser los culpables de alteraciones hormonales en algunos niños que imprevistamente desarrollan senos.
De acuerdo a un artículo publicado por la revista New Scientist, el investigador norteamericano y sus colegas presentarán pruebas de este fenómeno en la reunión de endocrinólogos que esta semana tendrá lugar en Chicago, EE.UU. En particular, expondrán los casos de tres niños prepúberes que en 2007 comenzaron sorpresivamente a desarrollar senos desconcertando a sus médicos. Esto a pesar de tener los niveles hormonales esperados para su sexo y edad.
Kenneth y su grupo concentraron su análisis en ocho sustancias sospechosas de actuar como disruptores endocrinos. Cuando aplicaron estas sustancias, entre ellas la lavanda y el aceite del árbol del te, a células de cáncer de mama humano en el laboratorio, demostraron que al menos siete de estos químicos cambiaron la actividad de los genes que normalmente responden al estrógeno.