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La ciencia les tiene malas noticias a los adictos al ejercicio: así incrementen el número de horas e intensidad de sus rutinas, sus cuerpos no quemarán más calorías que antes.
Según concluye un estudio realizado por la Universidad de Loughborough, Reino Unido, las personas que son más activas físicamente desarrollan cierta resistencia al ejercicio. Por esto sus cuerpos son más eficientes en el uso de energía y queman menos calorías que el resto de personas.
Para medir cómo funciona el cuerpo de los atletas y las personas “comunes” el equipo midió la actividad de 332 personas, incluyendo residentes de Estados Unidos, Ghana, Jamaica y Sudáfrica, a través de dispositivos que pusieron en su ropa. Además, para medir el gasto energético, les exigieron que tomaran bebidas con un alto contenido de isotopos que luego median en la orina.
Sigue a El Espectador en WhatsAppAl calcular los resultados los investigadores encontraron que efectivamente las personas que tenían una actividad física moderada quemaban más energía que los sedentarios. Sin embargo, para un segundo grupo, las personas con una actividad física moderada y los adictos al ejercicio, los efectos no fueron tan evidentes. Ambos quemaron casi la misma cantidad de energía.
Según explicó Hernan Pontzer, co-autor del estudio, al portal New Scientist, esta aparente adaptación al ejercicio puede darse por dos motivos. El primero es que las personas que realizan rutinas de ejercicio muy intensas suelen guardar reposo el resto del día, por ende, el gasto energético disminuye. Es otro es que nuestro cuerpo reduce la tasa metabólica al cortar el gasto energético de otras funciones corporales, como el sistema inmune o la digestión, durante el ejercicio.
“Dos personas del mismo peso, corriendo a la misma velocidad en una caminadora, si queman las mismas calorías sin importar si es un fanático del ejercicio o no”, explicó a New Scientist el experto. “Pero el problema está en que la gente altamente activa hace entrenamientos más largos sin darse cuenta que quema menos energía el resto del día. No es el cambio de las calorías que gasta en la carrera, sino las calorías que gasta en todo lo demás”, concluyó.
Aunque el experto afirma que estas conclusiones no deben convertirse en una excusa para no hacer ejercicio, si sirven para entender porque no todas las personas pierden el peso esperado cuando se ejercitan. Estudios previos ya habían demostrado que después de unos meses de ejercicio, la pérdida de peso se estabilizaba sin importar la intensidad u horas ejercitadas.
“Más ejercicio puede seguir siendo bueno para la salud, pero si ya eres una persona con una actividad física moderada, no vas a ver un mayor cambia si aumentas tu rutina”, recomendó Pontzer.