¿Por qué los hombres nacidos en 2018 vivirán menos que las mujeres?

Actitudes y estereotipos sobre la masculinidad pueden ser perjudiciales para la salud de los hombres. Alcoholismo, mala alimentación y rechazo de servicios médicos contribuyen a la esperanza de vida. / Needpix

En septiembre de este año, la primera Asamblea General de la ONU centrada en la cobertura universal de salud (UHC) advirtió que había que acelerar el paso para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) relacionados con la salud. Específicamente, instaron a los países miembros de Naciones Unidas a entender por qué el género era un determinante tan poderoso en los resultados sobre salud.

El informe de World Health Statistics 2019, que hizo la Organización Mundial de la Salud, y que se publicó poco después, dio una primera luz: a nivel mundial, los niños nacidos en 2018 podrían esperar vivir 68,6 años y las niñas 73,1 años. Esto representa una diferencia de 4,5 años. ¿Porqué los niños que nacieron el año pasado vivirán menos que las niñas?

Hubo otro resultado sorprendente: la brecha en la esperanza de vida entre los géneros es mayor en los países de altos ingresos que en los entornos de bajos ingresos, "lo que demuestra que aunque la biología es importante, los principales impulsores de la esperanza de vida están vinculados a los determinantes sociales de la salud", escribe la revista médica The Lancet en un editorial sobre el tema, publicado esta semana.  En este contexto, hay menos discusión sobre diferencias importantes entre hombres y mujeres y por qué los hombres tienen peores resultados de salud.

Las creencias, normas y estereotipos de la masculinidad resultan benéficos y perjudiciales en materia de salud para los hombres.Según The Lancet, muchos impiden que los hombres busquen servicios médicos (un ejemplo claro es un medio generalizado entre los hombres a las colonoscopias y las varias campañas que les invita a hacerse exámenes de próstata sin miedo).

Algunos riesgos para la salud son los comportamientos, en particular el consumo de tabaco y alcohol, que contribuyen en gran medida a las diferencias de esperanza de vida. El 54% de los hombres y el 32% de las mujeres en todo el mundo informaron ser bebedores actuales, y el 34% de los hombres y el 6% de las mujeres informaron fumar tabaco diariamente en poblaciones mayores de 15 años, según datos de la OMS publicados en 2016. 

Además, la mortalidad atribuible a la violencia y los traumatismos causados ​​por el tránsito es mayor en hombres que en mujeres. En Europa, alrededor de las tres cuartas partes de todas las muertes por accidentes de tránsito ocurren en hombres menores de 25 años. La violencia, ya sea la autolesión o la violencia entre hombres, es un problema particularmente descuidado y preocupante de salud pública que está creciendo entre los adolescentes varones. En el Reino Unido, el suicidio es la principal causa de muerte en hombres menores de 50 años.

Es más común entre los hombres exhibir algunos comportamientos que los ponen en riesgo de enfermedades como enfermedades cardiovasculares (a menudo asociadas con malos hábitos alimenticios), cáncer (a menudo asociado con el tabaquismo), tuberculosis (asociada con la no adherencia al tratamiento médico) y VIH / SIDA (asociado con prácticas sexuales inseguras). Además, los hombres están más representados en ocupaciones de mayor riesgo como la construcción, la conducción, la minería y el ejército, lo que lleva a tasas más altas de muertes y lesiones en el lugar de trabajo.

Sin embargo, solo cuatro países en el mundo tienen políticas de salud específicamente para hombres: Brasil, Irlanda, Austria e Irán.