Por una Colombia sin desnutrición infantil

María del Mar Arango tiene un propósito, y es el de potenciar, en los primeros cinco años de vida, la mente de los niños a través de Othello Nutrition, una marca de alimentos médicos.

Natalia Tamayo Gaviria - @nataliatg13
29 de marzo de 2020 - 02:00 a. m.
María del Mar Arango es médica con un magíster en nutrición y actualmente es residente en psiquiatría. Aquí con el equipo de producción de Othello Nutrition.  / Mauricio Alvarado
María del Mar Arango es médica con un magíster en nutrición y actualmente es residente en psiquiatría. Aquí con el equipo de producción de Othello Nutrition. / Mauricio Alvarado

María del Mar Arango se graduó como médica con el mejor promedio de su carrera de la Universidad CES en Medellín. Pero no le bastaba con ser la mejor, quería hacer lo mejor por las personas que no tienen los medios para llegar a serlo. Y esa siempre ha sido su preocupación, su búsqueda personal, su proyecto de vida. Lo dice con un tono suave, apacible, dando a entender que ya va por el camino para cumplir sus metas.

“Me gradué del colegio La Enseñanza, en el que te inculcan la dimensión de lo social. Y por eso nació la idea de desarrollar y tener un proyecto enfocado en ayudar en la calidad de vida de las personas, pero no a través de donaciones, sino de cambios de impacto”, comentó.

Se podría decir, entonces, que su enfermedad y el impulso que tuvo a través del colegio fueron sus mitos fundacionales para llegar a donde está ahora. Desde hace tres años, María del Mar desarrolló un alimento médico para los niños con desnutrición en el país, una obsesión que tiene desde que terminó su magíster en nutrición y que acentuó más con su residencia en psiquiatría. Entendió que el comer está muy ligado al estado mental del paciente y lamentó no haber contado con un especialista en sus interminables hospitalizaciones que la acompañara en ese proceso de recuperación; alguien que le enseñara a hacerlo bien y de una forma sana, sin necesidad de acudir a medicamentos e intervenciones quirúrgicas.

Por eso medicina, por eso nutrición. “La enfermedad me enseñó qué es estar hospitalizado, qué es estar enfermo y qué siente un niño sin poder comer bien. Me sensibilizó y tengo la convicción que a esa edad no deberíamos permitir que se llegue al hospital”. Othello Nutrition es el nombre de su empresa social, con la que ha ayudado a 10.000 niños de Antioquia con cuadros de desnutrición, a la vez que el desarrollo de sus productos médicos contribuye a personas con obesidad.

“En un viaje a Texas, a un centro de metabolismo y nutrición, encontré que a muchos pacientes les daban alimentos médicos para la ansiedad y para controlar el apetito. Además, para los niños con desnutrición tenían unos productos terapéuticos y los resultados eran muy buenos. Sabiendo la problemática de desnutrición en Colombia, llegué al país a desarrollar, de acuerdo con la epidemiología local, un alimento médico para impactar la vida de los niños que no pueden desarrollar sus capacidades por no tener cómo comer o porque sus estómagos no absorben los nutrientes”.

El mérito de crear un alimento médico, tanto para tratar la desnutrición como la obesidad, es de María del Mar, aunque siempre hable en plural, al igual que los premios y nominaciones que ha recibido (Premio de Investigación José Félix Patiño, de la Asociación Colombiana de Nutrición Clínica 2019; Premio a la Excelencia Médica Luis Alfonso Vélez Correa, de la Universidad CES en 2016, y primer lugar en el Concurso de Iniciativas Empresariales, de la Universidad EAFIT). Para ella, son compromisos que la motivan a seguir potenciando la mente de miles de niños y es un mensaje de que está haciendo las cosas bien, que está siendo la médica que siempre se prometió ser.

“La medicina no es solo un fin, sino un medio para cambiar la vida de muchas personas. No solo se llega a ser médico cuando se gradúa, sino cuando los pacientes logran alcanzar sus metas a través de la ciencia y el conocimiento que se pueda compartir”, le habla a la María del Mar de once años, asegurándole que sus sueños se cumplieron y que lo vivido fue la cosecha de lo que fue bien sembrado.

Por Natalia Tamayo Gaviria - @nataliatg13

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