Valeria Lozano, autora del libro “Cambia de hábitos”, revela algunas mentiras y verdades sobre la forma en que debemos cuidarnos. Lozano es administradora de empresas y su experiencia como coach e instructora en salud, le permitió conocer algunos mitos que socialmente se han construido sobre el bienestar. Aquí, algunos de ellos:
Mito 1: La digestión no tiene nada que ver con nuestro sistema inmunológico
Esa afirmación también es falsa. Según la escritora, el 80 % de nuestro sistema inmunológico se encuentra ubicado en los intestinos, en la flora intestinal. Generalmente, dice, los malos hábitos hacen que las bacterias no se encuentren en la cantidad y forma adecuadas. Una alteración que genera enfermedades.
Pero ¿por qué es importante que las bacterias estén en buenas condiciones? Porque la microbiota, el conjunto de microorganismos que habitan en el cuerpo, es fundamental para reforzar los mecanismos de defensa ante las enfermedades. Es por eso que Lozano aconseja cuidar nuestra digestión. “La mayoría de las enfermedades comienza como resultado de una mala absorción de nutrientes, función que realizan las paredes intestinales”, señala.
Mito 2: Comer muchas veces al día para acelerar el metabolismo y poder comer de todo sin engorda
La mayoría de las personas cree que lo ideal es tener un metabolismo rápido. Por lo que se las arreglan para acelerarlo, como comer varias veces al día, creyendo así que no se van a engordar. “Lo que este mito no considera es el proceso digestivo, diseñado para alternar entre comidas y ayuno. Si comes muy seguido, no permites que la digestión tenga un respiro”, señala el libro.
Aunque Lozano acepta que tener un metabolismo acelerado permite no almacenar tanta grasa, afirma que comer frecuentemente no va a hacer que estemos saludables. “El hecho de acelerar el metabolismo tiene consecuencias semejantes a mantener un auto corriendo siempre con el acelerador a fondo; si bien quemará todo el combustible más rápido, también se quemarán el motor, la caja de velocidad, las llantas y todo lo demás”, puntualiza en su libro.
Mito 3: El cuerpo trabaja a base de calorías
No deberíamos contar las calorías que tiene un alimento, sino sus nutrientes. Pues el organismo opera con nutrientes y no con calorías. El cuerpo no las utiliza de la misma forma y éstas no provocan la misma respuesta hormonal.
“Una caloría no es un objetivo, no es materia y no se puede contabilizar tan fácilmente como decir que si entran diez calorías entonces debes quemar la misma cantidad y listo”, escribe Lozano. Para ella, los nutrientes son lo importante. Por eso, recomienda no consumir productos de empaque industrial que, en muchas ocasiones, dicen: cero calorías. “Esto sólo significa que son miles de químicos juntos que te harán almacenar grasa”, menciona la escritora.
Mito 4: Emociones no influyen en almacenamiento de grasa
Cuando nos estresamos, los sistemas de alarma se activan, resalta Lozano. “Estos sistemas liberan ciertas hormonas, como cortisol y adrenalina, y por eso tu organismo piensa que estás delante de un peligro y deja todo listo para que luches o huyas, lo que promueve el almacenamiento de grasa como respuesta emergente por si llegaras a necesitarla”, escribe la autora.
La mente, además, lanza pensamientos negativos cuando estamos frente a situaciones de estrés. Por ejemplo, resalta Lozano, “las emociones negativas se adueñan de tus pensamientos, hacen que no duermas bien, que no descanses y al día siguiente consumas más cafeína y alimentos con azúcar para compensar”. Por eso, afirma, la clave para salir de ese círculo vicioso es relajándose.