Muy a menudo en nuestra consulta, vemos personas que hablan de su perfeccionismo, su rigidez, su tendencia a ser cuadriculados, y en general de su “obsesionalidad” como algo negativo que debe ser cambiado y a otros, defenderla como una virtud que no quisieran perder nunca.
Los rasgos obsesivos están determinados genéticamente, es decir no pueden ser modificados, pero si moldeados. Quienes tienen rasgos obsesivos se caracterizan por la capacidad que tienen de ponerse metas, hacer un plan para llegar a ellas y cumplir ese plan. Por la posibilidad de ser coherentes entre lo que piensan, sienten y hacen; la tendencia a no desviarse de sus propósitos; la capacidad de ser ordenados y lógicos en su manera de actuar.
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Todo lo anterior parecería más una virtud que un defecto. Esta virtud, bien canalizada es posiblemente una de las más deseadas y admiradas. La poseen quienes tienden a ser persistentes, capaces de mantenerse en el camino hacia una meta, siendo exitosos en lo que se proponen. Las personas trabajadoras, juiciosas, con un sentido sensato de la justicia y del orden.
¿Cuándo se vuelve defecto? Cuando estos rasgos se hacen rígidos. Cuando las cosas tienen que darse tal como la persona espera que se den y si no es así son consideradas como un fracaso. Cuando a una persona le es difícil ver los puntos de vista de los demás y se queda fijado en una sola mirada, una sola perspectiva. Cuando lo justo o lo honesto es tan exagerado que se vuelve imposible de lograr. Esta rigidez exagerada, juega en contra de la persona. Actúa como defecto. Son las dos caras de una misma moneda.
Ese defecto, puede hacerse aún más fuerte y empezar a interferir en la vida de las personas que posee estos rasgos y de quienes lo rodean. Esto sucede cuando los rasgos se vuelven síntomas. Cuando las personas se “obsesionan” con algún tema, la ansiedad aumenta, su comportamiento se vuelve rígido, y la persona tiende a disminuir esa ansiedad como sea. Es decir, cuando aparece lo que llamamos un “trastorno obsesivo- compulsivo”
Este trastorno se caracteriza por la aparición de obsesiones: ideas o imágenes que aparecen en la mente sin que la persona lo desee, la inundan y generan una sensación de malestar creciente. La persona es capaz de criticar esa idea, es decir darse cuenta de lo ilógica que es, pero no por eso deja de pensarlo y tiene la urgencia de hacer algo para bajar la ansiedad a como dé lugar. Ej : “no puedo dejar de pensar que tal vez toqué algo en el baño después de bañarme …qué tal que me haya infectado. Se que es absurdo pensarlo así, pero no puedo dejar de hacerlo y la angustia es inmensa, tengo que lavarme las manos con alcohol hasta que sienta que quedé limpio”. ( el ritual sería lavarse con alcohol, aun criticando la idea de estar infectado).
Las obsesiones pueden tener diversos contenidos: agresivos (ideas o imágenes acerca de la posibilidad de hacerse daño a si mismo o a otros), orden, simetría y exactitud (las cosas tienen que estar en un orden predeterminado y ser exactas), contaminación (relacionado con la limpieza y desinfección), sexuales (preocupaciones asociadas al género y a la sexualidad), de acumulación (tendencia a acumular objetos), religiosas (preocupaciones con el bien, el mal, el pecado), somáticas (preocupaciones asociadas al funcionamiento del cuerpo).
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Otra forma de expresión de los rasgos obsesivos es la duda obsesiva. Podríamos decir que, en principio, dudar es útil. La duda es necesaria y aparece automáticamente cuando nos enfrentamos a dos o más opciones frente a un problema cualquiera. ¿Qué hago: esto o lo otro? ¿Por dónde me voy? ¿Qué será mejor? La duda supone un estado de incertidumbre.
En ocasiones la duda es el producto de no tener información, en ese caso, obtenerla, la resuelve. En otras, aparece como un cuestionamiento al conocimiento que tenemos sobre algo, permitiendo considerar otros puntos de vista. Esto abre la posibilidad de reconocer el estar equivocados, disminuyendo los prejuicios y la intolerancia. Dudar es útil porque permite cuestionar nuestras creencias, nos lleva a reflexionar y fomenta pensar de manera crítica. Además, es una parte importante del proceso de toma de decisiones, ya que permite evaluar todos los factores que pueden afectar una decisión permitiéndonos tomar decisiones informadas. Dudar es útil siempre y cuando me lleve a resolver.
¿Cuándo se vuelve inútil la duda? Cuando al revisar las opciones, les damos vuelta una y otra vez, sin lograr decidirnos. Cuando esa duda se repite una y otra vez, sin lograr salir del círculo de hacer la pregunta, mirar las opciones y volver a la pregunta, mientras la ansiedad aumenta cada vez más. Esa es la duda obsesiva.
Los rasgos obsesivos entonces, pueden ser nuestros mejores aliados, o volverse nuestros peores enemigos y los de quienes nos rodean. ¡La idea es mantenerlos como aliados! Si no es posible hacerlo, podría necesitar ayuda profesional para lograrlo.
*Psicóloga Clínica, FAED / Co-directora científica Programa Equilibrio
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