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Fármaco usado para la obesidad no logra frenar el Alzheimer: otra decepción para los pacientes

La farmacéutica Novo Nordisk informó que la semaglutida no logró frenar la progresión del Alzheimer en los ensayos Evoke y Evoke+. Aun así, los investigadores destacan que la gran cantidad de datos obtenidos podría ayudar a explorar posibles efectos antiinflamatorios en el cerebro y aportar nuevas pistas sobre la enfermedad.

Redacción Salud

26 de noviembre de 2025 - 09:36 a. m.
Estos ensayos fueron de fase 3, aleatorizados, doble ciego y con placebo, lo que en el mundo de la ciencia significa que ni los pacientes ni los médicos sabían quién recibía el medicamento o el placebo (que es una sustancia sin efectos en el cuerpo).
Foto: Getty Images - Douglas Cliff
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La semaglutida, el medicamento que imita la acción de una hormona natural llamada GLP-1 y que desde hace un par de años está cambiando en el mundo el tratamiento de la obesidad, la diabetes y otras afecciones comunes, no funcionó contra el Alzheimer. La farmacéutica Novo Nordisk así lo anunció en los resultados de unos ensayos de fase 3.

Existía evidencia preliminar que sugería que los fármacos GLP-1, como la semaglutida, podrían tener efectos protectores sobre el cerebro. Esto se debe a que los receptores de GLP-1 no solo están presentes en el páncreas y el estómago, sino también en el cerebro, especialmente en áreas relacionadas con la memoria y el aprendizaje. La activación de estos receptores podría generar efectos neuroprotectores, como reducir la inflamación cerebral y favorecer la supervivencia y el funcionamiento de las neuronas. En estudios con animales, los agonistas de GLP-1 han demostrado menor muerte neuronal, reducción de acumulación de proteínas dañinas y mejoras en memoria y coordinación. Y en personas con diabetes tipo 2 que toman estos fármacos, se había observado una menor incidencia de Parkinson y Alzheimer, en comparación con quienes recibieron otros tratamientos para la diabetes. (Puede ver: Intolerancia: ¿cómo sortear ciudades que nos llevan al límite?)

Con esos antecedentes, Novo Nordisk lanzó los ensayos Evoke y Evoke+, los estudios más grandes con fármacos GLP-1 en enfermedades neurodegenerativas, para investigar si la semaglutida podía ayudar a modificar el curso del Alzheimer, la causa más común de demencia, que representa entre el 60 % y el 80 % de los casos en todo el mundo, y que sigue sin contar con tratamientos capaces de detener o revertir su progresión.

Estos ensayos fueron de fase 3, aleatorizados, doble ciego y con placebo, lo que en el mundo de la ciencia significa que ni los pacientes ni los médicos sabían quién recibía el medicamento o el placebo (que es una sustancia sin efectos en el cuerpo). El objetivo era probar la eficacia, seguridad y tolerancia de la semaglutida oral (14 mg diarios) en personas con Alzheimer temprano. Participaron hombres y mujeres de 55 a 85 años con deterioro cognitivo leve o demencia leve por Alzheimer, todos con evidencia de placas amiloides en el cerebro, que son acumulaciones de proteínas asociadas al daño neuronal y la pérdida de memoria característica de la enfermedad. En total, 3.808 personas participaron: la mitad recibió semaglutida y la otra mitad placebo, durante 156 semanas (104 semanas de tratamiento principal y 52 semanas de extensión).

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“Los ensayos evoke y evoke+ no confirmaron la superioridad de semaglutida frente a placebo en la reducción de la progresión de la enfermedad de Alzheimer, medida mediante el cambio en la puntuación de la Escala Clínica de Demencia - Suma de Cajas (CDR-SB) con respecto al valor inicial”, anunció la farmacéutica. En otras palabras, los pacientes que tomaron el fármaco avanzaron en la enfermedad a un ritmo similar al de los que no lo recibieron. (Vea: Medellín prohíbe cigarrillos electrónicos en los centros educativos)

Para concluirlo, los científicos utilizaron la Escala de Calificación Clínica de Demencia (CDR), que es una herramienta que mide de manera global la cognición y la función del paciente, combinando información obtenida tanto de entrevistas al paciente como a su cuidador. Es una medida común en investigación sobre Alzheimer y permite evaluar la gravedad de la enfermedad y su progresión. La escala evalúa seis áreas diferentes, cada una puntuada de 0 (sin demencia) a 3 (demencia grave). La suma de estas puntuaciones da un total máximo de 18, conocido como Suma de Cajas (CDR-SB), que se utiliza en ensayos clínicos para seguir la progresión de la enfermedad a lo largo del tiempo.

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Si bien el tratamiento con semaglutida mejoró los biomarcadores relacionados con la enfermedad de Alzheimer en ambos ensayos, esto no se tradujo en un retraso en la progresión de la enfermedad. Eso sí, en los pacientes de 55 a 85 años con deterioro cognitivo leve o demencia leve por enfermedad de Alzheimer, la semaglutida mostró un perfil de seguridad y buena tolerancia, similar al de ensayos clínicos previos.

“Con base en la importante necesidad insatisfecha en la enfermedad de Alzheimer, así como en diversos datos indicativos, sentimos la responsabilidad de explorar el potencial de la semaglutida, a pesar de su baja probabilidad de éxito. Nos enorgullece haber realizado dos ensayos clínicos de fase 3 bien controlados en la enfermedad de Alzheimer que cumplen con los más altos estándares de investigación y una metodología rigurosa”, declaró Martin Holst Lange, director científico y vicepresidente ejecutivo de Investigación y Desarrollo de Novo Nordisk. “Agradecemos sinceramente a todos los participantes y a sus cuidadores por sus valiosas contribuciones. Si bien la semaglutida no demostró eficacia para ralentizar la progresión de la enfermedad de Alzheimer, la amplia evidencia que la respalda continúa brindando beneficios a las personas con diabetes tipo 2, obesidad y comorbilidades relacionadas”, agregó Holst en un comunicado de prensa.

Puede ver: Los 9, 32, 66 y 83 años: las cuatro edades que marcan cambios profundos en el cerebro humano

Los ensayos incluían un período de extensión de un año tras el tratamiento principal para seguir observando a los pacientes y evaluar posibles efectos a largo plazo. Sin embargo, debido a los resultados negativos, la farmacéutica ha decidido suspender esta fase adicional. A pesar de esta decepción, algunos científicos esperan la publicación completa de los datos, con la esperanza de analizar si la semaglutida podría tener efectos antiinflamatorios en el cerebro, independientemente de su impacto en la pérdida de peso. Al haber sido unos ensayos que incluyeron a tantas personas, los científicos creen que hay una gran mina de información por explorar.

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