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El cardiólogo español Valentín Fuster.
Foto: Photographer: Don Hamerman
¿Cómo detener esta epidemia? Ese fue uno de los temas que abordó el cardiólogo Valentín Fuster durante el Congreso Internacional de Cardiología que se llevó a cabo en la Fundación Clínica Shaio, Bogotá, entre el 4 y 6 de junio.
Para el cardiólogo español, director del Instituto Cardiovascular del hospital Mount Sinai y del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares Carlos III en Madrid, en este “momento tumultuoso” que estamos viviendo hay que rescatar “la conciencia de los valores más importantes de la vida”.
“Se necesitarán muchos años para erradicar la epidemia de enfermedades cardiovasculares”, explicó Fuster. “El gran problema es que vivimos en una sociedad de consumo y para luchar contra ella se necesita mucha conciencia”.
Por eso su esperanza está puesta en la educación de los niños y los jóvenes, en comenzar con iniciativas a pequeña escala. En este sentido recuerda la guerra contra el tabaquismo que comenzó hace más de 40 años en Estados Unidos. Primero fue necesario reivindicar el derecho de los no fumadores sobre el de los fumadores. A partir de ahí esa guerra se extendió al resto del mundo. Pero no ha sido una tarea fácil, reconoce Fuster.
“Estamos hablando de cuatro décadas. Creo más en los proyectos que empiezan a nivel individual, a nivel educativo, en las escuelas. Sólo estos pueden terminar en una misión política importante a mediano plazo”, dice Fuster pensando en la estrategia para combatir el sobrepeso, el sedentarismo, el alto consumo de sal y otros factores de riesgo asociados a la enfermedad cardiovascular.
Esto implica “crear una cultura que no existe, la cultura de la salud. La prioridad debe ser la salud y no la enfermedad”. Para Fuster, autor de más de 400 artículos científicos y varios libros de divulgación científica y expresidente de la Asociación Mundial de Cardiología, los científicos han demostrado insistentemente que “promover la salud ofrece un mayor beneficio económico, cultura y social que atender la enfermedad”. Desafortunadamente, la mayoría de sistemas de salud en el mundo están enfocados en lo segundo y no en crear una cultura de la salud.
Por Redacción Salud
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