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Trabajar de noche y el riesgo de cáncer

Los genes asociados al control del ritmo circadiano también están relacionados con la supresión de tumores.

El Espectador
30 de julio de 2016 - 03:00 a. m.
El exceso de exposición a luz artificial altera el reloj biológico y aumenta el riesgo de cáncer.  / Flickr / Victoria Pickering - Creative Commons
El exceso de exposición a luz artificial altera el reloj biológico y aumenta el riesgo de cáncer. / Flickr / Victoria Pickering - Creative Commons

En los últimos años, varios estudios habían señalado un riesgo mayor de cáncer entre las personas que trabajan de noche, pero hasta ahora no había sido posible establecer la causa de este fenómeno. Un grupo de biólogos del Instituto Tecnológico de Massachusetts en Estados Unidos creen haber encontrado una explicación razonable. La clave estaría en la alteración del reloj biológico o ciclo circadiano debido a la exposición a luces artificiales.

El reloj biológico de humanos y otros animales es gobernado por los patrones de luz y oscuridad. Ese ciclo marca pautas para muchas actividades celulares. En un estudio con ratones los científicos del MIT detectaron que dos de los genes involucrados en el control del ritmo circadiano de las células también juegan un papel en la supresión de tumores.

Cuando se altera la función de estos genes, tanto por una alteración directa sobre ellos como por una alteración en los ciclos de luz y oscuridad, la posibilidad de crecimiento de tumores aumenta.

“No importa cómo alteres el reloj biológico, en cualquier caso puede llevar a la aparición tumoral”, comentó Thales Papagiannakopoulos, investigador del Instituto Koch adscrito al MIT y autor de la investigación publicada en la revista Cell Metabolism.

La estructura principal del llamado reloj biológico está conformada por un grupo de neuronas en la parte media del hipotálamo (núcleo supraquiasmático). Estas células reciben información sobre la cantidad de luz que llega a la retina. A través de hormonas y otras señales moleculares, envían información a otras células del cuerpo.

“Las células necesitan las señales luminosas, que son como un botón para apagar o prender el reloj. Cuando pierdes esa clave, se pierden los ritmos normales en todas las células del cuerpo”, apuntó Papagiannakopoulos.

 

Por El Espectador

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