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Un gran estudio encuentra similitudes en los diagnósticos psiquiátricos de las parejas

Un análisis de millones de parejas sugiere que ciertos patrones de salud mental tienden a coincidir entre quienes forman pareja, sin que eso implique que los trastornos se transmitan.

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02 de septiembre de 2025 - 08:51 p. m.
Los investigadores analizaron datos de más de cinco millones de parejas en Taiwán.
Los investigadores analizaron datos de más de cinco millones de parejas en Taiwán.
Foto: Pixabay
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Cuando elegimos pareja, solemos buscar afinidades: forma de ser, intereses y valores. Ahora, un estudio publicado en la revista Nature sugiere que esas coincidencias también pueden reflejarse en la salud mental. Según la investigación, las parejas tienden a mostrar patrones similares en algunos diagnósticos psiquiátricos, lo que no significa que los trastornos se transmitan, sino que la elección de pareja y la convivencia pueden generar coincidencias en estos aspectos.

Los investigadores analizaron datos de más de cinco millones de parejas en Taiwán y los compararon con registros de Dinamarca (571.000 parejas) y Suecia (707.000 parejas). En total, se incluyeron más de seis millones de relaciones, es decir, más de 14,8 millones de personas. La pregunta central era una: ¿existe una correlación en los trastornos psiquiátricos entre las personas que deciden estar juntas? En otras palabras, ¿las personas tienden a elegir parejas con una salud mental parecida a la suya? Los resultados apuntan a que sí.

La mayoría de los trastornos psiquiátricos muestran patrones similares de “elección de pareja” en distintos países y épocas. Es decir, algunos patrones de diagnósticos tienden a coincidir entre parejas. Los autores descubrieron que, cuando a uno de los miembros se le diagnosticaba una de las principales afecciones psiquiátricas —como depresión, ansiedad, esquizofrenia o trastornos bipolares—, el otro miembro tenía una probabilidad mayor de ser diagnosticado también con esa misma condición.

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“El resultado principal es que el patrón se mantiene en todos los países, culturas y, por supuesto, generaciones”, le dice a la sección de Noticias de Nature el coautor Chun Chieh Fan, investigador de población y genética del Instituto Laureate para la Investigación del Cerebro en Tulsa. No está claro por qué sucede esto, pero Fan compartió con la revista algunas teorías.

En primer lugar, dijo, las personas podrían sentirse atraídas por quienes se les parecen. Es decir, quienes comparten rasgos físicos, gestos o incluso estilos de vida similares. Esta familiaridad genera una sensación de confianza y cercanía, como si lo semejante nos resultara más seguro o predecible. En segundo lugar, cuando dos personas comparten un mismo entorno durante mucho tiempo, tienden a parecerse más entre sí. Esto ocurre porque adoptan costumbres, rutinas, formas de hablar y hasta estilos de vida. A este fenómeno se le conoce como convergencia, y significa que las parejas no solo comparten experiencias, sino también características de personalidad y hábitos que refuerzan su semejanza con el tiempo.

Finalmente, en tercer lugar, el estigma social que aún existe alrededor de los trastornos psiquiátricos también influye en la elección de pareja. Muchas personas que padecen estas condiciones pueden sentirse limitadas a la hora de establecer vínculos, ya sea por miedo al rechazo o por la discriminación que enfrentan en la sociedad. Esto puede llevar a que encuentren pareja dentro de círculos donde haya mayor comprensión, lo que aumenta la probabilidad de que ambos compartan experiencias similares relacionadas con la salud mental.

Nada de esto quiere decir que los trastornos psiquiátricos se contagian o que una persona “causa” que su pareja desarrolle un problema de salud mental. Nada de eso. Más bien, dicen, puede ayudar a reflejar cómo la elección de pareja, la convivencia y los contextos sociales pueden generar similitudes en la salud mental entre quienes comparten la vida juntos.

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Esto es importante porque se cree que la genética está involucrada en el desarrollo de trastornos psiquiátricos. Entonces, si una pareja comparte la misma condición, el riesgo de que sus hijos desarrollen ese trastorno aumenta en comparación con los niños que solo tienen un progenitor afectado. Sin embargo, y aunque actualmente los estudios sobre genética y salud mental han avanzado mucho, todavía no son concluyentes en muchos aspectos.

Se sabe que algunos trastornos psiquiátricos tienen un componente hereditario, lo que significa que ciertas variaciones genéticas pueden aumentar la predisposición. Sin embargo, estos factores no determinan por sí solos si una persona desarrollará o no el trastorno; también influyen el entorno, las experiencias de vida, el apoyo social y otros factores biológicos. Por eso, aunque los psiquiatras hablan de riesgos genéticos con sus pacientes, aún no se cuenta con la precisión suficiente para dar respuestas claras. Si bien se pueden identificar tendencias, los estudios actuales no permiten calcular con exactitud qué riesgo individual tiene una persona.

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