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Más de 2.000 millones de personas en el mundo, lo que equivale a una de cada cuatro, no tienen acceso a agua potable gestionada de manera segura. Así lo señala un nuevo informe la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
De esta población, 106 millones de personas beben agua directamente de los ríos, lagos u otras fuentes superficiales no tratadas. “Al ritmo actual, la promesa de agua potable y saneamiento para todos los niños está cada vez más lejos”, alertó la experta de UNICEF, Cecilia Scharp. “Necesitamos actuar más rápido y con más audacia para llegar a quienes más lo necesitan”.
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Según el reporte, las personas en los países menos desarrollados tienen el doble de probabilidades de carecer de acceso a agua potable y saneamiento básico, estando en primera línea las poblaciones rurales, los niños y los pueblos étnicos e indígenas.
Además, el informe apunta que en muchos países, la recolección de agua sigue siendo una tarea de la mujer. En África subsahariana y Asia central y meridional, millones de mujeres y niñas caminan largas distancias, más de media hora todos los días, para llenar sus recipientes. “Estas desigualdades son particularmente pronunciadas para las niñas, que a menudo soportan la carga de recolectar agua y enfrentan barreras adicionales durante su menstruación”, se lee en el documento.
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Pero además del agua potable, la OMS y UNICEF identificaron que 3.400 millones de personas todavía no cuentan con instalaciones sanitarias gestionadas de forma segura, por lo que 354 millones defecan al aire libre. En suma, los servicios básicos de higiene en el hogar siguen siendo inaccesibles para 1.700 millones de personas.
La propagación de enfermedades y la mortalidad prevenible son solo algunas de las consecuencias de estas deficiencias. El aumento de la marginación, especialmente para las adolescentes, es otra de ellas, pues muchas jóvenes de entre 15 a 19 años abandonan la escuela, el trabajo o las actividades sociales durante su menstruación, debido a la falta de infraestructura adecuada.
A cinco años de que se cumpla la fecha límite para cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), entre los cuales se encuentra el de alcanzar agua limpia y saneamiento, la Organización de las Naciones Unidas volvió a prender las alarmas. “Tenemos que acelerar nuestras acciones, especialmente para las comunidades más marginadas, si queremos cumplir nuestra promesa de alcanzar los ODS”, insistió Rüdiger Krech, del Departamento de Medio Ambiente, Cambio Climático y Salud de la OMS.
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