La larga tradición de Nintendo de hacer consolas domésticas y portátiles exitosas

De izquierda a derecha: Super Nintendo (1990), Nintendo 64 (1996), Game Boy (1989), Nintendo DS (2004), Nintendo Wii (2006) y Nintendo Switch (2017).

Foto: El Espectador

Bien cuenta la historia, que lo primero en aparecer en el mercado fueron las videoconsolas, no los arcades o salones de juego. Sin embargo, la masificación de esta industria y cultura en el mundo se debe a las miles de personas que acudieron a un lugar a jugar videojuegos y no a los pocos que podían costearse un sistema única y exclusivamente para jugar frente a un televisor. Así fue que nacieron los primeros sistemas de juegos, como un aparato costoso que solo servía para jugar juegos de video.

Esta fue la primera razón por la que muchos aseguraron que sería un mercado efímero y no fue hasta la quinta generación de consolas, entre 1994 y 2000, que estas máquinas integraron entretenimiento multimedia, más allá de los títulos, con acceso a internet. Lo cierto es que el tiempo le dio la razón a los fabricantes y casi 50 años de desarrollo han dado como resultado nueve generaciones de consolas de sobremesa y portátiles, que hoy son un elemento importante en los hogares y hasta en las colecciones de los más puristas y nostálgicos.

Un sistema de sobremesa son todos aquellos que requieren de un televisor para visualizar las entregas y una fuente de poder externa. Por su lado, el hardware portátil integra su propia batería y pantalla para llevar el gaming a cualquier parte. Lo que diferencia a una generación de otra son las capacidades tecnológicas de cada época, algo que en términos prácticos se puede entender como cada cinco o seis años. La primera generación corrió por cuenta del gigante extinto, Atari, pero aunque muchos y muchas no lo sepan, Nintendo también puso su granito de arena para construir esa historia que hoy todos los gamers agradecen.

Aunque para 1977, año de lanzamiento de la primera consola Nintendo, la compañía no se autodenominaba como fabricante de este tipo de aparatos, aquí fue donde apareció la TV Game. Solo estuvo disponible en Japón por seis años, pero inició una trayectoria que hoy solo se puede contar por millones de máquinas vendidas. Desde aquellos días esta empresa se mantiene en la cúspide de la industria y parece que producto que decida lanzar al mercado, terminará marcando un antes y un después.

Nintendo y sus primeros pasos en el negocio de las consolas

Si alguien pensó que la tecnología más primitiva para almacenar la información de un videojuego son los cartuchos, está equivocado. La Color TV Game de Nintendo almacenaba sus juegos, los cuales eran mayoritariamente propiedad de Atari, en una pequeña memoria interna. Antes de ser discontinuada en 1983, produjo cinco modelos basados en el original y obtuvo tres millones de ventas, importante para la época, pero ínfimo para el futuro que se le avecinaba a la multinacional nipona.

Para la segunda generación, Nintendo se apropió de su nueva identidad y ahora si como fabricante de consolas, puso en el mercado la Game & Watch en 1980. Por muy prematuro que parezca, esta fue el primer sistema portátil de la historia de la empresa. Aquí fue donde dieron sus primeros saltos y pasos personajes como Mario Bros y Donkey Kong. Contaba con una pantalla LCD, revolucionaria para su época, y 59 modelos, muy por encima de los números actuales. Esto debido a que cada versión contenía un juego diferente y no, no se podía jugar otro distinto.

Esta máquina permaneció en los anaqueles de las tiendas hasta 1995 y fue la primera consola de Nintendo en liderar su generación. Se puso en el primer lugar luego de vender un poco más de 43 millones de unidades. Sin duda algo se estaba cocinando en Kioto, Japón, pero pocos imaginaron que todo ese éxito se vería desbordado más temprano que tarde.

Nintendo y su salto al frente en la industria de los videojuegos

Durante el primer lustro de la década de 1980, el innovador mercado del gaming tambaleaba y tenía a medio mundo rezándole por su eterno descanso. Atari no fue capaz de revivir la llama del amor entre los videojuegos y el público estadounidense, lo que apuntaba a una precoz muerte de este fugaz negocio. Sin embargo, y como si se tratará de un super héroe al rescate, Nintendo estrenó en 1983 la Family Computer (Famicom para los más allegados) en el país del sol naciente y la Nintendo Entretainment System (NES para los amigos) dos años después en todo el mundo.

Esta consola de sobremesa de ocho bits fue la primera en utilizar los nostálgicos cartuchos. lo que le permitió dar un amplio catálogo a los clientes. Por primera vez las personas no tenían que jugar el mismo título hasta el cansancio. 61 millones de unidades vendidas le valieron para liderar, como raro, la tercera generación y seguirle dando motivos para creer que la industria no estaba muerta, sino que andaba de parranda.

La NES fue toda una rockstar en su segmento de mercado y la vara había quedado muy alta. Fue aquí cuando Nintendo giró la mirada y apostó por renovar su oferta de consolas portátiles. En 1989, Game Boy hace su acto de presentación en sociedad para finalmente quedarse durante tres generaciones seguidas con revisiones, cada una mejor que la anterior. Hasta su año de descontinuación, 1998, vendió cerca de 118 millones de unidades solo en su versión original, una cifra que rompió hasta el saco de expectativas más ambiciosas.

Hoy, en tiempos de pantallas Oled y a todo color, sigue siendo el cuarto sistema mejor vendido de la historia. La Nintendo Game Boy funcionaba gracias a cuatro baterías AA y lanzó al estrellato al famoso juego soviético, Tetris. Este sigue siendo hasta hoy el juego más vendido de todos los tiempos, que no pertenece a una franquicia, con más de 500 millones de copias repartidas en todo el globo terráqueo. Sin embargo, Nintendo se las ingenio para hacer portátiles que movieron aún más las cajas registradoras.

Sega y Sony contra el poderío de Nintendo

Para 1990 llegó la Super Nintendo (Super NES o SNES), la hermana mayor de la super estrella NES. Esta consola, ahora de 16 bits, compitió con la Mega Drive o Genesis para América porque fue la primera de Nintendo en quedar en segundo lugar en ventas en su generación, esta vez la cuarta. Sin embargo, esa enorme y acérrima rivalidad entre Sega y Nintendo le brindó fama, a pesar de sus apenas 49 millones de unidades vendidas, nada mal para el siglo XX, pero muy por detrás de lo que venía dando la compañía.

Seis años después del estreno de la Super Nintendo, los gráficos en 3D eran lo último en guarachas en videojuegos. La empresa que se quedará fuera de la nueva moda se podía despedir del mercado. Aquí fue donde apareció la Nintendo 64. Fue la primera plataforma de la multinacional japonesa en competir con un sistema de Sony. A pesar de contar con un procesador de 64 bits, un mando con vibración y un stick análogo y seguir usando los cartuchos que se dañaban con menos facilidad, reducían los riesgos de piratería y podían guardar las partidas, el público prefirió notoriamente a la PlayStation 1.

La Nintendo 64 apenas se acercó a los 33 millones de unidades, mientras que la debutante puso el tablero del mercado de cabeza con sus más de 100 millones de consolas vendidas. Sin duda, la competencia era cada vez más dura con el paso de las generaciones y Nintendo ahora tenía al frente a una joven promesa que pronto se convertiría en una piedra en el zapato.

Llegó la sexta generación y cuando parecía que lo de la anterior fue solo un lapsus mental de Nintendo, llegó la GameCube en 2001 para sembrar más dudas en el fabricante de consolas. A pesar de salirse de su zona de confort dejando atrás los cartuchos y siguiendo a la masa que apostaba por los CD’s, el sistema no gozó de éxito y vio como Sony, antiguo aliado, se pavoneaba con su PlayStation 2 y sus 160 millones de unidades vendidas, la máquina más exitosa en la historia de la industria.

Menos de 22 millones de GameCubes vendidas le confirmaron a Nintendo que debía cambiar de aires y concentrar sus esfuerzos innovadores en una nueva consola portátil, que le diera una muerte digna a la dilatada Game Boy que estuvo presente en el mercado por 14 años seguidos. Es así como llegó la Nintendo DS para presentar dos revolucionarias pantallas, una táctil, que fue muy conveniente para el repertorio de títulos de la casa de Mario.

La séptima generación fue testigo de la consola portátil más vendida de todos los tiempos y la segunda sí contamos a las plataformas domésticas, sus 154 millones de unidades comercializadas son historia pura de esta industria. Esta fue la confirmación y el paño de agua tibia que necesitaba Nintendo para saber que seguía fabricando sistemas rentables. La compañía renovó sus fuerzas y volvió a adentrarse en la lucha por el hardware de sobremesa y la apuesta le salió tal como la soñó.

El 2006 fue un año bisagra no solo para la empresa de la N roja, sino para todos los actores del gaming. Como el ave fénix, Nintendo volvió al ruedo de las consolas caseras con la icónica Nintendo Wii. La séptima generación presentó una triángulo, no necesariamente amoroso, entre Sony, Microsoft y Nintendo. Del cual salió ganadora la Wii con 101 millones de unidades vendidas. Fue la revancha contra la mimada PlayStation y ese victoria estaba basada en los innovadores controles con sensor de movimiento, una idea que años más tarde coparía la Xbox con su accesorio Kinect.

Siguieron la Nintendo 3DS (2011) y Nintendo Wii U (2012) como las sucesoras de sus exitosas hermanas mayores, pero los vientos victoriosos no se pudieron mantener y cada una no pudo sobrepasar los 100 millones de unidades vendidas.

Finalmente, esta historia conduce a la actual Nintendo Switch, la primera plataforma hibrida (entre portátil y doméstica) de la historia. Es tanto su afán por tener lo mejor de los dos lados que tampoco se puede encasillar del todo en una generación porque fue estrenada inicialmente en 2017, es decir, entre la octava (2013) y la novena generación (2020).

Podría ser inexacto compararla con la Xbox Series X|S y la PlayStation 5, pero lo cierto es que sus 142 millones de unidades vendidas la convierten en la tercera consola más vendida de la historia y con deseos de colgarse la plata en el podio.

En conclusión, Nintendo podría contar por sí sola la historia de esta pujante industria, pero sus rivales, en diferentes épocas y contextos, han hecho parte de su éxito. La manera en que se ha exigido por ser la primera en la lista de las más vendidas es gracias a su constante relación con la fama, la popularidad y los números verdes.