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Imagínese que alguien pudiera leer sus mensajes, rastrear su ubicación en tiempo real y acceder a cada llamada o foto del teléfono sin darse cuenta. Aunque esas situaciones parecieran que solo se ven en las películas o en casos aislados de brechas de seguridad masiva, se podría tratar de una amenaza mucho más cercana y peligrosa: el stalkerware.
Este tipo de software de vigilancia, que está pensado como una herramienta para monitorear niños o empleados, se ha convertido en un mecanismo útil para los stalkers (o acosadores), parejas celosas y hasta empleadores invasivos. Al instalarse en un dispositivo—generalmente con acceso físico y una contraseña conocida—, otorga a terceros un acceso total a la vida digital de sus víctimas.
Pero, ¿cómo funciona exactamente el stalkerware? ¿Por qué es tan difícil detectarlo? Y lo más importante, ¿cómo podemos protegernos de esta invasión a la privacidad?, le explicamos.
¿Qué es el stalkerware?
En esencia, es un software diseñado para recopilar información personal sin el consentimiento del usuario. Sin embargo, mientras que el spyware suele distribuirse de manera masiva para robar datos financieros o credenciales de acceso, el stalkerware tiene un propósito más personal y dirigido: espiar a un individuo en específico.
El spyware puede instalarse en un dispositivo de diversas maneras: desde aplicaciones disfrazadas que el usuario descarga sin conocer sus verdaderas intenciones hasta archivos adjuntos maliciosos en correos electrónicos o páginas web comprometidas. Una vez dentro del sistema, puede registrar cada pulsación de teclado, recopilar credenciales de inicio de sesión, acceder a correos electrónicos y extraer información financiera, lo que lo convierte en una herramienta poderosa para el robo de identidad o el fraude.
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En el caso del stalkerware, la instalación suele ser más directa y requiere acceso físico al dispositivo. Esto significa que el atacante, por lo general, conoce a la víctima y tiene la posibilidad de desbloquear su teléfono para instalar el software espía. Una vez activo, este software opera en segundo plano, sin levantar sospechas, permitiendo que el atacante acceda a mensajes, registros de llamadas, ubicación en tiempo real e incluso la cámara o el micrófono del dispositivo.
Además del riesgo evidente para la privacidad y la seguridad de la víctima, este tipo de software puede comprometer el rendimiento del dispositivo. Al igual que el spyware convencional, el stalkerware puede consumir recursos del sistema, ralentizar el funcionamiento del teléfono, generar fallos inesperados y, en algunos casos, incluso manipular aplicaciones o configuraciones para dificultar su detección y eliminación.
Aplicaciones de stalkerware
Recientemente, se descubrió una grave vulnerabilidad en dos aplicaciones populares de monitoreo, Cocospy y Spyic, que expusieron los datos personales de millones de usuarios sin su conocimiento.
Estas aplicaciones, diseñadas para operar de manera encubierta en dispositivos móviles, permiten que los atacantes accedan a mensajes, fotos, registros de llamadas y otros datos sensibles. Sin embargo, la falla de seguridad en su infraestructura permitió que cualquier persona con los conocimientos adecuados pudiera extraer esta información de sus servidores, lo que afectó tanto a las víctimas espiadas como a quienes instalaron el software con intenciones de espionaje.
El impacto fue alarmante: las investigaciones de seguridad lograron recopilar 1,81 millones de direcciones de correo electrónico de clientes de Cocospy y 880.167 de clientes de Spyic en Estados Unidos.
Las advertencias sobre sus riesgos no son solo para las víctimas, sino también para los actores que quieren emplear esta herramienta de forma maliciosa.
¿Es legal el stalkerware?
El uso del stalkerware plantea serias cuestiones legales y éticas. Instalar este tipo de software en el dispositivo de otra persona sin su consentimiento es ilegal en la mayoría de los países, ya que vulnera derechos fundamentales como la privacidad y la protección de datos personales.
Sin embargo, existe un área gris en la legalidad de estas herramientas. Algunas aplicaciones de stalkerware se comercializan bajo el pretexto de ser software de monitoreo parental o de gestión empresarial, lo que dificulta su regulación. Aunque las aplicaciones de control parental pueden ser legítimas cuando existe un acuerdo entre las partes involucradas—por ejemplo, en el caso de los padres que supervisan la actividad digital de sus hijos—, el stalkerware opera de manera encubierta y sin consentimiento, cruzando una línea legal y moral peligrosa.
Dado su carácter invasivo, las principales tiendas de aplicaciones, como Google Play y la App Store de Apple, tienen prohibido su descarga. Esto obliga a que su distribución se realice a través de sitios web de terceros, donde los usuarios deben descargar e instalar manualmente el software. En dispositivos Android, su instalación generalmente requiere acceso físico al teléfono y el conocimiento del código de desbloqueo de la víctima. En el caso de los iPhones e iPads, el stalkerware puede funcionar de manera remota accediendo a los datos de iCloud con credenciales robadas, lo que lo hace aún más peligroso.
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¿Cómo saber si es víctima de un stalkerware?
La variante del spyware está diseñada para operar en las sombras, sin levantar sospechas, pero hay señales de alerta que pueden indicar que el celular está siendo rastreado sin consentimiento. En caso de percibir alguno de estos síntomas, es posible que el dispositivo haya sido comprometido:
- Batería que se agota más rápido de lo normal. Si la duración de la batería se reduce repentinamente, puede ser una señal de que hay un software ejecutándose en segundo plano.
- Uso inusual de datos móviles. Un consumo de datos elevado sin explicación puede indicar que una aplicación oculta está enviando información a terceros.
- El dispositivo se enciende o apaga solo. Esto puede ser una señal de que un software malicioso está alterando el funcionamiento del teléfono.
- Configuraciones modificadas sin tu intervención. Cambios inesperados en la configuración, como el GPS activado sin motivo, pueden ser indicios de stalkerware.
- Aplicaciones desconocidas con permisos inusuales. Es clave revisar las apps instaladas y busca cualquier aplicación sospechosa con permisos excesivos, especialmente aquellas que soliciten acceso a mensajes, llamadas o ubicación.
¿Cómo protegerse contra el stalkerware?
Para evitar ser víctima de stalkerware en el futuro, es recomendable seguir estas prácticas de seguridad:
- Usar una contraseña segura y no compartirla con nadie. Habilitar la autenticación biométrica si el dispositivo lo permite.
- Activar la autenticación en dos pasos en todas las cuentas para agregar una capa extra de seguridad.
- Descargar solo aplicaciones de fuentes oficiales, como Google Play o la App Store, y evitar instalar software de sitios web desconocidos.
- Utilizar una solución de seguridad confiable, como un antivirus, que pueda detectar amenazas en segundo plano.
- No dejar el teléfono sin supervisión y evitar prestarlo a personas en las que no se confíe completamente.
- Desconfiar de dispositivos “regalo” inesperados, ya que podrían haber sido manipulados antes de ser entregados.
- Evitar hacer rooting o jailbreak en el teléfono, porque estas modificaciones pueden desactivar funciones de seguridad esenciales.
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