Turismo

Viajes de naturaleza, la mejor opción pospandemia

Casanare cambió el petróleo por el ecoturismo

El turismo de naturaleza ha sido la mejor herramienta de desarrollo social y económico en Casanare, un departamento con solo 19 municipios, pero de gran tamaño y biodiversidad. Su Safari Llanero ya está posicionado a escala mundial. Mientras pasa la pandemia, siguen preparándose para ofrecer servicios sostenibles, seguros, personalizados y de calidad.

María Alejandra Castaño Carmona / mcastano@elespectador.com
19 de agosto de 2020 - 04:40 p. m.
El turismo sostenible es un instrumento que sirve para consolidar la paz y fomentar la competitividad en el país.
El turismo sostenible es un instrumento que sirve para consolidar la paz y fomentar la competitividad en el país.
Foto: Cortesía: Corocora Camp

Uno de los sectores económicos más afectados por la epidemia del COVID-19 ha sido el turismo. Las restricciones a la movilidad y las cuarentenas obligatorias bloquearon uno de los sectores que más divisas atrae para la economía colombiana. Según el ministro de Comercio, Industria y Turismo, José Manuel Restrepo, este negocio fue el que más incidió para que la economía colombiana creciera un 3,3 % en el 2019, con una tasa de crecimiento del 4,9 % en toda la cadena de valor: comercio, transporte, alojamiento y servicios de alimentación.

Y aunque la incertidumbre todavía reina en el sector, Colombia tiene todas las posibilidades para seguir destacando en el turismo internacional y recuperar las pérdidas generadas por el coronavirus.

La biodiversidad de los Llanos Orientales, por ejemplo, es una ventaja competitiva para que Colombia capture los flujos de turistas nacionales y extranjeros que se reactivarán una vez pase la crisis sanitaria y económica. Esa es la perspectiva sobre la cual trabajan las pymes y la Cámara de Comercio de Casanare, con el respaldo de la cooperación suiza y el Gobierno nacional.

En Casanare son conscientes, desde hace varios años, de que la biodiversidad de sus territorios y la riqueza cultural de sus comunidades constituyen su ventaja competitiva. En este departamento, que según el último censo tiene 379.872 personas, los pequeños empresarios del transporte, la gastronomía, la hotelería, los turoperadores, las artesanías, los guías turísticos y otros sectores asociados a la cadena de valor del turismo se asociaron en clústeres, cuya principal misión ha sido la construcción de productos competitivos en los mercados domésticos e internacional.

Casanare y su Safari Llanero

Colombia + Competitiva es una iniciativa conjunta de la Embajada de Suiza en Colombia - Cooperación Económica y Desarrollo (SECO por su sigla en inglés) y el Gobierno nacional que orienta sus esfuerzos a mejorar la competitividad del país y diversificar su economía.

En los últimos años, esta iniciativa ha llegado a departamentos ricos en biodiversidad y cultura, pero que no habían tenido las oportunidades de fortalecer su gobernanza y contribuir con el desarrollo social y económico de sus comunidades.

“Consideramos que el turismo sostenible es un instrumento que sirve para consolidar la paz y fomentar la competitividad en el país, porque a nivel internacional es un sector muy importante en cuanto a la creación de empleos decentes, y en Colombia las regiones tienen un potencial gigante. Apostarle al turismo es apostarle a la paz y al desarrollo”, asegura Christian Brändli, jefe de la Cooperación Económica de Suiza.

En el Casanare, los empresarios trazaron una ruta de crecimiento que les permitiera aprovechar lo mejor de su territorio y unificarlo en un producto distintivo. El punto de partida fue encontrar un objetivo común: diseñar un producto y posicionarlo como distintivo del departamento. Se trata del Safari Llanero.

“Esta es una apuesta a la que el departamento venía jugándole hace algún tiempo, pero cuando tuvimos ese choque económico tan fuerte en 2014, provocado por la disminución de los precios del petróleo, casi que fue no una alternativa, sino la única opción que teníamos para mejorar rápidamente la economía, dejar la dependencia del petróleo y generar nuevas oportunidades”, cuenta Carlos Rojas Arenas, presidente de la Cámara de Comercio de Casanare.

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En este camino, reservas naturales conservadas por empresas privadas y fincas tradicionales llaneras conectan a turoperadores, empresas de transporte, restauranteros, guías y hospedajes en un recorrido en el que, en promedio, un turista nacional gasta $500.000 al día y el internacional, $750.000. Como cuenta Carlos Rojas Arenas, Casanare tienen inmensas fortalezas para ser un destino competitivo y los empresarios han hecho un esfuerzo importante para poner a disposición del turismo los recursos del territorio.

La ruta, que empezó hace cinco años, empezaba a dar sus frutos antes de la pandemia. De hecho, de cerca de 700 visitantes extranjeros al año que llegaban en 2018, pasaron a más de 1.700 en 2019. Los principales países emisores de estos turistas fueron Holanda, Estados Unidos, Francia, Alemania, España e Inglaterra.

El potencial del Safari Llanero para diversificar la economía de una región enfocada tradicionalmente en la extracción de petróleo está asociado a la generación de empleo. El manejo de hatos, el desarrollo de artesanías, la operación de tures y transporte, entre otros oficios asociados al turismo, requieren capacitaciones menos intensivas que los hidrocarburos y se relacionan con el conocimiento que tienen los casanareños de su región.

“Si bien algunas de las empresas, ante la falta de visitantes durante la pandemia, han tenido que tomar decisiones difíciles como reducir su personal, los empresarios del clúster están enfocados en la adaptación de sus negocios a los protocolos de bioseguridad. Además, se han enfocado en crear nuevas estrategias de mercadeo y, de hecho, ya tenemos reservas desde Europa para febrero de 2021”, afirma Horacio Wilches Barrera, coordinador del Clúster de Turismo de Naturaleza de Casanare.

Más opciones en el departamento

Casanare cuenta con muy buena hotelería y gastronomía, hay importantes cadenas hoteleras internacionales, hostales, campamentos, entre otras opciones para elegir la que más le convenga para su estadía en el departamento.

Una de las recomendaciones es Corocora, un campamento exclusivo diseñado para darle a viajeros la oportunidad de vivir la fauna colombiana, sin comprometer la comodidad, la conservación y el servicio.

El campamento está compuesto de cuatro carpas de descanso y una carpa social, traídas de África, todas ubicadas junto a un pequeño río y bosques de galería repletos de vida silvestre. Las carpas están separadas para brindar privacidad a los huéspedes, y permitirles tener un amplio espacio para que admiren todos los animales que pasan por el lugar.

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Las carpas, además, están adornadas con telas y artesanías de diferentes regiones de Colombia, mostrando el talento de los artesanos del país y su cautivadora diversidad cultural.

La sostenibilidad y la conservación es clave para Corocora Camp y piensan que cada paso que tomamos debe estar alineado con nuestro compromiso con la naturaleza. Por lo tanto, han implementado destacadas medidas para minimizar el impacto ambiental del campamento y asegurar que la fauna y flora de la zona permanezcan seguros sin ser perturbados.

Así mismo, los huéspedes pueden participar en las actividades del campamento como instalar cámaras trampa y ayudar con el proyecto de reforestación.

La gastronomía también se destaca y cualquiera se deleita con sus deliciosos platos. El chef de Corocora prepara todas las comidas y pasabocas del campamento, enfocándose en ingredientes producidos por comunidades cercanas y mercados locales. El chef de planta se esfuerza por utilizar técnicas locales y recetas tradicionales de Los Llanos y otras regiones del país para mostrar lo mejor de la cocina colombiana.

Corocora Camp está ubicado en una reserva privada remota, y es accesible por avión, helicóptero y carro. La ciudad más cercana al campamento es Yopal, la capital de Casanare.

Otro imperdible es Hato La Aurora, un sitio legendario en los círculos conservacionistas colombianos, dada su total dedicación a la conservación de la vida silvestre durante los últimos 30 años. Esta reserva de 17.000 hectáreas de ganadería, ubicada a cinco horas de Yopal, ha tenido una prohibición de caza durante décadas, y la abundante vida silvestre que habita la sabana, bosques, ríos y lagunas que componen los Llanos, ha florecido con resultados sorprendentes.

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La vida silvestre aquí abunda y durante la estación seca, donde los abrevaderos son menos extensos y la vida silvestre se concentra en áreas más pequeñas, no es raro acumular más de 150 especies de aves con muchas especialidades ribereñas junto con grandes e increíbles mamíferos y reptiles. Jaguares, chigüiros, venados, aves y anacondas están a pocos metros de vacas y caballos.

La Aurora, además, tiene una de las poblaciones más altas por kilómetro cuadrado de jaguar.

Una gran opción de hospedaje es el Ecolodge Colombia Juan Solito. Los hermanos Barragán durante años han manejado la reserva, y, además de guiarlo por este pedazo de paraíso de los Llanos, a orillas del río Ariporo; le mostrarán toda la riqueza cultural de la zona, con bonitas demostraciones artísticas.

Por María Alejandra Castaño Carmona / mcastano@elespectador.com

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