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Viajar por trabajo ya no es lo que era. Las tendencias de 2025 muestran que la movilidad corporativa se ha vuelto más social: tres de cada diez viajeros lo hacen con frolleagues —amigos que también son colegas— y uno de cada cuatro planea prolongar su estancia para sumar ocio a la agenda laboral (bleisure). La fórmula funciona: ocho de cada diez asistentes dicen sentirse más cómodos cuando viajan acompañados, y dos tercios de los planes bleisure se activan alrededor de un congreso o conferencia, según datos del Greater Medellín Convention & Visitors Bureau.
En este escenario, Medellín se posiciona como un destino privilegiado. La ciudad logra concentrar en menos de media hora de traslado los tres vértices que marcan la ecuación ganadora del turismo de reuniones en 2025: entornos naturales regenerativos, escenarios instagrameables y vida nocturna cosmopolita.
- Parque Arví: ofrece 1.761 hectáreas de bosque protegido: escenario ideal para alternar trabajo y bienestar regenerativo. El Auditorio Arví se presta para plenarias o lanzamientos con sello “naturaleza-tech”, mientras que la plazoleta principal funciona como mercado campesino, feria emergente o escenario al atardecer. Senderos como el Bosque del Silencio y aulas creativas como Crearvivo permiten diseñar agendas 70-30: contenidos formales por la mañana y experiencias de reconexión por la tarde.
- Jardín Botánico: en el centro de Medellín, el Orquideorama José Jerónimo Triana combina hexágonos de madera y colecciones vivas de orquídeas, bromelias y palmas sobre casi 4.000 metros cuadrados, con capacidad para 3.000 asistentes. Alrededor se despliegan salones modulables y espacios al aire libre junto a la laguna, que facilitan rutas paralelas de formación, wellness y networking sin abandonar el mismo pulmón verde. Cada rincón es fotogénico y refuerza la narrativa ambiental que valora la nueva generación de viajeros.
- Provenza: el barrio más cosmopolita de la ciudad se transforma en un circuito nocturno que conecta hasta siete gastrobares. El tour comienza con un coctel de autor en el restaurante WAN y avanza por espacios donde la coctelería temática, el mapping y las playlists recrean distintas culturas. Un menú anticipado vía QR, ambientaciones pensadas para photo moments y narrativas gastronómicas ligadas a la identidad local convierten cada parada en un set improvisado digno de stories y reels.
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