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Rutas históricas de Colombia: así puede visitar un Camino Real

Los caminos reales de Colombia son antiguas rutas prehispánicas y coloniales que, además de conectar regiones y culturas, hoy pueden recorrerse mediante ecoturismo y senderismo para preservar su valor histórico, cultural y natural.

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Leidy Barbosa
14 de agosto de 2025 - 09:30 p. m.
El Camino Real es un sendero empedrado que llega hasta el Cañón del Chicamocha y conecta a Barichara con los municipios de Guane, Zapatoca y Jordán.
El Camino Real es un sendero empedrado que llega hasta el Cañón del Chicamocha y conecta a Barichara con los municipios de Guane, Zapatoca y Jordán.
Foto: MIGUEL CRUZ
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Quien haya recorrido Colombia, adentrándose en sus pueblos y escuchando las historias que guardan sus calles, tarde o temprano se habrá detenido a contemplar un enigma: esos antiguos caminos de piedra que cruzan montañas, conectan veredas y se pierden en el horizonte. ¿A dónde conducen?

La respuesta nos lleva a una red que nació mucho antes de la Independencia, formada por senderos prehispánicos, coloniales y republicanos que fueron escenario de intercambios culturales, rutas comerciales y procesos de poblamiento. Por ellos circulaban no solo mercancías, sino también ideas, costumbres y tradiciones que moldearon la diversidad cultural del país.

Cada tramo empedrado sigue siendo un testigo silencioso de un pasado en el que confluyeron culturas, se levantaron iglesias coloniales, haciendas, puentes y posadas, y se tejió gran parte de la historia que aún palpita en el territorio.

¿Qué es un camino real?

Felipe Arias Escobar, historiador vinculado a Señal Memoria de RTVC, explica que los llamados Caminos Reales fueron el sistema vial construido durante la dominación española para conectar las distintas regiones del país. Aunque lo que hoy reconocemos como Caminos Reales se remonta a la Colonia, sus orígenes están en la época prehispánica, cuando los pueblos indígenas ya habían trazado extensas redes de comunicación.

El historiador menciona que incluso antes de la llegada de los españoles, existían incluso más caminos que en la Colonia, ya que hace quinientos años la población indígena era mucho mayor. Sin embargo, en el siglo XVII, las guerras, las epidemias y el colapso cultural redujeron drásticamente su número. Con la llegada de los colonizadores, muchas de estas rutas fueron aprovechadas, adaptadas o ampliadas, y se abrieron otras nuevas para conectar el territorio con la economía global. Más adelante, en el siglo XIX, tras la Independencia, estas vías recuperaron protagonismo como parte de los esfuerzos por impulsar la recuperación económica del país debido a la conexión que proporcionaba con otros sitios.

“Podemos decir que gracias a esos caminos se formó una nación, pues permitieron que una región del país se conectara con otra —afirma Arias—. Gracias a los caminos prehispánicos, los muiscas y los tayronas podían acceder al oro del Alto Magdalena o del Bajo Cauca; y por las rutas del suroccidente llegó la influencia cultural del Imperio Inca" comentó.

De hecho, en la Colonia, estas vías impulsaron el desarrollo de poblaciones como Honda, Barichara o Guaduas, que se convirtieron en ejes comerciales. Además, fue gracias a estos caminos que Bogotá se consolidó como capital de Colombia, a pesar de su lejanía del mar y de ríos navegables, ya que en el altiplano los españoles encontraron mayor población y, por lo tanto, más tributos.

Por su importancia estratégica, muchas rutas de los antiguos caminos reales se transformaron en carreteras durante el siglo XX. Sin embargo, aún es posible encontrar tramos originales que se conservan gracias, en parte, a la topografía y al valor histórico que representan. Algunos de los ejemplos más destacados, según Arias son:

En Cundinamarca

  • Puente de Fontibón, sobre la Calle 13 de Bogotá, y Puente del Común en Chía, vestigios de la infraestructura colonial.
  • Segmentos que conectaban Bogotá con Guaduas y Honda, rutas clave para llegar al río Magdalena.
  • La ruta alterna que salía de Facatativá.
  • El tramo entre Choachí y Fómeque, que formaba parte del camino hacia los Llanos.

En Boyacá

  • Caminos en El Cocuy, Villa de Leyva, Samacá y Miraflores.
  • Tramos de la Ruta Libertadora, usada por las tropas de Bolívar en la Independencia.

En Santander

  • El Camino de Lengerke, construido por un comerciante alemán que casi se arruina con la obra.
  • El camino Barichara–Guane.
  • Tramos en Girón, Charalá, San Andrés y El Socorro.

En Nariño

  • Entre Ipiales y Pasto se conserva un tramo del Camino del Inca, vestigio de la red vial andina prehispánica.

¿Cómo recorrer estos caminos?

Si desea recorrer estos antiguos caminos, Baleny Cortés, líder de Roadtrip Colombia, explica que muchos de ellos están vinculados a lugares de gran relevancia dentro de la cosmovisión indígena, con un profundo valor cultural y espiritual que aún perdura en comunidades andinas como los muiscas, los panches y algunos pueblos originarios de Santander. Un ejemplo de ello es el Camino de Lengerke, que hoy sigue abierto para quienes deseen vivir esta experiencia.

“Muchos de estos caminos han sido recuperados y conservados como rutas de senderismo y ecoturismo. Hoy, quienes los recorren no solo se conectan con la historia, sino también con la biodiversidad y los paisajes emblemáticos de Colombia. Además de su belleza, ofrecen la posibilidad de revivir la experiencia de miles de habitantes que participaron en expediciones o compartieron su cultura, fomentando el aprecio por el patrimonio natural y cultural del país", señalo la experta.

Uno de los caminos más emblemáticos, según Cortés, es el Camino Real de la Expedición Botánica, liderada por José Celestino Mutis junto con naturalistas y científicos de la época. A través de esta ruta se recolectaron y describieron miles de especies de plantas, muchas de ellas ilustradas con un nivel de detalle asombroso, constituyendo un patrimonio científico y artístico invaluable.

Dentro de los caminos reales asociados a esta expedición se destacan:

  • Camino Real de Tena: construido con apoyo de comunidades muiscas, conectaba el valle del Magdalena con el altiplano cundiboyacense y fue esencial para los primeros hallazgos científicos.
  • Ruta Honda–Santa Fe de Bogotá: vía principal en la Colonia para transportar mercancías, animales, personas y, en este contexto, especímenes recolectados por la expedición.
  • Camino Real de Guaduas: Guaduas fue un centro clave en las rutas más transitadas que enlazaban el interior con la costa Caribe, facilitando no solo el transporte de especímenes, sino también el intercambio de conocimientos.

“Estos caminos atravesaban ecosistemas mucho más tupidos y conservados que los actuales. La densa vegetación, la ausencia de deforestación y la conectividad natural entre bosques y selvas hicieron de estas rutas corredores biológicos ideales para la exploración científica, aunque representaban grandes desafíos logísticos: transportar equipo, muestras y materiales requería grupos numerosos y una planificación cuidadosa”, dijo la experta.

Sin embargo, como advierte el historiador preservar este patrimonio cultural no es sencillo: la gente suele valorar más una gran edificación que una obra como estás, aunque su construcción implicó conocimientos avanzados de ingeniería y un dominio profundo del territorio, heredado de comunidades indígenas.

“En los últimos años, varias de estas rutas han sido declaradas bienes de interés cultural, lo que obliga a las autoridades a emprender acciones concretas de preservación. El Camino del Inca, por ejemplo, es Patrimonio de la Humanidad reconocido por la UNESCO. Sin embargo, la normativa no es estricta para su conservación y la conciencia ciudadana sigue siendo un reto. Por ejemplo, se ha ingresado maquinaria pesada al Camino Barichara–Guane, destruyendo tramos de empedrado y muros históricos, lo que causa daños irreversibles", contó Arias.

Uno de los medios para conservarlos y, al mismo tiempo, generar conciencia en las personas es el ecoturismo.

“El senderismo y el ecoturismo no solo ofrecen una experiencia recreativa, sino también una oportunidad para aprender sobre la historia y la naturaleza de Colombia. Caminar por estas rutas permite recorrer trazados que alguna vez tuvieron fines científicos y que conservan un fuerte valor ancestral, vinculados a comunidades indígenas y su cosmovisión. Ejemplo de ello es el camino real del Berjón, que conecta con una laguna sagrada usada en rutas de pagamentos hacia El Dorado”, señaló la experta.

Sin embargo, Cortés explica que, para adecuar estos caminos al senderismo u otras actividades de bajo impacto, es necesario tener en cuenta factores como:

  • Capacidad de carga: muchos tramos solo pueden recibir grupos pequeños debido a la fragilidad de los ecosistemas y la extensión de las rutas.
  • Conocimiento del terreno: algunas rutas son largas y complejas, por lo que solo quienes conocen bien el camino pueden recorrerlas con seguridad.
  • Estado de conservación: la preservación del trazado original depende de que no hayan sido destruidos o modificados por construcciones o extracciones de material.

“El ecoturismo y la educación desempeña un papel clave en la preservación de estos caminos, ya que las principales amenazas provienen de la intervención humana, como la construcción de viviendas, pueblos u obras de infraestructura que destruyen o modifican su trazado original. También la falta de mantenimiento permite que la vegetación los cubra por completo, ocultándolos aunque su estructura siga intacta bajo la superficie", dijo Cortés.

Arias finaliza diciendo que es fundamental una acción conjunta entre operadores turísticos, comunidades locales, academia y entidades del Estado para capacitar guías y habitantes, y así transmitir el verdadero valor de estos caminos.

“Gracias a ellos, alguien de Choachí puede sentirse tan colombiano como alguien de Mompox, pues fueron estas rutas las que, durante siglos, conectaron y enriquecieron la diversidad cultural que hoy nos enorgullece. No es necesario mirar solo lo monumental para apreciar la historia: muchas veces, la historia está justo bajo nuestros pies, viva y útil, recordándonos que no es únicamente un conjunto de reliquias guardadas en museos, sino un patrimonio que aún podemos recorrer y aprovechar”, finalizó Arias.

Consejos para recorrer los caminos Reales

Según Cortes, antes de recorrer un camino real, es fundamental contar con el acompañamiento de un guía local. Estos guías no solo orientan en la ruta, sino que actúan como intérpretes y guardianes del patrimonio cultural y natural. Su presencia transforma la caminata en una experiencia enriquecedora, permitiendo al visitante conectar con la historia y el entorno.

Equipo recomendado para recorrer un camino real:

  • Calzado adecuado: botas o zapatos con buen agarre, especialmente útiles en superficies rocosas y en días lluviosos.
  • Bastones de senderismo: facilitan el apoyo y reducen el riesgo de caídas.
  • Mochila cómoda: para llevar objetos personales, refrigerio, almuerzo, hidratación y protección solar.
  • Impermeable: esencial en climas tropicales por la posibilidad de lluvias y cambios repentinos de tiempo.
  • Botiquín personal y medicamentos: aunque el guía pueda llevar equipo de primeros auxilios, el autocuidado es parte de la responsabilidad compartida en el turismo.

Recomendaciones generales:

  • Mantenerse siempre en el trazado original para evitar la fragmentación de ecosistemas, erosión o daño a la vegetación.
  • Respetar la vía de acceso construida en roca, amplia y visible.
  • Usar ropa cómoda y funcional: pantalón ligero, camiseta transpirable de secado rápido y, de ser posible, con protección solar.
  • Identificar previamente el tramo a recorrer y el ecosistema correspondiente, pues las condiciones varían mucho: páramos, zonas cálidas como Tena o áreas de bosque seco tropical en Guaduas u Honda.

⛰️⛰️⛰️Si quiere saber más sobre senderismo puede seguir Entre Montañas un espacio de El Espectador dedicado a estos temas 🌄🌄🌄

Leidy Barbosa

Por Leidy Barbosa

Periodista de la Universidad Externado de Colombia, con énfasis en la producción audiovisual y en animación digital. Apasionada por temas medioambientales y sociales.@leidyramirezbLbarbosa@elespectador.com

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Camacho(16420)15 de agosto de 2025 - 04:48 p. m.
Buen reporte, felicitaciones. y ojo a lo que plantea el especialista y nos advierte, la responsabilidad total de la protección y preservación de estas joyas de nuestra historia total recae en los Departamentos, Municipios y Ministerios del Transporte, Cultura y Ambiente..... y la ciudadanía vigilantes a este cumplimiento.
Pathos(78770)15 de agosto de 2025 - 02:40 a. m.
Muy buen reportaje sobre este tema q hay q sacar del olvido y actualizarlo con mantenimiento comunal y apoyo departamental para incorporarlo ya al ecoturismo,avistamiento y al simple paseo.El camino al menos de Faca a Honda es una joya de mucho valor histórico, urgente de recuperar por su importancia nacional pues por ese camino entro la cultura occidental, conocido como 🚼 Camino Nacional. Bogota Faca,Albán Sasaima, Villeta, Guaduas,Honda
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