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Son distintos los actores que se han sumado a la plataforma de Custodia del Agua, una iniciativa que promueve la restauración de áreas estratégicas para el uso sostenible de este recurso. En el marco de esta, WWF, Uniban Fundación, Asocoomag y Fundeban han financiado este proyecto, que de la mano de campesinos, aliados como el Comité de Cafeteros del Magdalena y expertos técnicos, están restaurando las microcuencas de Guandusaca y Palmichal, del corregimiento de San Pedro de la Sierra, municipio de Ciénaga (Magdalena), una importante fuente hídrica para las comunidades, los ecosistemas y los sectores productivos de banano, palma y café en la región.
El cuidado del recurso hídrico es el objetivo central, pero también el desarrollo sostenible de los distintos sectores productivos de la región. Por eso, con su puesta en marcha en abril de 2021, se ha logrado la firma de 11 acuerdos voluntarios de conservación con las familias cafeteras propietarias de las fincas. Así se ha logrado la restauración de 37 hectáreas por medio de la siembra de 4.570 árboles con 23 especies nativas de la zona, lo cual ha fortalecido la gobernanza de los campesinos de la región y la apropiación de sus recursos naturales. (Lea: ¿Por qué hablar de la gobernanza del agua en el país?)
“La actividad bananera, en nuestro caso, se sustenta en el cuidado y buen uso de los recursos hídricos, como una de las materias vitales para el negocio agrícola. El agua no solo viene de la lluvia, sino que depende también del bosque que la capta, la atrae, la infiltra y la purifica para entregarla a los ríos y acuíferos que bañan la zona bananera y la Ciénaga Grande de Santa Marta”, afirmó Liliana Gaviria, gerente de proyectos de Uniban Fundación.
Sin embargo, alinear los intereses de los diversos actores no es una tarea fácil, pues como señala Fabio Lozano, director de proyectos de la corporación Paisajes Rurales, “en el trabajo que hemos hecho en campo los retos han sido empezar a sensibilizar a las comunidades campesinas sobre la importancia que tienen las áreas de bosque que se conservan en sus predios y la necesidad que hay de avanzar en procesos de restauración de las áreas que están alrededor de los nacimientos o manantiales y las que tienen en las rondas hídricas”. (Lea: Colombia, un país anfibio que tiene sus especies de agua dulce en peligro)
A pesar de las dificultades, los incentivos que ofrece el proyecto en el mejoramiento de los sistemas productivos han sido bien recibidos por los productores. Janeth Arboleda, dueña de una de las fincas que forma parte del proyecto, dice que “estando metido en el proyecto uno tiene las visitas; ellos llegan, preguntan, y eso es motivante, porque ya uno no siente que está solo. Ya uno siente que hay alguien a parte de uno interesado también”. Falta mucho por hacer, pues el proyecto está pensado a 20 años, pero las expectativas y el interés por alcanzar una sostenibilidad hídrica son la principal motivación de los actores involucrados en el proyecto.
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A través de esta inciativa se ha logrado la restauración de 37 hectáreas por medio de la siembra de 4.570 árboles con 23 especies nativas de la zona. @Fundación Uniban