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“El sistema plástico mundial pone en riesgo a personas de todo el mundo, y los más vulnerables son los que sufren las peores consecuencias”, concluye un reciente informe que anticipa que, si no se toman medidas, para 2040 la cantidad de plástico que contamina el medio ambiente casi se duplicará.
Bajo este escenario, continúa el documento elaborado por The Pew Charitable Trusts, una ONG estadounidense, las emisiones de gases de efecto invernadero relacionadas con el plástico socavarían los esfuerzos por frenar el calentamiento global y “la producción y los residuos de plástico amenazarán la salud de un número cada vez mayor de personas en todo el mundo”.
Sin embargo, advierte el informe, en el que también participaron investigadores del Imperial College de Londres y la Universidad de Oxford, entre otros, “aún hay esperanza”. La comunidad internacional, dicen, puede reformar el sistema y resolver el problema de la contaminación en una generación, pero esas decisiones deberían ser prioritarias.
Pero, antes de seguir ahondando en ese panorama esperanzador, los autores del documento presentaron algunas cifras de lo que podría pasarle al planeta si no se toman medidas drásticas para reducir la contaminación.
Entre los principales hallazgos, retomando el estado en el que se encontraría el planeta para 2040, los investigadores señalan que 280 millones de toneladas equivale a verter casi un camión de basura lleno de residuos plásticos cada segundo, en un mundo donde los sistemas de gestión de residuos ya son insuficientes.
Este aumento está motivado por la producción de plástico, que podría aumentar un 52 % entre 2025 y 2040, pasando de 450 millones de toneladas a 680 millones de toneladas. Esto es dos veces más rápido que la gestión de residuos que, con una “inversión considerable”, solo se expandiría un 26 %.
Un aumento de esta magnitud, afirman los investigadores, no solo pone en problema el medioambiente, sino también la salud de las personas. “A menos que se adopten medidas contundentes a nivel mundial, los efectos sobre la salud derivados de la producción, los residuos y la contaminación del plástico, sin tener en cuenta su uso, aumentarán en un 75 % en los próximos 15 años, principalmente debido a la producción de nuevos polímeros y a la quema al aire libre, y serán las comunidades más vulnerables las que sufran las peores consecuencias”, aseguran.
Este escenario requiere de una “acción global ambiciosa” que pueda reducir drásticamente la contaminación por plásticos. Para lograrlo, el informe propone un escenario de “transformación del sistema”, que ayudaría a reducir la producción y el uso de los plásticos, así como a mejorar la gestión de los residuos, lo que, en conjunto, sostienen los investigadores, “podría reducir la contaminación anual por plástico en un 83 % para 2040″.
Para avanzar en este camino, se recomienda reducir los niveles de producción de plástico primario, es decir, el plástico que se fabrica a partir de materias primas por primera vez.
Los investigadores también presentan una serie de argumentos por los que consideran valioso que se adopten medidas ambiciosas en el corto plazo. Hacerlo, concluyen, reportaría beneficios sustanciales, como la reducción del 38 % de las emisiones anuales de gases de efecto invernadero, una reducción del 54 % de los impactos anuales sobre la salud y una disminución de USD 19.000 millones en el gasto público anual.
“El camino no será fácil —reconocen—. Pero los retos que plantea este esfuerzo se ven ampliamente compensados por sus promesas: personas más sanas, un medio ambiente más limpio y una economía global más sostenible”.
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