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Climate Central, un grupo independiente de científicos y comunicadores que investigan y divulgan los hechos sobre el cambio climático y cómo afecta la vida de las personas, reportó en las últimas horas que los incendios forestales que han afectado varias zonas de Los Ángeles durante los estos primeros días de 2025 se han intensificado debido a las condiciones vinculadas al cambio climático provocado por el hombre.
“El cambio climático está influyendo en el aumento de las condiciones meteorológicas propicias para los incendios en el oeste, donde la mayor cantidad de días de clima seco, cálido y ventoso está aumentando los riesgos de que los incendios forestales se propaguen rápidamente. A medida que nuestro clima se calienta, las probabilidades de que se produzcan incendios intensos y de rápido crecimiento seguirán aumentando”, señaló Kaitlyn Trudeau, investigadora asociada sénior de ciencias climáticas en Climate Central.
¿Cómo podría estar influyendo el cambio climático? Según la organización, el calor provocado por el cambio climático intensifica los riesgos de incendios forestales al alterar las condiciones naturales de los ecosistemas. Uno de los efectos más notables es la desecación de la vegetación. Las altas temperaturas prolongadas, combinadas con períodos de sequía, transforman bosques, pastizales y matorrales en combustible altamente inflamable. Esta situación permitiría que los incendios se propaguen con mayor rapidez y ardan a temperaturas más intensas, dificultando su control y aumentando el daño a los ecosistemas.
Además, el impacto del cambio climático en los recursos hídricos agrava la situación. La escasez de agua reduce los suministros disponibles para combatir los incendios, lo que ralentiza las operaciones de extinción y limita la capacidad de recuperación de las áreas afectadas. Los cuerpos de agua, como ríos y lagos, se ven disminuidos, dejando a las comunidades y a los equipos de bomberos con herramientas insuficientes.
Por otro lado, el aumento de las temperaturas y los cambios en los patrones climáticos dificultan las medidas de prevención. Las quemas prescritas, una técnica crucial para reducir la acumulación de material inflamable en áreas vulnerables, requieren condiciones climáticas seguras. Sin embargo, los días con niveles adecuados de humedad, temperaturas moderadas y ausencia de vientos fuertes son cada vez más escasos. Esto retrasa las intervenciones preventivas y deja los paisajes acumulando combustibles, aumentando el potencial destructivo de futuros incendios.
Los cambios en los patrones climáticos también influyen directamente en la propagación de los incendios. Los vientos más intensos transportan brasas a mayores distancias, mientras que las lluvias erráticas son insuficientes para reponer la humedad necesaria en los suelos y la vegetación. Además, las tormentas eléctricas más frecuentes, vinculadas al calentamiento global, generan rayos que actúan como detonantes naturales de incendios, intensificando aún más el problema.
Finalmente, los incendios forestales más frecuentes y severos afectan profundamente los ecosistemas y la biodiversidad. La destrucción de hábitats dificulta la supervivencia de muchas especies, y los ciclos de recuperación natural se ven desbordados por la velocidad con la que ocurren los incendios.
Esto no solo contribuye a la pérdida de biodiversidad, sino que también afecta los ciclos de carbono, agravando el cambio climático en un círculo vicioso. Según Climate Central, esta situación demanda una respuesta integral que combine estrategias de mitigación, adaptación y restauración de los ecosistemas para enfrentar una amenaza cada vez más compleja y peligrosa.
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