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El pasado 21 de abril de 2025 marcará un antes y un después en la historia contemporánea de la Iglesia Católica con el fallecimiento de Francisco Bergoglio, el primer pontífice latinoamericano, a los 88 años en la Residencia Santa Marta del Vaticano, tras las celebraciones de Semana Santa.
Su deceso, provocado por un ictus cerebral y anunciado durante los actos del Lunes de Pascua, cierra un capítulo de liderazgo caracterizado por la cercanía con los fieles y un mensaje constante de austeridad y solidaridad.
La personalidad del papa Francisco quedó plasmada no solo en sus homilías y gestos, sino también en los vehículos que eligió para sus desplazamientos. Desde el inicio de su pontificado en marzo de 2013, el papa mostró su preferencia por carros sencillos y funcionales, rechazando la opulencia que rodeó a algunos de sus predecesores.
Esa coherencia entre palabra y acción se hizo evidente desde las primeras máquinas que utilizó.
Los papamóviles que usó el papa Francisco
Entre los regalos más emblemáticos se encuentra un Renault 4 (modelo 1984), legado por el sacerdote italiano Renzo Zocca tras 25 años de servicio pastoral. El papa no dudó en conducirlo él mismo por los jardines vaticanos, ratificando su convicción de que la humildad puede coexistir con el ejercicio de la máxima dignidad eclesiástica.
Poco después, optó por un Ford Focus azul para sus recorridos internos en el Vaticano, sorprendiendo a la Gendarmería Vaticana, que esperaba modelos más robustos o blindados.
La tradición de convertir el lujo en beneficio ajeno cobró fuerza cuando, en noviembre de 2017, el santo papa bendijo y firmó un Lamborghini Huracán decorado con los colores blanco y dorado del Vaticano, donándolo a la casa de subastas Sotheby’s.
La subasta alcanzó 715.000 euros, fondos destinados a la reconstrucción de hogares cristianos en la llanura de Nínive, al apoyo de mujeres víctimas de trata, a misiones en África y a proyectos para comunidades vulnerables en Italia, transformando un símbolo de alto rendimiento en un instrumento de caridad.
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Esa misma inclinación por la simplicidad se plasmó en 2019 con la incorporación de un Dacia Duster (comercializado como Renault en América Latina) adaptado como papamóvil: un modelo económico con cabina posterior descubierta y asiento especial para saludar a la multitud.
En 2020, Nissan entregó al pontífice una versión modificada del Leaf de segunda generación. Un año después, Toyota aportó un Mirai impulsado por hidrógeno, mientras que Volkswagen se sumó recientemente con unidades de los modelos ID.3 e ID.4. Todas estas contribuciones están alineadas con el objetivo del Vaticano de convertirse en un Estado libre de emisiones antes del año 2030.
El compromiso con el medio ambiente dio un paso significativo en 2024 con la presentación del papamóvil Mercedes‑Benz EQG, un vehículo totalmente eléctrico equipado con cuatro motores que entregan 580 caballos de potencia, una batería de 116 kWh y una autonomía cercana a los 470 kilómetros. Este modelo fabricado a mano en Sindelfingen (Alemania), será utilizado durante el Jubileo 2025, que comenzó el 24 de diciembre de 2024 y se extenderá hasta el 6 de enero de 2026.
Los carros que utilizó el papa Francisco en su visita a Colombia
Cuando el Papa Francisco llegó a Colombia en septiembre de 2017, su mensaje de reconciliación, humildad y cercanía no solo se transmitió en sus discursos, sino también en la manera en que se movilizó por el país. A diferencia de otras figuras de alto perfil, el sumo pontífice optó por vehículos sencillos y accesibles, reflejo de su compromiso con un estilo de vida sobrio y su deseo de acercarse al pueblo sin barreras ni ostentación.
Uno de los hitos de esta visita fue la creación de los papamóviles en territorio colombiano. En la planta de General Motors Colmotores, un equipo de más de cincuenta trabajadores dedicó cinco meses a la transformación de tres Chevrolet Traverse de primera generación. Estos vehículos fueron adaptados meticulosamente para cumplir con los estrictos protocolos de seguridad del Vaticano y las condiciones propias de una gira papal.
Sin embargo, estos papamóviles no fueron los únicos vehículos utilizados por el papa durante su estadía. En los distintos recorridos por Bogotá, Medellín, Cartagena y Villavicencio, también se le vio abordando automóviles de uso común.
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Uno de los más recordados fue el Chevrolet Sail, un modelo de fabricación local que en ese momento era el más vendido en Colombia. También utilizó un Chevrolet Sonic con matrícula personalizada del Vaticano y, en Medellín, lideró su caravana en un Chevrolet Onix Activ, un crossover urbano de corte familiar.
Pero quizá uno de los momentos más simbólicos se vivió también en Medellín, durante su encuentro con comunidades religiosas en el Centro de Eventos La Macarena. Allí, el papa se desplazó en un motocarro Auteco Torito, adaptado especialmente para la ocasión, en un gesto que reafirmó su cercanía con la gente.
La visita del papa Francisco a Colombia trascendió por su profundo mensaje espiritual y social, pero también dejó huella en los pequeños gestos que revelaron la coherencia de su estilo personal.
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