“¿Estas son las ayudas que nos están dando?” “¿Estamos en una pandemia, a dónde vamos a ir?” “Exigimos la presencia de Derechos Humanos”. Estas son parte de las declaraciones que, vía redes sociales, han dicho los habitantes del barrio de invasión Altos de la Estancia, ubicado en la localidad de Ciudad Bolívar.
Este sábado, agentes del Esmad, acompañados por gestores de convivencia del Distrito, adelantaron el proceso de desalojo, bajo la premisa de salvaguardar las vidas de los habitantes, pues el terreno en el que se levantan sus viviendas está en riesgo de deslizamiento.
Helena Méndez es una de las personas que ha habitado este lugar por más de dos décadas. Ella explica que este pleito no es nuevo, sino que por años se han adelantado acercamientos con el Distrito para que las familias de esta ocupación sean reubicadas en viviendas formales, tal y como ya ha sucedido en anteriores administraciones.
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Ella, al igual que la comunidad de Altos de la Estancia, es consciente del riesgo que corren al habitar en ese lugar. Sin embargo, asegura que la economía de estas cerca de 300 familias no les permite pagar un arriendo.
En ocasiones el Distrito ha intervenido ciertas viviendas y ha brindado subsidios de arriendo para que las personas se vayan del lugar. Sin embargo, estas ayudas son temporales, por lo que las personas terminan volviendo a esta ocupación a reconstruir sus ranchos.
Información aportada a este medio por Secretaría de Gobierno da cuenta de que a los habitantes de este barrio se les ha ofrecido la opción de ser conducidos a albergues temporales. No obstante, estos se han resistido.
Méndez dice que la resistencia de la comunidad a aceptar esta oferta se debe a que nos les parece coherente que en medio de la pandemia movilicen a cerca de 300 familias a estos lugares. Para ella, una propuesta más acertada es que les brinden subsidios de vivienda o arriendo.
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Las diferencias entre los agentes del Esmad y la comunidad hizo que se registraran, según testimonios y videos de la comunidad, actuaciones violentas. Hechos que no se debieron presentar, según Méndez, si se hubiera mandado a un vocero que permitiera el diálogo. Ella también denuncia que la labor de los gestores de convivencia fue el solo acto de presencia.
Uno de los líderes de la localidad asegura que la situación se ha agravado en el terreno pues, en el último tiempo, han ingresado nuevas personas a levantar allí su cambuche. Él además asegura que las acciones que se adelantan con esta comunidad no son arbitrarias, sino que existe un protocolo de acercamiento y una interlocución liderada por el alcalde local, Jaime Flores.
Parte de los videos difundidos en redes sociales muestran a un joven herido en su pantorrilla por, supuestamente, el accionar de una aturdidora. Otras denuncias de la población aseguran que una casa fue demolida con un anciano adentro, y que en otra los uniformados lanzaron gases lacrimógenos a pesar de que había menores de edad en la vivienda.
La comunidad se pregunta ¿por que en tiempos de cuarentena le entró el afán al Distrito de apresurar el proceso de desalojo, siendo que este se ha dilatado por más de 20 años?
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