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El 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer en todo el mundo. La fecha se ha convertido en una gran oportunidad para reconocer los avances en derechos que han logrado los movimientos sociales de mujeres, pero también para recordar que aún hay luchas pendientes y un camino de reivindicaciones por recorrer.
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Bogotá, por desgracias, pese a ser la capital del país, está demasiado lejos de ser un lugar seguro para las mujeres. Las cifras de violencia de género en sus distintas modalidades continúan la senda del asenso y exigiendo una respuesta tanto de las autoridades, como de las estructuras sociales y culturales de la ciudad. Solo en 2024, 116 mujeres fueron asesinadas en Bogotá. Asimismo, la capital del país registró un repunte en los casos de violencia intrafamiliar, con más de 30.000 casos de violencia intrafamiliar.
Pero incluso, el comienzo de 2025 no ha evidenciado un cambio en esta tendencia, lo cual preocupa a las mujeres y a las autoridades. Solo en enero de 2025, seis mujeres fueron asesinadas y se presentaron 2.436 casos de violencia intrafamiliar; 286 delitos sexuales y 553 lesiones personales contra mujeres.
Parte de este panorama se debe a la hostilidad de la capital frente a las mujeres. El 75% de las mujeres en Bogotá consideran que la ciudad es peligrosa durante la noche. Esta percepción se sustenta en los datos de violencia y la falta de medidas de protección efectivas.
Un mapeo revelado por la concejala, Quena Ribadeneira, reveló que las mujeres en la capital enfrentan peligros constantes sin una respuesta efectiva por parte de la administración distrital. Los datos revelados por la Cabildante, generan alarma en temas como movilidad y violencias basadas en género, que hoy están presentes en el 90% del espacio territorial de la capital.
Las ciclistas en riesgo:
De acuerdo con la información que compartió la cabildante, en la escala de las avenidas más peligrosas para las mujeres que se movilizan en bicicleta se encuentran:
- Av. Ciudad de Cali
- Av. Boyacá
- Avenida de las Américas
- Av. Carrera 68
- Av. Caracas
- Av. Suba.
El tránsito en estas vías representa una amenaza latente para las ciclistas, quienes enfrentan accidentes, acoso y agresiones. Las cifras reveladas por la Cabildante, señalan que la violencia en el transporte público es una amenaza constante, con un grado de impunidad del 99,71%. En 2024, se reportaron 420.000 casos de violencia sexual en el transporte público de Bogotá. Sin embargo, solo 1.225 fueron denunciados.
Las estaciones de TransMilenio más peligrosas para las mujeres
El transporte público también representa un espacio con varios retos por atender, en materia de equidad y violencia de género. Según las deuncias, las estaciones más peligrosas son:
- Ricaurte (NQS/Calle 13) – Los Mártires
- Av. Jiménez (Caracas-Calle 13) – Santa Fé.
- Portal Américas – Kennedy
- Molinos – Tunjuelito
- Portal Norte – Usaquén
Además, las localidades con mayor riesgo de feminicidio son Ciudad Bolívar, Kennedy, Bosa, Engativá y Suba. El 75% de las mujeres en Bogotá consideran que la ciudad es peligrosa durante la noche. Esta percepción se sustenta en los datos de violencia y la falta de medidas de protección efectivas.
Casas refugio insuficientes
Las mujeres en mayor riesgo no tienen a dónde acudir Actualmente, en Bogotá existen solo 6 casas refugio, ubicadas en: Chapinero, Teusaquillo, Barrios Unidos, Engativá, Fontibón, Antonio Nariño. Lo preocupante es que No hay refugios en las localidades del sur, donde se reportan los mayores índices de violencia. Esto deja a las mujeres en mayor riesgo sin opciones de protección inmediata.
“Bogotá debe ser también nuestra, este mapeo de riesgo no solo busca alertar a las mujeres sobre los lugares de mayor peligro, sino también exigirle a la Administración Distrital acciones concretas para garantizar la seguridad y movilidad de las mujeres en la ciudad”. Es hora de que Bogotá sea segura para todas. Indicó la concejala Quena.
Desnaturalizar violencias
“En Bogotá, los patrones socioculturales, que perpetúan las agresiones hacia las mujeres, se amplifican por la desigualdad y la naturalización de la violencia, como mecanismo de control de nuestros cuerpos e ideales”, indicó Quena Ribadeneira, concejala de la oposición. Esto lo ilustra la historia de Julieth Merchán, una de las 1.591 mujeres que, en 2024, se han declarado en riesgo de feminicidio en Bogotá.
Ella cuenta que antes de los golpes, su expareja (un policía retirado) mostró pequeñas señales de celos, que escalaron al absurdo. “Me prohibía usar faldas, me revisaba el celular”. Aun así, ella no se sintió en riesgo hasta que tras una discusión, despertó después de perder la conciencia. El sujeto la había asfixiado. Tiempo después, ella terminó la relación y él la amenazó e, incluso, intentó “negociar su vida” a cambio de favores sexuales.
El estudio “Espacio Público para las Mujeres” del Dadep destaca que el 35 % de las mujeres reportó haber sido víctima de acoso sexual callejero; el 44 % indicó que elige su ropa diaria pensando en evitar el acoso, y la mitad dijeron no sentirse seguras en parques, plazas o la noche. “Ante este panorama, es imperativo fortalecer políticas públicas que aborden tanto la atención como la transformación de las estructuras culturales que sostienen estas violencias”, señaló Ribadeneira.
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Por Redacción Bogotá
