Con base en los elementos materiales probatorios recaudados, la evidencia física y la información legalmente obtenida en interrogatorios, para la Fiscalía General de la Nación resulta cada vez más probable que la niña de dos años Sara Sofía Galván haya muerte a finales de enero y no que haya sido víctima de trata de personas, como lo había asegurado en principio su madre, Carolina Galván.
Según esta hipótesis, que cobra más fuerza para el ente acusador, tras fallecer, el cuerpo de la menor habría sido arrojado a las aguas del río Tunjuelito (barrio Class Roma, localidad Kennedy) por Nilson Díaz, supuesta pareja sentimental de Carolina, a quien le lleva más de 30 años.
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De esta manera, se quedaría sin sustento la teoría de que la niña habría sido entregada por dinero a una persona extraña en el barrio Patio Bonito y que estaría en fuera de la ciudad.
Desde que Sara Sofía desapareció, la Policía, Fiscalía y Defensa Civil se embarcaron en su búsqueda en Bogotá y otras ciudades del país a las que podría haber sido trasladada, así como en la ronda del río Tunjuelito al sur de Bogotá. Incluso, en marzo pasado la Interpol expidió circular amarilla para su búsqueda. Sin embargo, aún no se sabe del paradero de la niña.
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Carolina Galván y Nilson Díaz se encuentran detenidos en prisión por la desaparición de la pequeña e imputados por el delito de desaparición forzada. En medio de los interrogatorios, Díaz indicó, mediante un croquis, el lugar desde el que lanzó a Sara Sofía al río.
Por su parte, Xiomara Galván, tía de la niña, ha pedido que su caso no quede en el olvido y pueda resolverse.