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Distrito alista una propuesta para revivir la publicidad en el espacio público

Desde el 2000 está prohibida en la ciudad. Sin embargo, la idea de la administración es revivirla, como parte de su estrategia para fomentar la reactivación económica.

Diego Ojeda
13 de marzo de 2021 - 02:00 a. m.
Bogotá a Cielo Abierto 2.0 busca quedarse en la posteridad de la ciudad.
Bogotá a Cielo Abierto 2.0 busca quedarse en la posteridad de la ciudad.
Foto: Óscar Pérez

En una reunión con parte de los principales gremios empresariales, la alcaldesa Claudia López se refirió al impacto que ha tenido la estrategia Bogotá a Cielo Abierto, la misma que planea dejar para la posteridad mediante el diseño de su versión 2.0. Entre los detalles, dijo que se necesita darle una estabilidad jurídica y financiera, y que, para alcanzar esta última, está la opción de instalar publicidad y cobrar por su exhibición en las calles y plazoletas.

Aunque para algunos lo ideal sería que las empresas paguen por el uso comercial del espacio público, como lo ha hecho el Distrito con los DEMOS, que administra el Departamento Administrativo de la Defensoría del Espacio Público (DADEP), la secretaria de Desarrollo Económico, Carolina Durán, es consciente de que en el marco de la pandemia estas no tienen capacidad de pago. Es por esto que se exploran otras fuentes de financiación, como la exhibición de publicidad.

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No obstante, desde el año 2000 está prohibido ubicar publicidad visual exterior en áreas de espacio público como zonas históricas, edificios o sedes de entidades públicas y embajadas, en reservas naturales, vías principales y en lugares donde entorpezcan el tránsito peatonal o interfieran con la señalización vial. A pesar de esto, hay una regulación (la resolución 5453 de 2009) para los pendones y pasacalles, que promocionan las campañas institucionales del Distrito y la publicidad de eventos en el espacio público.

Entendiendo esto, y para avanzar en su idea, la administración planea llevar al Concejo de Bogotá un proyecto de acuerdo mediante el cual se puedan modificar las restricciones descritas en el Decreto 959 del año 2000. Actualmente, el diseño de la propuesta está a cargo de la Secretaría de Ambiente, la cual comunicó que apoyará la estrategia, siempre y cuando no se afecten los derechos de la ciudadanía ni se causen conflictos sociales o ambientales. “Queremos que esta iniciativa permita elementos que generen beneficios o agreguen valor a la ciudad, además que contribuyan a la reactivación económica y social”, añadió.

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En entrevista con El Espectador, la secretaria Durán explicó que no se busca que los lugares que funcionen bajo el programa de Bogotá a Cielo Abierto 2.0 se conviertan en “el festival del logo”. Aunque la apuesta es que haya publicidad, esta debe tener unas reglas claras. “Tampoco es mucho lo que necesitamos para mantener vivo el proyecto de Bogotá a Cielo Abierto 2.0. La gente puede poner la pintura (que sirve para delimitar los espacios), las materas… y comprometerse a tener limpio el espacio público”, señala, al explicar que no pretende que esto se convierta en una nueva versión de los DEMOS, en los que las personas pagan con base al valor del metro cuadrado del sector. “No queremos ir hacia allá. Esto no se puede convertir en cuánto estás dispuesto a pagar o en cuánto vale el metro cuadrado en la ciudad”.

Hay otras propuestas que van más allá de mostrar publicidad en el espacio público, para hacer que el proyecto de Bogotá a Cielo Abierto 2.0 sea financieramente sostenible. Está, por ejemplo, la de instalar puntos de conexión wifi en los establecimientos comerciales que operen bajo estas condiciones. En suma, las personas tendrán acceso gratuito a internet, con la condición de que entreguen ciertos datos que puedan ser aprovechados para fines económicos o de política pública.

En ese orden de ideas, se trabajaría con cuatro rutas de modelo de negocio. La primera, mostrar publicidad, pero de forma virtual. Es decir que cuando la persona se conecta a la red wifi tenga que ver un anuncio publicitario antes de comenzar su navegación; la segunda es capturando datos de los usuarios para alimentar a la Agencia de Analítica de Datos de la Alcaldía de Bogotá y así mejorar la toma de decisiones con base en esa información; la tercera es que sirva para promover el turismo en la ciudad, el cual es liderado por el IDT; y finalmente, obtener información de los vendedores informales y así avanzar en la caracterización de esa población.

Esta propuesta, como no necesita el aval del Concejo, ya está en marcha, pues se espera que en los próximos días inicie una prueba piloto en unos puntos wifi que serán ubicados en las localidades de Usaquén y Kennedy. Esta estrategia, que es liderada por la Secretaría de Desarrollo, ha contado con la participación de la ETB y una empresa emprendedora llamada Appen.

Este medio habló con Tatiana González, CEO de una empresa que se dedica a ubicar estos hot spots en comercios, quien explica que el valor de las encuestas que se hagan por esta vía, dependiendo de qué tan relevante sea la información que se obtenga y del número de preguntas que se haga, puede variar entre los $25.000 y los $80.000 por persona.

Hay que ver cómo avanzan ambas iniciativas, y las otras que eventualmente surjan para mantener vivo el programa de Bogotá a Cielo Abierto 2.0. Un proceso que, en parte, contará con la participación del Concejo, por lo menos en cuanto a publicidad visual exterior se refiere.

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