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Una licencia ambiental deberá requerir el Instituto de Desarrollo Urbano (IDU) para la ampliación de la vía Suba-Cota. Así lo informó la Corporación Autónoma regional de Cundinamarca (CAR) en respuesta a la solicitud que hizo el Instituto de Desarrollo Urbano (IDU) para determinar qué se requiere para dichas obras.
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De paso, el ente ambiental advirtió que por ahora no se necesitará de la sustracción de la reserva Van der Hammen para hacer la obra, pues solo se puede determinar la necesidad del trámite una vez se tenga claro el trazado final que tenga la vía.
A la par, la CAR informó que al tratarse de una vía que el Plan Ordenamiento Territorial (POT) vigente clasifica dentro de la red vial secundaria, requiere de licencia ambiental como lo especifica la Ley 99 de 1993, “sujeta al cumplimiento por el beneficiario de la licencia de los requisitos que la misma establezca en relación con la prevención, mitigación, corrección, compensación y manejo de los efectos”, indicó la Corporación, que es la que otorga este permiso.
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Además, solicitó al IDU entregar información complementaria relacionada con las estructuras, metodologías e impactos sobre el tramo y las áreas colindantes en los primeros dos kilómetros de la vía Suba-Cota; la calzada oriente-occidente que se encuentra dentro de la Van der Hammen, y el sector donde la avenida cruza el río Bogotá.
Una vez el Distrito entregue esta información, la CAR empezará a correr los términos para pronunciarse con respecto a la solicitud del IDU sobre la procedencia del Diagnóstico Ambiental de Alternativa como paso previo a la solicitud de la licencia ambiental.
La avenida Suba-Cota requiere la ampliación a doble carril, que implicaría la intervención de un tramo de la vía que roza la reserva Van der Hammen desde el cerro de La Conejera hasta la avenida Cali.
Su importancia radica en que a diario transitan por el lugar alrededor de 11.000 vehículos, por lo que la obra mejoraría la movilidad entre Bogotá y la Sabana, así como la de los estudiantes de los colegios que quedan sobre la vía y, en especial, los habitantes de la vereda Chorrillos, que desde hace años piden la intervención ante la alta accidentalidad y las pocas posibilidades que tiene para salir del lugar.
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