El Colegio del Cuerpo cerró su ciclo de obras artísticas con niños y jóvenes de Bogotá

El único instrumento que usaron los niños y jóvenes durante el performance fue un cuadro de madera que, según el director de la obra, era que ellos vieran el tablero de un juego, en el que ellos son las fichas y deben cuidarse entre sí y ser responsables para ser como un engranaje. / Cristian Garavito - El Espectador

Enseñarles a niños y jóvenes que están en condiciones vulnerables, o vivieron en estas, que su cuerpo es su territorio fue el principal objetivo de la obra de danza “El camino hambriento”, que se presentó en la plazoleta del Centro Cultural Gabriel García Márquez, en Bogotá, este viernes 27 de octubre.

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Todos ellos recibieron clases de danza durante tres días. “Al principio fue complejo porque debían aceptar algo que no conocían y también fue difícil alcanzar la concentración, pues pensar en la quietud, pensar que estar quieto es, a la vez, un movimiento, aunque parezca contradictorio, les resultaba complejo”, asegura Restrepo.

Sin embargo, lo lograron y sacaron adelante el performance. “Me hicieron recordar un fragmento de un texto que leí, que decía ‘el talento es universal, las oportunidades no', y creo que ese es su caso. Me queda una sensación agridulce”, agrega.

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