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La disputa de Gustavo Petro con las obras del Metro de Bogotá no terminan de acabar. Después de una fuerte critica a las obras tras la puesta en funcionamiento del interconectar de la 72, en la que además aseguró que la capital del país “está muriendo”, el mandatario volvió a cargar contra el proyecto más importante del país.
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En esta oportunidad lo hizo durante la posesión de sus dos nuevos ministros del Trabajo y de Transporte. Precisamente, durante la posesión de María Fernanda Rojas, como nueva jefe de la cartera de Transporte, fue que el mandatario lanzó un nuevo recado contra el metro elevado.
Al nombrarla como ministra, Gustavo Petro le explicó a Rojas que, dado su nuevo rol, ahora era la titular de una silla en la mesa directiva del Metro de Bogotá. Por consiguiente, el presidente le pidió a la nueva jefe de cartera que “participe en todas las juntas y reuniones del Metro porque lo que dijimos que iba a pasar, está pasando: el metro elevado no le sirve a Bogotá”.
Dicha participación, apostilló el mandatario, deberá encaminarse en la enunciación de la posible afectación que tendría la nueva obra sobre la movilidad de la ciudad. En concreto, Petro anunció un estudio que contó con la participación de 40 expertos internacionales, los cuales, dice él, afirmaron que el Metro propiciaría “el transporte por buses, y por ende, haría que la gente recurriera más al uso de la moto y el carro”. Dicha situación, dice él, aumenta los tiempos de movilidad en vez de reducirlos.
Por tal motivo, el presidente dice que la Nación estaría botando a la basura los 7.000 millones de dólares que le corresponden aportar a las obras del Metro, por lo cual, la ministra Rojas tendrá un rol clave en la defensa de la tesis del mandatario. Vale la pena resaltar que, desde 2023, Gustavo Petro intenta convencer al Distrito de soterrar el tramo del Metro que va por la Caracas.
Primero, lo intentó cuando ofreció a Bogotá que la Nación se encargara del 100 % de la financiación de la obra, si accedían a dicho cambio en el trazado. Luego, realizó un viaje a China, para hablar sobre la posibilidad de efectuar un cambio en el contrato ya firmado con el concesionario a cargo de la obra.
De momento, ninguna de las maniobras del presidente ha resultado, en tanto el alcalde Carlos Fernando Galán ha sido enfático en que las obras se llevaran a cabo conforme a lo pactado y que el metro, en su totalidad, tendrá un trazado elevado para la primera línea. Bastará ver cuál será el efecto de la nueva ministra en las obras y si, al cabo de un año y cuatro meses que restan del gobierno Petro, habrá alguna variación al proyecto. Esto, dicho sea de paso, y con base en los avances de infraestructura, parece difícilmente realizable.
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Por Redacción Bogotá
