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Las voces del modelo de justicia restaurativa en la cárcel Distrital de Bogotá

En conversación con El Espectador, privados de la libertad en este centro penitenciario contaron los aciertos de este programa, el único certificado a nivel internacional. Desde su creación, el proyecto ha favorecido a 1.032 internos.

Luis Miguel Castellanos Barragan
29 de enero de 2023 - 04:52 p. m.
Además de formarse, los reclusos tienen la posibilidad de redimir su pena con este modelo de justicia restaurativa.
Además de formarse, los reclusos tienen la posibilidad de redimir su pena con este modelo de justicia restaurativa.
Foto: Secretaría de Seguridad de Bogotá

Claudimar Mora Rivera tiene 21 años, los últimos tres los ha pasado privada de la libertad en la cárcel Distrital de Varones y Anexo de Mujeres de Bogotá. Prefiere no hablar de cómo llegó ahí, sino de qué está haciendo para salir y lo positivo que ha sido para su vida hacer parte del modelo de justicia restaurativa y resocialización que tiene el Distrito.

Anyer Andrés Vela Vaquero, tiene 38 años y es otro de los internos del mismo penal. Lleva 16 meses tras las rejas y desde hace cinco se vinculó al taller de teatro y artes, creado también en el marco del modelo de justicia restaurativa. Él y Claudimar son dos de los 1.032 internos que han sido beneficiados con esta iniciativa, que cuenta con certificación internacional de la Asociación Americana de Correccionales - ACA (por sus siglas en inglés), gracias a sus altos estándares y contar con toda la infraestructura y los programas para atender de manera digna a los reclusos.

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De acuerdo con la Secretaría Distrital de Seguridad, Convivencia y Justicia, este programa busca que personas que se han visto inmersas en diferentes tipos de delitos, “tengan la oportunidad de resarcir su actuar delictivo mediante un proceso de atención e intervención psicosocial y educativa, que a su vez responde a las necesidades de las víctimas directas e indirectas, de los responsables y de la comunidad”.

Este modelo de resocialización está enfocado en humanizar el tratamiento penitenciario, la adecuada ejecución de los programas para el mejoramiento del desarrollo humano y el acompañamiento a las personas privadas de la libertad, con el fin de construir un proyecto de vida ante una eventual salida del penal.

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“Allí los internos adelantan actividades culturales, artísticas y de promoción de la lectura para el aprovechamiento del tiempo, en alianza con los programas de la Secretaría Distrital de Cultura. Además, cuentan con proceso de educación flexible que les permite obtener su título de bachillerato y optar eventualmente por oportunidades de educación superior. También tienen acceso permanente a procesos de formación certificados por el Sena en panadería, artesanías y ebanistería para la elaboración de productos que son comercializados en ferias de emprendimiento en diferentes localidades de la ciudad, y cuyos ingresos son destinados a las familias de estas personas”, agregó la Secretaría de Seguridad.

En la administración de la alcaldesa Claudia López, el Distrito ha invertido $94.000 millones de pesos para garantizarles una atención digna a los reclusos. “En Bogotá le apostamos a un modelo de resocialización y justicia restaurativa efectivo. Con nuevas oportunidades para las personas privadas de la libertad e inversiones en equipamientos que garanticen condiciones dignas para estas”, afirmó Aníbal Fernández de Soto, secretario de Seguridad.

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Las voces de los beneficiados

Son las 4:30 a. m. y los reclusos tienen que levantarse, tomar un baño y arreglar las celdas y los patios. Hora y media más tarde les sirven el desayuno, hay un conteo y cambio de guarda y a las 8:00 a. m. los internos que hacen parte del modelo de justicia restaurativa y resocialización son trasladados a los salones para recibir las clases y talleres. El programa funciona como si fuera un empleo, hora de entrada, hora de almuerzo y hora de salida, trabajan y estudian de lunes a viernes y los sábados y domingos descansan.

“A las 11:30 a.m. volvemos del taller al patio, a las 12 del mediodía nos dan almuerzo y podemos descansar un rato, y a las 2:00 p.m. salimos a seguir con el taller. Al patio volvemos a las 4:00 p. m. nos dan comida, una bebida caliente y volvemos a las celdas para empezar nuevamente al día siguiente”, cuenta Claudimar Mora Rivera.

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Esta mujer joven está próxima a cumplir un año en el modelo de justicia restaurativa, haciendo parte de un taller llamado locativas, un técnico en construcción que dicta el Sena y el cual ella califica como “lo mejor que me ha podido pasar en este lugar, es mi moral y mi energía”.

El alto desempeño de Mora Rivera y de algunos de sus compañeros, les permitió ganarse una beca por su bien comportamiento y estudio. “La beca la da el Sena y nos da un pago de $600 mil mensuales”, cuenta. El dinero que devengan los privados de la libertad es enviado a sus familias.

Cuando salga de prisión, dice Claudimar, el objetivo es uno solo, “explotar de manera positiva todo ese conocimiento adquirido”. En unos tres meses ella podría obtener un beneficio en su proceso, de ser así recuperaría su libertad de manera condicional y podría hallar un empleo en el área de la construcción, lo que le permitiría redireccionar su vida.

Anyer Andrés Vela Vaquero piensa igual. El taller de teatro y artes le ha permitido explorar y conocer talentos que él no sabía que poseía, es por eso por lo que planea, cuando recupere su libertad, no solo emplearse gracias a esas habilidades que ahora tiene, sino seguir formándose.

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“Estamos construyendo una segunda oportunidad aquí adentro, quiero seguir formándome y seguir aprendiendo. He participado en talleres de formación que nos dan las universidades y me he dado cuenta de que es una gran oportunidad para mi vida”, dijo Vela Vaquero.

Otras buenas noticias para los privados de la libertad

Desde el 2020, cuando inició la administración de Claudia López, el Distrito identificó y reconoció la necesidad en torno al mejoramiento de las condiciones de reclusión de la población privada de la libertad, por este motivo se han tomado medidas para mejorar las estrategias de atención.

  • Puso en funcionamiento el Centro Especial de Reclusión con una inversión de más de $22 mil millones y ampliará a 489 los cupos.
  • La Secretaría Distrital de Seguridad ha venido gestionando, con el Ministerio de Justicia y del Derecho y el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario -INPEC, la entrega de una parte del predio donde actualmente se ubica el Complejo Carcelario y Penitenciario ‘La Picota’, para construir la nueva cárcel Distrital que contaría con 3.000 cupos para personas privadas de la libertad. Se está a la espera de la definición de este espacio por parte del Gobierno nacional.
  • Construcción de tres nuevas URI en Bosa, Suba y Tunjuelito. La Secretaría de Seguridad ya entregó a la Fiscalía General de la Nación, en octubre de 2022, el uso de la URI construida dentro del Centro Integral de Justicia “Campo Verde” ubicado en la localidad de Bosa y las otras dos están en estructuración de estudios y diseños.
  • Se están impulsando dos Proyectos de Ley, uno con Asocapitales para reformar el Código penitenciario y carcelario y superar conflictos de responsabilidades y financiación, y otro de Alternatividad Penal con enfoque de justicia restaurativa.

Para conocer más noticias de la capital y Cundinamarca, visite la sección Bogotá de El Espectador.

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